La dietista de Hitler

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Constanze Manziarly (Innsbruck, 14 de abril de 1920 – ¿Berlín, 2 de mayo de 1945?) fue la cocinera de Adolf Hitler y parte de su círculo íntimo.


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Nació en Innsbruck, Austria, hija de un griego y de una austriaca del Tirol. A pesar que su deseo era ser maestra, realizó estudios de Hostelería. En el verano de 1944 conoció en el balneario de Bischofswiesen a una de las cuatro secretarias de Hitler, Christa Schroeder, que le aconsejó concurrir a la plaza vacante de la hasta ese momento cocinera personal del Führer, Helene von Exner, que fue despedida por Hitler al descubrirse que su abuela era judía. Esto le permitió comenzar el 8 de mayo de 1944 a trabajar para el médico de Hitler, quien al ver los problemas digestivos del Führer le recomendó los guisos de Manziarly. A éste le encantaron tanto que la hizo su cocinera y dietista personal y ella poco a poco se fue ganando su confianza y la amistad de Eva Braun. 


Desde principios de los años 30 Hitler había renunciado por completo al consumo de carne y sus platos favoritos eran papilla de mijo, setas picadas, o queso blanco con aceite de linaza acompañado de patadas cocidas, según se puede leer en unas cartas, manuscritas dirigidas por Manziarly a su hermana y descubiertas por el historiador local de Innsbruck Stefan Dietrich, la mujer pinta una imagen de un comensal exigente y quisquilloso, que la sometió a "dificultades inimaginables que no puedo informar".


Vida en el nazismo


Durante la guerra Manziarly iba al Berghof de Berchtensgarden (la Guarida del Lobo) a cocinarle al círculo íntimo de Hitler y se quedaba a oír sus discursos. Algunos historiadores manifiestan que ella admiraba mucho a Hitler, incluso que era parte de una de las damas del Tercer Reich: Eva Braun, Magda Goebbels, Gerda Christian, Traudl Junge y muchas más. La correspondencia descubierta más bien muestra lo contrario. Manziarly le manifestaba a su hermana el enorme estrés que le causaba el nuevo empleo, por la responsabilidad que implicaba. También se quejaba que tiene que permanecer en el Berghof mientras el Führer no diese la orden de retirarse y que cualquier protesta o queja era inútil porque la podían llevar a los tribunales. Lo que peor llevaba era la tendencia del propio Hitler y de su gente de confianza de visitar constantemente la cocina, sobre todo cuando había preparado pasteles y los grandes del Reich se dedicaban a rebañar todo lo que encontraban suelto en las cacerolas.


Cuando Alemania empezó a perder la guerra, las situaciones en el círculo íntimo de Hitler se pusieron tensas, muchos empezaron a distanciarse de él, quedando sólo los más leales, entre ellos Constanze Manziarly, lo que le valió el mote de "Miss Marzipani" (Miss Mazapán) por la SS.


En el búnker el ambiente era sumamente tenso, Hitler y Eva empezaron a prescindir de personal. Hitler le dio a cada una de sus personas de confianza una cápsula de cianuro en caso de que les atrapasen los soviéticos, ya que pensaba que si sucedía les iban a someter a vergüenzas y a cosas peores que la muerte.


El 29 de abril de 1945 fue la boda entre Hitler y Eva Braun, y el 30 de abril decidieron suicidarse. Constanze les preparó pasta como menú de la boda y la cena oficial (huevos fritos con puré de patatas) el día de la muerte, aunque no llegaron a consumirla.


Al día siguiente los cuerpos de Hitler y de su esposa fueron quemados. La mayoría de los nazis se suicidaron poco después, algunos escaparon y se entregaron a los estadounidenses, otros escaparon a Sudamérica. Las informaciones sobre la muerte de Manziarly son contradictorias. Ella fue citada por el SS-Brigadeführer Wilhelm Mohnke el 1 de mayo 1945 a las 20:30 para escapar del búnker junto con varios miembros más del personal de confianza, como las secretarias Gerda Christian, Traudl Junge y Else Krüger.


Junge informó haber visto a la chef capturada por dos soldados del Ejército Rojo y conducida a una estación de metro. Ella nunca fue vista otra vez.


La mayoría de la literatura disponible cita que se suicidó con una pastilla de cianuro el día después, mientras que en las memorias de Traudl Junge, ella dice que la vio por última vez en compañía de dos soldados soviéticos que le pedían los papeles.


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Constanze Manziarly y el encargado del servicio doméstico de Hitler Artur Kannenberg 


Fuente:

Stefan Dietrich: „Daß Politik durch den Magen geht, spürt niemand so wie ich“. Vom kurzen, außergewöhnlichen Leben der jungen Innsbruckerin, die im „Führerbunker“ Hitlers Diätmahlzeiten kochte.

Publicado en: Zeit – Raum – Innsbruck. Schriftenreihe des Innsbrucker Stadtarchivs. Volumen 14

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