EN RUTA POR LA PATAGONIA (PARTE V)

​Atravesando la columna vertebral de los Andes

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       Despegándose de Bariloche y sus muchos atractivos, el viaje debe continuar. El siguiente paso es cruzar los Andes para llegar a Chile. Hay numerosos pasos fronterizos a los largo de esa columna vertebral sudamericana que supone la cordillera de los Andes y no será la única vez que la atravesemos pero hay que elegir la ruta según la población en que nos encontremos.


       A la altura de Bariloche tenemos el Paso Cardenal Antonio Samoré que nos llevará hasta la ciudad chilena de Puerto Montt. Para ser precisos el paso conecta la localidad argentina de Villa La Angostura, con la ciudad de Osorno en Chile, pero el autobús inicia su recorrido en la turística Bariloche para dejarnos en la otra localidad turística chilena de Puerto Montt.


Paso fronterizo Antonio Samoré   PR

Paso fronterizo Antonio Samoré, (foto: Pilar Rudilla)


      Un recorrido de poco más de seis horas por paisajes espectaculares de tupidos bosques, lagos y más lagos, volcanes, ríos, cascadas y una rica fauna.


      Originariamente este puerto de montaña de llamó Paso Puyehue, porque se haya al lado del lago del mismo nombre en territorio chileno. Durante mucho tiempo, el pueblo Poya hizo lo imposible por mantenerlo en secreto a los misioneros españoles que trataban de hallar un camino para cruzar las montañas. En los años 80 fue renombrado como Cardenal Antonio Samoré en homenaje al mediador en el conflicto entre las dictaduras militares de Argentina y Chile en la Navidad de 1978, y mejoraron notablemente la carretera.


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Volcán Osorno, (foto: Pilar Rudilla)


      Cruzando por estos agrestes pasos de montaña me viene a la memoria doña Matilde, una señora que conocí siendo muy chiquitita. Era amiga de mi abuela, decimonónicas ambas, y madrileña hasta el tuétano. Había rechazado varios pretendientes porque, al no ser oriundos y descendientes de madrileños, podía acaecer la desgracia de que en algún momento desearan volver a su terruña y la separarán de la Cibeles de su alma. Pues bien, doña Matilde se casó con un madrileño, tuvo una hija y embarazada del segundo llegó la tragedia. A su marido, tan madrileño él, le destinaron a Santiago de Chile y hacia allá tuvo que partir con toda la familia y supongo que con un cubo para recoger las lágrimas de la desdichada doña Matilde.


      Al hacer escala el barco que les trasladaba en Buenos Aires, fue tan desesperada la situación de la pobre mujer, entre el disgusto, la travesía y el embarazo, que no retenía alimento en su cuerpo. Y el marido decidió bajar del barco y realizar el resto del trayecto por tierra, cruzando los Andes por estos mismos caminos que hoy, asfaltados, me llevan a mí en autobús, pero que en aquel momento de principios del siglo XX eran una vereda por la que circulaba la recua de burros que trasladó a la madrileña con su bebé en camino, la niña y el marido. En Santiago nació su segundo hijo, el tercero y quizá también tuvieran un cuarto –yo solo he conocido a tres de ellos– cuando quiso el destino que el marido falleciera. Y doña Matilde, a 11.000 km en línea recta de su plaza de la Cibeles, con los cuatro hijos a su cargo, emprendió el camino de regreso contratando la correspondiente recua de burros y volviendo a atravesar estos vericuetos de los Andes.


        La hija mayor, Nieves, fue la persona entrañable que me enseñó a escribir con una caligrafía pulcra y delicada, envidia de cualquier monjita, que luego, tomar apuntes en la Universidad, se encargó que perdiera.


        Una alternativa a este cruce de frontera lo proponen dos empresas, una del lado argentino y otra del lado chileno, que trabajan conjuntamente y que utilizan la navegación por los distintos lagos para comunicar los dos países, pero lamentablemente los lagos no están conectados y hay que cambiar hasta tres veces de barco, realizando los trasbordos en autobús lo que extiende el recorrido hasta doce horas de viaje que acaba en puerto Varas y obliga a buscarse el medio para llegar a Puerto Montt. 


Puerto Montt, en segundo plano el Volcu00e1n Osorno, Chile

Puerto Montt, en segundo plano el Volcán Osorno, Chile


      La frontera se realiza por el Paso Pérez Rosales, siendo la última ciudad argentina Frías y la primera chilena Peulla. Aunque recientemente el mal tiempo ha dañado las infraestructuras y no es posible utilizar esta frontera hasta que Vialidad Nacional y las autoridades chilenas resuelvan el problema, de modo que estas empresas deben utilizar un trayecto terrestre como el bus regular, aunque el precio no es lo mismo por mucho guía y almuerzo que incluyan.


Parque Nacional Vicente Pu00e9rez Rosales, Chile

Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, Chile


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Texto: Susana Ávila

Fotografías: Eugenia Malea y Pilar Rudilla





Puerto Montt, Chile
Puerto Montt, Chile

Puerto Montt   PR
Puerto Montt PR

Gaucho   EM
Gaucho EM

Arco iris tras la tormenta   EM
Arco iris tras la tormenta EM

Lago Nahuel Huapi   EM
Lago Nahuel Huapi EM

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