Hace ya cinco años que Alejandro Yravedra y Victoria Mántaras decidieron aparcar sus respectivas profesiones para dedicarse al mundo de la hostelería, su gran pasión. Optaron por abrir un coqueto local en la calle Ponzano, en el barrio de Chamberí, una de las zonas más prolíficas en restaurantes de calidad de Madrid, con los mejillones como protagonistas gastronómicos.
Alejandro y Victoria de Charnela, dueños de Charnela
De esta manera, surgió Charnela (cuyo nombre ya es muy significativo ya que hace alusión a la articulación que une las dos piezas del molusco), un restaurante desenfadado y gracioso, donde los mejillones se presentan en todos sus formatos, con numerosas combinaciones. Aunque, también, existen otras posibilidades en la carta como entrantes varios o carnes.
Reminiscencias marineras
El local de Charnela tiene reminiscencias marineras (colores blancos y azules)- con elegantes mejillones de cerámica que decoran las paredes, así como en la parte de barra, a la entrada del local, también hay graciosos mejillones pintados por niños- y toques afrancesados como el título que reza en su fachada “moules et frites” (mejillones con patatas fritas, tal y como se comen en Bélgica y Francia), resultando una pequeña taberna divertida y acogedora. Si a esto, le añadimos la hospitalidad y simpatía de los dueños, Alejandro y Victoria, podemos afirmar que Charnela es un lugar muy agradable para degustar esa gastronomía “mejillonera”.
Fachada de Charnela
En esta tabernita, el mejillón, como decimos, es el rey. Con buena materia prima, tanto estos moluscos como el resto de propuestas son de estupenda calidad. En los entrantes, destacan las gildas, la ensaladilla de la Tía Carmen (con cangrejo), el tomate (tomate rosa aliñado con vinagreta dulce y sal negra) que ellos califican como “el mejor tomate del mundo” y, desde luego, está muy sabroso, así como otros platos curiosos tales como los gambones al estilo Cha- Thai…Además, los carnívoros podrán optar entre dos tipos de carnes (pluma de cerdo o lomo de buey).
Charnela sala
Pero, evidentemente, son los mejillones los que ocupan un lugar preponderante en la oferta gastronómica de Charnela. Muy originales son: el bocatín “Charnelo” de mejillón, pan de aceite, queso fundido, rúcula y mayonesa de escabeche, acompañado de patatas fritas o los “Charnelitos” (mejillones acevichados).
Ensaladilla de la Tía Carmen- Charnela
Las cazuelas- 10 en la carta- son muy variadas y versionadas. Encontramos desde los más clásicos como la cazuela Gran Place (al estilo tradicional belga) hasta el Mejillón del chef, cazuela con un toque peruano con leche de tigre, zumo de lima aromatizado con ají limo y rocoto, genjibre, ajos, cebolla y cilantro, acompañado de maíz y chips de batata. Otras de las propuestas provienen de varias partes del mundo: desde Italia con parmesano, Tailandia con leche de coco, Canarias con mojo picón… Las cazuelas de mejillones vienen servidas con extras de patatas fritas y los precios varían entre 17 y 20 euros (suelen ser para compartir). Una forma rica y divertida de degustar y vivir la experiencia de muchos tipos de mejillones con diferentes recetas, a buen precio y con calidad, aptas para todos los paladares.
Cazuela mejillones Gran place
Muy interesante, probar, asimismo, algunas de las ricas cervezas que proponen en Charnela como La Chula, artesanalmente elaborada, en su versión pale ale o lager (ligera).
Direcciones: c/ Ponzano, 8- Madrid
Precio medio: 35 euros/ persona
Reservas: 910 24 81 42 / http://charnelamadrid.com/
Autora: Carmen Pineda
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