Buenos Aires, Puerta de Argentina

      Argentina es uno de esos destinos que están en el horizonte y que no se quieren perder antes de que los achaques o la edad nos retire de hacerlo. La celebración del V Centenario de la expedición de Hernando de Magallanes, proporcionaba una buena ocasión para conmemorar la efeméride, pero la pandemia se encargó de aparcar el proyecto, así que ahora es el momento de retomarlo.

       Magallanes, que nació en Portugal en el seno de una familia noble, no fue, como tantos otros, profeta en su tierra. Llegado a España, consiguió despertar el interés por ir a las islas Molucas, consideradas como las “islas de la especiería”, pero tomando el camino por occidente, para sortear así los mares reservados a sus compatriotas por el Tratado de Tordesillas. Su expedición lamió la costa oriental sur del Nuevo Continente desde la Bahía de Río de Janeiro hasta Tierra de Fuego y comenzó a subir por la costa chilena despegándose progresivamente de ella.

      Él fue por mar; avistaba la costa y mandaba a tierra a sus capitanes para que la exploraran. Nosotros vamos por tierra y veremos el mar cuando se tercie. Pero ¿no me digan que la excusa no es perfecta? Pues vamos a la Patagonia, la tierra de los antiguos tehuelches, a los que Magallanes llamó patagones. ¿Y por qué? Pues parece que el navegante había leído un libro de caballerías publicado en Salamanca en 1512 llamado Primaleón, en el que aparecía un gigante llamado Patagón y cuando vio a los indígenas de los nuevos territorios de un tamaño descomunal, que le sacaban la cabeza, no dudó en llamarles patagones.

      Comenzar por Buenos Aires, es de manual. Hay numerosos aeropuertos internacionales en el país, pero Buenos Aires es la Puerta de Argentina. Allí, todavía no habremos entrado en la Patagonia, pero es la mejor manera de hacerse cargo de la situación. Lo primero que observamos es que hay muchos Buenos Aires porque cada barrio tiene su personalidad y caminar por sus calles es ir al encuentro del bandoneón.

Congreso Nacional, de Argentina

     Se presenta como una ciudad fascinante, rica en contrastes. Como estaba alojada en el tranquilo barrio de la Recoleta comencé la visita por el Cementerio, un auténtico museo al aire libre, de visita obligada. Allí los mausoleos son monumentos construidos durante el XIX y el XX por las familias más pudientes o que ostentaron influencia y fama en su vida. Pudimos encontrar la de Raul Alfonsin, la de Remedios de Escalada, esposa del general San Martín, aunque el Libertador, tiene su lugar de privilegio en la Catedral Metropolitana. De escritores como Bioy Casares, Victoria O’Campo y la familia Borges, aunque el más famoso, Jorge Luis, está enterrado en Suiza. Pero el lugar más visitado es el de la familia Duarte que contiene los restos de Eva Perón, icono de la mitomanía peronista.

     Llama la atención de este lugar el hecho de que los féretros no están enterrados, simplemente depositados en el mausoleo y las cajas apiladas dan un siniestro aspecto vistas desde fuera. Pero más grave es cuando la tumba ha sido abandonada, por haberse agotado la familia y nadie elimina el aspecto de halloween del mausoleo. Especialmente si se visita en fechas de Todos Los Santos.

Cabildo, Buenos Aires

      Yendo hacia la zona del Congreso, fascinante edificio de estilo neoclasico, con una gran influencia francesa se entra en el barrio de Montserrat para recorrer toda la Avenida de Mayo, llena de suntuosos edificios de estilo francés, hoteles de lujo en otrora. El Palacio Barolo que desafió las reglas arquitectónicas impuestas de que la fachada no podía ser más elevada que el Obelisco, símbolo patrio, en plena avenida 9 de Julio. Y desembocar en la Plaza de Mayo con la Casa Rosada, la Catedral metropolitana y el Cabildo con un aspecto colonial, aunque poco se parezca a lo que fue en aquellos tiempos. Todo ello escenario de las más sonadas protestas. !Ay, si las piedras hablaran!

Casa Rosada, Buenos Aires

     Pero aún queda mucho por descubrir, así que se seguirá informando.

Texto: Susana Ávila

Fotografías Pilar Rudilla