​Tras las huellas musicales y culturales de Puccini en Lucca (Toscana)

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     Giaccomo Puccini (1858-1924) ha quedado en la historia de la música, por mérito propio, como uno de los más grandes compositores de ópera de todos los tiempos. Autor de obras tan relevantes y célebres como Turandot, Tosca, Madama Butterfly o La Bohème, entre muchas otras, Puccini nació en la ciudad toscana de Lucca, una de las más bonitas de la región. Su impronta ha permanecido de tal manera que hoy en día, Puccini es un icono, un símbolo de la música y la cultura, fundamental de esta parte de Italia, siendo clave para cualquier visitante o turista que se acerque hasta estas tierras.


     Recorrer las diversas casas donde vivió y escuchar sus óperas en algunos de los numerosos festivales y conciertos dedicados a su memoria, por toda la zona-como el Festival Puccini de Torre del Lago (Viareggio)- es algo fundamental para entender la figura de Puccini, pero también la profunda cultura musical que ha dejado para siempre, como una huella indeleble en el corazón de la Toscana.


Casa Museo Puccini en Torre del Lago

Casa Museo Puccini en Torre del Lago


     Hoy, más que nunca, esperando la celebración del centenario de la muerte del gran compositor que se celebrará el próximo 2024, Lucca, a través de su Cámara de Comercio del Noroeste toscano, junto con Lucca Promos, Terre di Pisa y la Riviera Apuana, han inaugurado la antesala de numerosos eventos como óperas, conciertos, conferencias, visitas…, entorno a Puccini.



  • Las casas de Puccini



     Realizar la ruta de las casas donde vivió el Maestro Puccini es una de las cosas más interesantes y amenas que se pueden realizar en Lucca y sus alrededores.


Retrato de Giacomo Puccini en Torre del Lago

      El Puccini Museum, la casa natal del músico, se encuentra en el centro histórico de Lucca, en la Corte de San Lorenzo, al lado de la Plaza de la Cittadella, donde se erige una estatua del Maestro, con su sempiterno cigarrillo (se dice que Puccini fumaba hasta 80 cigarrillos diarios y, de hecho, la causa de su muerte fue un cáncer de laringe). En esta casa, nació Puccini, el 22 de diciembre de 1858, y vivió hasta su primera juventud, cuando se traslada al conservatorio de Milán. Entre estas paredes, es posible ver todo tal y como estaba en la época en la que vivía el joven Giacomo.


     Encontramos el piano Steinway & Sons donde Puccini compuso Turandot, diversas partituras de composiciones juveniles, cartas familiares, cuadros, fotografías, libretos de algunas de sus óperas como el de Tosca o La Fanciulla del West, un gramófono con un disco del gran Caruso cantando una de las óperas puccinianas o diversos vestidos preciosos de las escenografías de Turandot, La Bohème o Gianni Schicchi. La Casa natal de Puccini en Lucca es un lugar perfecto para seguir las huellas del compositor, así como para conocer su personalidad y sus pasiones.


     Puccini fue, además de un genio de la música operística, un hombre al que le gustaba disfrutar de la vida. Lo que llamaríamos un “bon vivant”, hedonista, cazador, amante de los viajes, los coches y… de las mujeres. Casado con Elvira Bonturi, con la que tuvo a su único hijo- Antonio-, el compositor vivió, no en vano, numerosas historias de amor, una pasión por las mujeres que plasmó en sus óperas (de hecho, en Lucca, existe una ruta temática sobre las mujeres de las óperas de Puccini con obras de Street Art que armonizan perfectamente con el carácter de Lucca, como ciudad de arte e historia).


      Para seguir conociendo la vida de Puccini, se impone una visita a la Villa-Museo de Giacomo Puccini en la pequeña localidad de Torre del Lago, cerca de Lucca, donde el compositor adoraba acudir (de hecho, fue donde vivió más tiempo). Allí sentía la inspiración en el entorno (con el sereno y bello lago de Massaciuoccoli, al pie de los Alpes Apuanos occidentales como telón de fondo) para sus composiciones. En esta bellísima villa, hoy perfectamente conservada- de estilo Liberty, Art Nouveau-, decorada por el propio Puccini, éste se dedicaba a la caza, se divertía con sus amigos y, sobre todo, componía. La mayoría de sus óperas fueron creadas en Torre del Lago, como Manon Lescaut, La Bohème, Tosca, Madama Butterfly o La Fanciulla del West, entre otras.


      Durante la visita (guiada) a la casa, se pueden ver todo tipo de objetos decorativos personales, retratos del Maestro, manuscritos, el piano August Förster donde componía (sobre todo de noche), sus escopetas de caza y la capilla de la familia, donde está enterrado Puccini, junto a su esposa, hijo, nuera y Simonetta, la sobrina, última de la saga familiar (hoy, es la Fundación Simonetta Puccini quien gestiona la Villa Museo). La actual tienda y librería de la Villa-Museo era, entonces, el garaje donde Puccini guardaba sus coches (llegó a poseer hasta 15).


      Además de esta interesante y reveladora visita, se puede realizar un pequeño crucero en barco por el lago, con música de fondo de arias de las óperas de Puccini, todo un placer sensitivo para recrearnos más en el ambiente del compositor. También, existen rutas en bicicleta o a pie, visitando lugares dedicados al músico que van de Lucca al lago de Massaciuccoli.


