Almería y la creación literaria

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     Acababa de regresar de Almería a mi domicilio en Madrid y, como siempre me sucede, enseguida sentí nostalgia de su luz y de su sol, de las casas blancas, de las playas luminosas, de las carreteras solitarias, del paisaje volcánico, de las palmeras heroicas y del Cabo de Gata. Lugares en los que hace ya más de veinte años que me siento acogida y feliz.


Almeria, Vista de la ciudad y del puerto

Almeria, vista de la ciudad y del puerto


    Pero no he sido la primera en recorrer este camino. Hubo escritores que se enamoraron de esta ciudad antes que yo y esto es lo que me propuse contar en estas líneas. Volví durante las vacaciones de Navidad con esta idea en la mente, recorrí las calles de Almería con los preparativos para su cabalgata de Reyes y el caos de las calles cortadas, intenté visitar el museo de la casa del poeta José Ángel Valente, uno de los escritores a los que me refería, sin éxito en esta ocasión. Fui hasta el pueblo de Níjar, apenas a media hora de Almería, recorrí sus calles, entré en su iglesia, compré jarapas y macetas, me asomé al valle cristalino, gris y plata, azul y blanco, que desde la atalaya confunde los plásticos de los invernaderos con el mar. En esos días releí “Los campos de Nijar” de Goytisolo, otro de los escritores a los que me refería anteriormente, la poesía de Valente, compré en la librería Picasso el último libro de Fernando Martínez López, un escritor de la tierra, premio Andalucía de la Critica en 2021, y contemplé con tristeza las ruinas en las que se encuentra el Cortijo del Fraile, en donde acontecieron los hechos en los que se inspiró Lorca para escribir “Bodas de sangre”. Y con todas esas sensaciones latentes en la piel, de sal y viento, admiración y tristeza, lejanía y silencio, me enfrenté a esta tarea.


Nijar, calle de , al fondo el Cabo de Gata

Calle de Nijar, al fondo, el Cabo de Gata


     Quiero evocar las palabras de José Ángel Valente para definir a Almería como “la irrenunciable llamada de la luz”, y para referirse a su casa cuando afirma que “no se sabe bien quién eligió a quién, si yo elegí la casa o ella me eligió a mí”. También quiero recordar las palabras de Juan Goytisolo: “Almería es ciudad única, medio insular, medio africana… la quería sin conocerla aún…”. Me identifico con estas palabras porque definen la atracción que me lleva hasta allí. Y aquí, os garantizo, que no existe objetividad alguna. Como sucede en el amor, la atracción surge y, por mucho que trates de analizarla o esquivarla, permanece, se agranda con el conocimiento e incluso crea adicción con el paso de los años. Cabe añadir que no soy de Almería, que nací y vivo en Madrid y que mis raíces están en La Vera de Cáceres, comarca fértil y rica, que contrasta aún más con el paisaje y la tierra seca de Almería.


        Regresando a José Ángel Valente debo señalar que conoció Almería a través de su amistad con Goytisolo y que fue él quien le guio hasta su casa. Está situada junto a una calle “excusada”, muy cerca de la catedral y a los pies de la Alcazaba, en el número siete de la calle que hoy lleva su nombre. Se trata de una casa burguesa de 1868 con aljibe y grandes ventanales que sufrió varias remodelaciones a lo largo del tiempo. José Ángel Valente nació en Ourense, en 1929, y tras vivir allí se trasladó a Santiago, donde se licenció en Derecho, a Madrid, donde estudió Filología Románica, y más tarde a Ginebra, donde trabajó como funcionario de la ONU y a París donde lo hizo como funcionario de la Unesco, pero fue en Almería en donde encontró su lugar de luz y descanso. Su idilio con la ciudad comenzó a mediados de los ochenta y desde entonces estuvo muy implicado en la preservación de su patrimonio, en especial en los arrabales de la Alcazaba denominada “La Chanca”, así como en la defensa del Cabo de Gata y el desierto de Tabernas.


Conjunto Monumental, La Alcazaba de Almeru00eda

Panorámica de Almería y su Conjunto Monumental, La Alcazaba


      Reseñar su extensa obra ocuparía mucho más espacio del recomendable por lo que me voy a limitar a consignar que recibió el premio Princesa de Asturias de las letras en 1988 y el premio Nacional de Poesía en 1993 y en el 2001, esta vez con carácter póstumo. Su labor literaria va mucho más allá de la poesía, y se dedicó también al ensayo, la crítica y la traducción.


