La OPA que reabre el debate sobre el futuro de la banca en España

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Antonio Berga, co CEO de Embat

    En los últimos meses, el sector bancario español ha sido testigo de un movimiento que va mucho más allá de las cifras: la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell. Esta operación no solo pone en juego el control de uno de los bancos más relevantes del país, sino que reabre un debate profundo sobre el modelo bancario que queremos como sociedad.


    Si finalmente se hace efectiva, el banco resultante se convertiría en el tercer mayor grupo bancario de Europa por capitalización bursátil. A nivel nacional, controlaría uno de cada cinco euros que mueve el sistema bancario español.


    Sumado a Santander y Caixabank, supondría que tres bancos dominarían cerca del 70% del mercado en créditos y depósitos. Una concentración sin precedentes que debería llamar a una seria reflexión sobre el futuro del sector.


    El rechazo del consejo del Sabadell ha ido acompañado de una respuesta clara por parte del Gobierno, que ha mostrado su preocupación por la pérdida de pluralidad financiera. Reguladores como la CNMV y el BCE serán clave en el desenlace, pero el fondo del asunto es más profundo: ¿queremos una banca cada vez más concentrada, o una más competitiva y diversa?


    Desde el punto de vista estratégico, la jugada del BBVA es clara: ganar escala, reforzar su posición en el segmento pyme y consolidar su presencia en Cataluña. En un entorno de bajo crecimiento orgánico, las fusiones son vistas como atajos hacia la rentabilidad. Sin embargo, el tono hostil de la oferta ha despertado incomodidad en parte del tejido financiero y empresarial, una inquietud que podría extenderse al ámbito social ante el riesgo de una menor competencia y diversidad en el Sistema.


    Como en toda fusión de este calibre, el ajuste de estructuras es inevitable. Reducción de oficinas, despidos y un servicio más automatizado son algunas de las consecuencias previsibles. El riesgo es terminar con una banca menos humana y más distante, justo cuando los clientes demandan lo contrario: cercanía, agilidad y personalización. En este contexto, cada vez cobra más sentido mirar hacia las fintechs.


    Mientras los grandes bancos se concentran y se convierten en meros guardianes del dinero, por su seguridad, infraestructura y trayectoria, las fintechs debemos asumir el papel de proveedoras del verdadero valor añadido. Somos quienes podemos acercar soluciones ágiles, servicios personalizados y tecnología al servicio de los equipos financieros.

El cliente corporativo necesita más que una cuenta: necesita herramientas que le ayuden a operar, analizar y decidir con rapidez. Este es el espacio en el que debemos marcar la diferencia.


    La OPA del BBVA sobre Sabadell es mucho más que una operación financiera. Es un reflejo de hacia dónde se mueve el sistema bancario, y de las decisiones que debemos tomar como país. La concentración puede aportar eficiencia, pero también puede restar diversidad, competencia e inclusión. No se trata solo de balances y ratios, sino de qué banca queremos tener dentro de 10 años. Esa es la conversación de fondo que definirá el futuro de la banca.


Por Antonio Berga, co-CEO de Embat


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