Una visita al castillo y los hórreos de Lindoso, en Portugal

Lindoso es una población del Municipio portugués de Ponte da Barca, en pleno corazón del Alto-Minho, en un territorio de espectacular belleza natural, integrado en el Parque Nacional da Peneda Geres, localizado a escasos kilómetros de la frontera con el concello ourensano de Lobios. De hecho, se dice que el nombre procede del latín “Limitosum”, en referencia a su carácter limítrofe.

Conjunto de Espigueiros y Castillo de LIndoso, Ponte da Barca (Portugal)

El paisaje de su entorno es variado, condicionado en sus zonas más bajas por el curso del rio Lima, aquí represado formando el embalse de Lindoso. 

Además del paisaje y del rico entorno natural que rodea a la población, en Lindoso podemos encontrar un conjunto etnográfico y monumental de especial interés, compuesto por el castillo y una peculiar concentración de hórreos.

La fortaleza, declarada Momunento Nacional en 1910 y considerada una de las contrucciones defensivas más importantes de Portugal, fue contruída en el s. XIII, posiblemente bajo el reinado de Afonso III. Su localización en este lugar vino motivada por su ubicación estratégica, en un alto con amplias vistas y muy cercano a la frontera. A lo largo de los siglos, fueron numerosas las batallas que se produjeron en la zona entre los bandos de los dos lados de la frontera. 

Panorámica aérea del Castillo y los Espigueiros de Lindoso

Así, el castillo fue una importante base de las incursiones portuguesas en Galicia, sobre todo hacia la Baixa Limia y la zona del Baixo Miño. Sufrió también numerosos ataques de las tropas españolas, llegando a caer en sus manos en varias ocasiones, pero siendo siempre retomado por las tropas portuguesas en cortos periodos de tiempo. 

El castillo de Lindoso fue una pieza importante en la política de defensa de la frontera Norte de Portugal, esta fortaleza sufrió una adaptación en la época moderna con el añadido de baluartes, aunque no adulteró mucho la construcción medieval. 

Hoy, la fortaleza, abandonada en el s.XIX por no ser ya necesaria su función, se encuentra restaurada, cuenta con centro de interpretación y han sido reconstruídas gran parte de sus torres y sus murallas, sufriendo una adaptación en la época moderna con el añadido de baluartes, aunque no adulteró mucho la construcción medieval.

Cuenta con un recinto pequeño regular formando un rectángulo de esquinas redondeadas, este castillo tienen su puerta principal orientada hacia la Villa, flanqueada por una torre y un saliente del muro. 

La torre del homenaje es cuadrangular de un solo piso, tiene entrada independiente al nivel de los adarves y se encuentra sobre la parte interna de la cortina opuesta a la entrada principal. 

Además, el lugar es un mirador excepcional sobre la Serra da Peneda y el valle de Olelas (Entrimo), ofreciéndonos unas vistas preciosas de la zona. 

Vistas desde el Castillo de Lindoso sobre el río Limia y la Sierra da Peneda

A los pies del Castillo de Lindoso se encuentra un excepcional conjunto de hórreos, denominados aquí espigueiros, compuesto por 64 elementos, siendo una de las concentraciones de espigueiros más notables de Portugal y de la mayor de toda Europa de este tipo de elementos arquitectonicos.

Otra panoramica del conjunto de Espigueiros de Lindoso

Sus paredes, con vanos verticales para la ventilación, y las cubiertas están realizados en piedra trabajada, contando algunos con relieves decorativos, y todos ellos coronados por una cruz de carácter apotropaico. 

Detalle de los Espigueiros do Lindoso, donde se puede apreciar que todos están rematados con una cruz

Este tipo de elementos son muy habituales en el norte de Portugal, sobre todo en la región del Minho. Su función era la de mantener los productos del campo, sobre todo el maíz, lejos de la humedad, ventilados y a salvo de los animales salvajes. Se cree que la mayor parte de los espigueiros de Lindoso fueron contruídos en los siglos XVII, XVIII y XIX

aunque adquirieron mayor desarrollo durante la llegada de la llamada "cultura del maíz" y que supuso la desaparición de los primitivos canastros de almacenaje. 

•  ¿QUÉ SON LOS ESPIGUEIROS?

Con la llegada de la cultura del maíz y la abundancia de granos, nació la necesidad de almacenarlos en grandes silos. Fue necesario construir estos graneros elevados que hacían la función de almacén y secadero de las semillas, al resguardo de la humedad y de los animales granívoros. Los espigueiros presentan, entre otras características, ranuras o ventanillas de ventilación y se asientan sobre patas o pilares de piedra con unas llamativas losas circulares en su parte superior que evitan la entrada de los roedores. Muchos están coronados por cruces que invocarían la protección divina de su preciado contenido contra cualquier daño o maldición.

• UN CONJUNTO DE GRAN  DE BELLEZA ETNOGRÁFICA

Aquí, ahora todo es silencio, salvo el viento, que grita al colarse entre los pilares de estas bellísimas moles de granito, El musgo, de un esponjoso color esmeralda, tapiza los tejados de los hórreos dando al conjunto un aspecto añejo y noble. Hoy, cuando el feismo y la cultura de la uralita parece apoderarse de nuestros pueblos y el mundo rural, merece la pena contemplar la belleza de este conjunto, en su armonía, en lo bien integrado que está todo en el entorno rocoso del que parece formar ya parte inseparable. Es el valor de la arquitectura de lo disponible, utilitaria, funcional, la arquitectura sin arquitectos, hecha por la gente llana, del pueblo, la arquitectura propia de un lugar y que la diferencia culturalmente de otros territorios. ¡Es el conjunto de espigueiros de Lindoso!, todo un monumento a la belleza, a la riqueza etnográfica de las montañas lluviosas del norte de Portugal y a la memoria del trabajo colectivo y el buen hacer de nuestros antepasados.