Lago de Massaciuccoli de Torre del lago

Lago de Massaciuccoli de Torre del lago


     Y, sobre todo, en Torre del Lago, la cita ineludible es con el Festival Puccini, cada verano, durante los meses de julio y agosto. Esta manifestación al aire libre es uno de los festivales líricos más importantes de Italia y el único, en el mundo, dedicado enteramente al compositor Giacomo Puccini. Ver una de las óperas de Puccini, en frente del lago, sintiendo el alma pucciniana, es emocionante. Este año 2023 es la 69 edición del Festival y ha sido inaugurada el 14 de julio pasado (finaliza el 26 de agosto) con la ópera La Bohème, en una representación de calidad, que fue, sin embargo, controvertida por su versión modernizada. En cualquier caso, ello demuestra que Puccini sigue vivo con su arte y su impronta musical que tanto ha calado en el corazón de muchos amantes de la ópera.


Plaza del Anfiteatro de Lucca

Plaza del Anfiteatro de Lucca


       La tercera casa que hay que visitar es el Museo Puccini del encantador pueblecito de Celle dei Puccini en Pescaglia, cerca de Lucca. En esta casa museo (del s. XVI), nació el padre de Puccini, también compositor. Puccini descendía de una dinastía de músicos desde 5 generaciones. En esta bonita y rústica casa, Puccini compuso Madama Butterfly y, si bien no vivió mucho aquí, es interesante visitarla porque se ven los orígenes familiares del músico.


     Podemos admirar retratos, el traje bautismal de Puccini, el fonógrafo que Edison regaló al compositor, cartas, libretos y mucho mobiliario de la época. La casa se puede ver con visita guiada y está gestionada por la asociación “Lucchesi nel mondo”, en un afán de preservar el patrimonio histórico-musical del Maestro Puccini.  Vale la pena darse un paseo por el precioso pueblecito de Celle, admirar sus callejuelas y su bucólico paisaje campestre.


      Muy cerca de Celle, se encuentra el Puente de Borgo a Mozzano, llamado del Diablo o de la Magdalena, que merece una pequeña visita por su singular arquitectura asimétrica. La leyenda dice que San Giuliano lo construyó, pero al no poder acabarlo pidió ayuda al Diablo, a cambio de entregarle la primera alma que pasara. San Giuliano, una vez terminado el puente, lanzó un trozo de pan atrayendo a un perro y engañando así al diablo.


  • Descubriendo Lucca


     Además de la ruta pucciniana por sus diversas casas, una de ellas en el propio Lucca, es fundamental asistir a los numerosos festivales y conciertos que se producen en la zona, tanto los dedicados al compositor como otros de música diversa. Muchas citas musicales se realizan en iglesias como la de Santi Giovanni e Reparata, en el centro de la ciudad con “Puccini y su Lucca”, por ejemplo, el “Lucca Summer Festival” en el centro de la ciudad o el “Lucca Puccini Days” en el Teatro Giglio. “Virtuoso Belcanto” es otra atractiva manifestación musical.


    Lucca se encuentra cerca del mar, rodeada de colinas y montañas, donde hay bosques, campos de cultivos varios, de olivos, ciudades medievales, torres fortificadas… La historia de Lucca está forjada en la Edad Media y en el Renacimiento. Se la llama la ciudad de las 100 iglesias por el elevado número de templos que tiene. Rodeada de largos muros imponentes, construidos entre el siglo XV y el XVII, Lucca es una fusión de arte, historia, cultura (la ciudad posee el segundo Festival de Comic& Games, más importante del mundo), música (con su Genio Puccini) y gastronomía (vinos, aceite de oliva con la aceituna local Frantoio y su plato más típico, el “tortello”, un ravioli de pasta relleno).  La muralla actual de Lucca mide alrededor de 4 km y es el sello artístico-histórico de su pasado.


     En un paseo por el centro histórico de Lucca, es imprescindible, además de ver sus rincones encantadores y callejear, admirar la Torre Guinigi, espectacular con sus 45 m de altura y sus árboles de encinas en la parte de arriba, desde la que se puede divisar la llanura de Lucca. Así mismo, la plaza del Anfiteatro (cuyos orígenes se remontan al siglo I d.C) es bellísima con sus dimensiones y sus casas asimétricas. Aquí, se ubican varios restaurantes y bares, donde poder restaurarnos.


      Entre las numerosas iglesias, destacan la de San Pietro Somaldi, con un bellísimo órgano. Reconstruida a partir del siglo XII, la iglesia está situada cerca de la antigua muralla medieval. La Basílica de San Frediano llama la atención por la parte de arriba de su fachada de mosaicos del siglo XIII y XIV. La iglesia de San Michele (en la plaza homónima) es imponente con sus columnas de mármol, siendo uno de los símbolos de la ciudad de Lucca. Finalmente, es de obligada visita la catedral de San Martino, fundada en el siglo VI, de estilo románico luccano, con su fachada asimétrica por la presencia del campanario preexistente de 60 metros de altura, coronado por almenas gibelinas. Dentro, se encuentra el templete del Rostro Santo del escultor Matteo Civitali.


     Con estas premisas, no es de extrañar que Lucca sea candidata a capital europea de la cultura para el 2026, año, además, del centenario del estreno de Turandot en Milán (por cierto, obra inconclusa de Puccini al que le sobrevino la muerte antes de finalizarla). Estamos seguros que, como bien dice una de las letras más famosas de esta ópera universal- “Dilegua, o notte! Tramontate, stelle! All'alba vincero!” (Desaparece, o noche! Descended estrellas! Al alba, venceré!), Lucca también ganará su puesto como capital europea de la cultura, porque su riquísimo patrimonio bien lo merece y, por supuesto, bien vale una visita.


Más información:

www.puccinilands.it

www.puccinimuseum.org

www.giacomopuccini.it

www.lucchesinelmondo.it

https://www.turismo.lucca.it/

www.puccinifestival.it


Carmen Pineda 222

Autora: Carmen Pineda






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