el país centroamericano tiene todo para ser un destino memorable

Cinco razones por las que Guatemala merece un viaje antes de que acabe el año

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     Guatemala cuenta con una geografía privilegiada en la que se entremezclan iconos coloniales y un extenso patrimonio cultural con una prodigiosa biodiversidad y paisajes naturales de diversa índole. Desde explorar sitios históricos, descubrir ruinas mayas y sumergirse en tradiciones locales, hasta explorar exuberantes selvas tropicales, pasear por volcanes activos y disfrutar de aventuras al aire libre. El país ofrece una amplia gama de experiencias para disfrutar en un solo viaje. Estas cinco son ideales para comprobar por qué merece la pena visitarlo antes de que acabe el año.


Guatemala, Laguna Magdalena   Huehuetenango

Guatemala, Laguna Magdalena - Huehuetenango


1.- Vivir aventuras volcánicas únicas

    Escalar el Acatenango, uno de los 37 volcanes con los que cuenta Guatemala, es una aventura de dos días y un ascenso de 1570 metros que tienen como recompensa un paisaje inigualable a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar.


GUATEMALA Amanecer desde la cima del Acatenango

Amanecer desde la cima del Acatenango, Guatemala


    Desde el campamento base, ubicado a los pies de la cima, pueden contemplarse las constantes erupciones del vecino volcán Fuego, quizás uno de los espectáculos más inolvidables de Centroamérica. Quienes prefieran un ascenso menos exigente, el volcán Pacaya es una opción perfecta, ya que es una caminata más sencilla y las vistas son también incomparables. Además, la cima sorprende a los viajeros con Pizza Pacaya, una original pizzería que sirve sus elaboraciones cocinadas aprovechando los respiraderos de vapor y la lava del volcán. 



2.- Admirar el lago Atitlán desde un kayak

A menudo descrito como uno de los lagos más hermosos del mundo, rodeado por majestuosas montañas y pintorescos pueblos indígenas, el Lago Atitlán es un destino imprescindible para los aficionados al kayak y el paddleboard. Navegar por sus aguas significa descubrir calas escondidas, pueblos pesqueros y rincones para refrescarse con un chapuzón. En tierra, los amantes de la adrenalina pueden lanzarse en tirolina sobre el lago para disfrutar de vistas aéreas con los volcanes San Pedro, Tolimán y Atitlán como telón de fondo. 


Guatemala, LAGO DE ATITLÁN, SOLOLÁ1

Guatemala, Lago de  Atitlán


    Asimismo, se puede realizar la emblemática caminata a la Nariz del Indio, uno de los miradores más conocidos del país. En los alrededores del lago no hay que perderse la visita a los pintorescos pueblos indígenas, como San Juan La Laguna y Santiago Atitlán, perfectos para conocer la esencia de la cultura maya


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Guatemala, paseo en kajak por el Lago de  Atitlán


3.- Descubrir el Parque Nacional Tikal escondido en medio de la selva de Petén

    Enclavado en lo profundo de la selva del Petén, el Parque Nacional Tikal —Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad— es una de las ciudades mayas más grandes e importantes jamás descubiertas. Sus grandes plazas, palacios reales y templos, incluyendo el emblemático Templo I (Gran Jaguar) de más de 47 metros de altura, transportan a los visitantes más de 1.000 años atrás, a una época en la que era un centro neurálgico político, económico y espiritual. A diferencia de muchos sitios arqueológicos, Tikal se encuentra dentro de un parque nacional repleto de vida silvestre, por lo que el chillido de los monos aulladores y el canto de las aves son la banda sonora de este paradisiaco lugar. Se sabe que monos araña, coatíes, tucanes e incluso jaguares deambulan por estos terrenos protegidos, lo que convierte una visita a Tikal en un encuentro, tanto histórico y cultural, como natural y salvaje.


Guatemala, Tikal, Peten

Guatemala, Tikal, Peten


4.- Explorar su lado más biodiverso, desde aves exóticas hasta ballenas y tortugas


Más allá de sus ciudades antiguas y sus coloridos pueblos, Guatemala es un país rebosante de biodiversidad. Extendiéndose desde la costa del Pacífico hasta los bosques nubosos de gran altitud, sus paisajes albergan una asombrosa variedad de especies, muchas de ellas endémicas. La Reserva de la Biosfera Maya, con más de dos millones de hectáreas, es una de las zonas de conservación más importantes de Centroamérica y ofrece una oportunidad perfecta para avistar tapires, jaguares y bandadas de loros en libertad. Los amantes de las aves deberán acercarse al santuario Biotopo del Quetzal para avistar la escurridiza ave nacional, sin olvidar sus otras 700 especies, entre las que destacan también el momoto azul y los delicados colibríes. Las experiencias con la vida silvestre no se limitan a las selvas del interior. En la costa sur del Pacífico, el avistamiento de ballenas durante la temporada de migración o ver las crías de tortugas marinas hacer su primer viaje al océano son dos experiencias que merecen un viaje. 


Biotopo del Quetzal en Baja Verapaz

Biotopo del Quetzal, Baja-Verapaz


5.- Sumergirse en las tradiciones y en su identidad indígena 


    La cultura de Guatemala está profundamente influenciada por su herencia indígena. Los 24 grupos étnicos reconocidos, cada uno con su propia lengua, vestimenta y prácticas espirituales, son parte integral de la identidad nacional. Un ejemplo destacado es la Cooperativa de Tejidos de Mujeres en San Juan La Laguna, a orillas del lago Atitlán. Allí, las mujeres utilizan tintes naturales y telares de cintura para producir textiles de forma artesanal. La cooperativa no solo ayuda a preservar el patrimonio cultural, sino que también empodera económicamente a las mujeres, que ofrecen talleres y demostraciones para los visitantes. Por otra parte, el impresionante mercado de Chichicastenango, considerado el más grande de Centroamérica, es un festín para todos los sentidos y el escenario ideal para admirar la sorprendente cultura maya viva. En él pueden adquirirse desde mantas tejidas a mano y máscaras de madera tallada hasta incienso y productos autóctonos. 


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Coopertiva de Mujeres, San Juan La Laguna


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