     El rasgo que mejor le define es “la búsqueda de la luz desde las tinieblas” que queda patente en su última obra, “Fragmentos de un libro futuro” y el poemario “No amanece el cantor” escrito tras la muerte de su hijo en Almería. Poco después su salud se fue debilitando y falleció en Ginebra en el 2000.


     El actual museo, la Casa del Poeta José Ángel Valente, fue inaugurado en el 2015 y es en la actualidad propiedad del Ayuntamiento y de entrada gratuita. Recomiendo visitar el museo y ver el documental “El lugar del poeta” sobre este autor ourensano.


      A Juan Goytisolo tuve el honor de conocerle en la Casa del Lector, en Madrid, en el 2015. Recibió el Premio Nacional de Literatura en el 2008 y el Premio Cervantes en el 2014 como reconocimiento a toda su carrera. A pesar de la extensión de su obra, tal vez sean sus “Campos de Níjar” (1959) la más conocida.  Es un libro de viajes en el que fue capaz de describir la belleza de esa tierra por encima de la pobreza, del abandono y del olvido, clamando contra la injusticia.


Nijar, Ameru00eda

Panorámica de Níjar


      Su relación con el paisaje de Almería influyó notablemente en su vida y en su literatura.  Finalmente encontró en Marrakech la prolongación del mismo, y allí vivió desde 1966 hasta que falleció en 2017.


     Continuando con el recorrido literario por Almería y el Cabo de Gata (Reserva de la Biosfera y primer Geo parque de Andalucía) lo que muchos no conocerán es la relación que Federico García Lorca, el tercer escritor al que me quiero referir, tuvo con estos parajes, de tal manera que en la ciudad existen incluso rutas turísticas que recorren los lugares que frecuentó durante su estancia en Almería, como la Casa del Maestro Rodríguez Espinosa, el Centro Andaluz de la Fotografía o el Teatro Apolo. Se fue a vivir allí a los ocho años junto a su profesor, Antonio Rodríguez Espinosa, que tiene una plaza con su nombre en la que existe un busto de García Lorca. Lorca cursó en Almería parte de sus estudios entre 1906 y 1909, y fue en la Escuela de Artes de Almería donde se inició en la escritura y el teatro. En la ciudad, una de las arterias principales, la avenida de Federico García Lorca, conocida como La Rambla, nos conduce desde el centro directamente hasta el puerto.


Playa de Las Negras al atardecer

Playa de Las Negras al atardecer, en el Cabo de Gata, Almería


      Una de sus obras más representadas “La casa de Bernarda Alba”, publicada en 1932, se inspiró en una noticia acontecida en 1928 en el Cortijo del Fraile, perteneciente al municipio de Níjar (volvemos a Níjar) y dentro de su Parque Natural. El cortijo fue construido por los frailes dominicos en el siglo XVIII pasando a ser una edificación privada. Allí transcurrieron los hechos conocidos como “el crimen de Níjar” en el que, el mismo día de la boda, la novia se fugó con su primo, con el consiguiente enfrentamiento familiar y la muerte de él. Y en este acontecimiento, mi pueblito de adopción, Fernán Pérez, también tuvo su singular protagonismo, ya que fue en su iglesia en donde se celebró el enlace.


      El cortijo, en la actualidad en un estado lamentable en espera de que la Junta de Andalucía consiga su propiedad, tiene un gran valor arquitectónico ya que constaba de un patio central, aljibe, hornos, cuadras e incluso con una capilla con su cripta.


       Podría continuar describiendo la relación de Almería con otros autores, añadir detalles de su arquitectura, su luz y su paisaje, de los atardeceres en las playas del Cabo de Gata, las lomas desérticas, los sabores de su gastronomía, la generosidad de sus tapas y de sus vinos, pero la limitación del espacio me obliga, con este artículo, a dejar la puerta abierta, para que la podáis conocer y adentraros en su misteriosa belleza.


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Autora: María Isabel Ruano







La autora, frente al Molino de Fernán Pérez
La autora, frente al Molino de Fernán Pérez

Sol de Portocarrero en la catedral de Almería. Símbolo de la ciudad
Sol de Portocarrero en la catedral de Almería. Símbolo de la ciudad

Playa del Cabo de Gata con sus perfiles volcánicos
Playa del Cabo de Gata con sus perfiles volcánicos

Silueta volcánica de la playa de Las Negras
Silueta volcánica de la playa de Las Negras

Vista de Níjar y detalles de su arquitectura y estilo
Vista de Níjar y detalles de su arquitectura y estilo

Almería, Níjar, Cala Barronal
Almería, Níjar, Cala Barronal

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