Ponte Vecchio, los Uffizi o el Palazzo Pitti son conocidos en todo el mundo

Florencia, en invierno: bella como siempre pero con menos turistas

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Panorámica de Florencia desde la Piazzale Michelangelo


Florencia,como tantos otros destinos de Italia, merece una visita hoy y siempre. Es verdad que el invierno no es el momento más adecuado para viajar por Europa, pero tiene la ventaja de que en una ciudad tan turística como ésta podemos así evitar colas a las puertas de los museos y las habituales aglomeraciones de turistas.



Se suele decir que prácticamente cualquier edificio del centro Florencia sería lugar de visita obligada en otra ciudad que no posea un patrimonio cultural semejante al fiorentino. Cualquier rincón de la ciudad esconde una belleza incomparable, tanto es así, que el síndrome de Stendhal, una enfermedad psicosomática que provoca estrés tras una sobreexposición a obras de arte, proviene de esta ciudad.


En este sentido, los meses de invierno nos dan la oportunidad de disfrutar de la cúpula de Brunelleschi, las puertas del paraíso de Ghiberti, el David de Miguel Ángel o El nacimiento de Venus de Botticelli, sin esperar más de diez minutos de cola. Más allá del Ponte Vecchio, la Galería de los Uffizi o el Palazzo Pitti como lugares de interés turístico conocidos a nivel mundial, Florencia esconde muchos rincones con encanto que conseguirán fascinar al viajero más curioso.


La cúpula de Brunelleschi.


Iniciada en 1296, la catedral de Florencia es gótica en su mayor parte, con arcos ojivales y angulosos espacios verticales. Cuando Brunelleschi empezó a trabajar en la cúpula 124 años más tarde, el estilo gótico estaba ya obsoleto



El nacimiento de Venus, 1485 - Sandro Botticelli y el David de Miguel Angel


Ponte Vecchio o Puente Viejo de Florencia, en primer plano, uno de los símbolos mas conocidos de la ciudad 


Palacio Pitti desde los Jardines de Boboli


Situada en el corazón de la Toscana, Florencia no es una ciudad grande –unos 400.000 habitantes– y hay tiempo para todo. Si la estancia va a ser de dos días, una buena opción es dedicar al primero a pasear por todas las calles y plazas para admirar la arquitectura renacentista, y dedicar el segundo a visitar alguno de los innumerables museos de la ciudad.


Para que un día sea perfecto es preciso hacer el esfuerzo de subir hasta el Piazzale Michelangelo, una plaza con vistas panorámicas de toda la ciudad, y donde merece la pena disfrutar del atardecer. Acompañar el momento con un helado artesanal de tu sabor favorito, hace de la experiencia algo incomparable, maravilloso. No te olvides de prestar atención a las señales de tráfico, no solo porque debas respetar los códigos de circulación y cuidar de tu integridad, sino porque estas están diseñadas por Clet, un artista urbano cuyo estudio se puede visitar en la Via dell’Olmo 8, un lugar del que podremos llevarnos un original recuerdo, ya sea en forma de pegatina o de postal.


Florencia Piazzale Michelangelo (Plaza de Miguel Angel) – Copia en bronce del David de Miguel Angel


Florencia es la ciudad natal del escritor de la Divina Comedia, Dante Alghieri. Una estatua suya acompaña a la basílica de Santa Croce, lugar donde se encuentra el sepulcro dedicado al poeta, pero vacío debido a que sus restos reposan en Rávena, donde murió exiliado. La casa donde nació es un museo dedicado a su vida (via Dante Alighieri, 14), pero la anécdota más curiosa relacionada con Dante reside a tan solo unos pasos del hogar del escritor (via Santa Margherita), en una pequeña iglesia donde acudía a rezar y donde ahora hay una cesta donde los que sufren de amor no correspondido pueden dejar, en forma de carta, sus plegarias amorosas, tal y como hacía el más grande poeta italiano a su amada Beatrice.



Pararse a comer: mucho más que pizza y pasta


Recomendamos probar los platos típicos toscanos, como la pappa all pomodoro, el bocadillo de lampredotto o las focaccias. El primero de ellos consiste en un guiso ‘pobre’ de migas de pan en una salsa de tomate. El lampredotto es casquería típica toscana. En los mercados y a lo largo de toda la ciudad se pueden encontrar puestos que ofrecen este sabroso bocadillo, una comida típica equiparable a comer un bocadillo de calamares en la plaza mayor de Madrid.


La focaccia es un pan plano tradicional de la cocina italiana. En la toscana se rellena de todo tipo de embutidos y quesos regionales acompañados con salsas artesanales. Los amantes de la carne roja tienen la obligación de pedir una bistecca alla fiorentina en la Trattoria Mario, cerca de la basílica de San Lorenzo, para probar el chuletón más famoso de toda Italia.


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Trattoria Mario: Bistecca Alla Fiorentina


El café es sagrado en Italia, la calidad suele ser óptima y su precio es extraño que exceda el euro. Eso sí, se debe evitar pedirlo en terrazas de lugares muy céntricos, ya que es probable que cuándo te traigan la cuenta te lleves un disgusto. Como alternativa, es recomendable acercarse a pedirlo a la barra, donde el precio no excederá 1,50 euros.


Cómo llegar a Florencia


Volar a Pisa es la opción más económica para visitar la capital de la Toscana ya que es la ruta que realizan las aerolíneas de bajo coste. El aeropuerto se encuentra aproximadamente a una hora, tanto en autobús como en tren, de la estación de Santa María Novella, ubicada en pleno centro de Florencia. El aeropuerto de Pisa se encuentra a cinco minutos en tren del centro de la ciudad, lo que permite sacarse una foto con la torre inclinada más famosa de Italia, que no la única.


Ya en Florencia, es recomendable hospedarse en el casco histórico de la ciudad, en el interior de la antigua muralla. A pesar de que pueda resultar más caro, alojarse en el centro permite visitar toda la ciudad a pie, aunque el método de transporte más común en Florencia es la bicicleta, sorprende la cantidad de ellas que hay ancladas en cada poste de la ciudad.


Fuente texto: europapress

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