El Alentejo, en Portugal, sinónimo de historia y tradición

• Recorremos, a ritmo de mapa y carretera, una de las regiones más auténticas de Portugal. Desde Castelo de Vide, en el Alto Alentejo, hasta Mértola en el Distrito de Beja, cuna del cante alentejano.

Panorámica de Castelo Vide, Alentejo (Portugal)

Castelo de Vide, localidad conocida como la "Sintra del Alentejo”, con la judería más asombrosa de toda la región.  

Castelo de Vide | Alentejo | Portugal 

Inicie su viaje en el tiempo, con tiempo. Contemple su arquitectura, admire las fincas del siglo XVIII y los jardines, los portales góticos, las iglesias y la judería.

No muy lejos, no deje de visitar el Museo de la Tapicería de Portalegre, dedicado a su fundador, el artista Guy Fino, y con una colección que incluye obras de artistas como Almada Negreiros, Maria Keil, Júlio Pomar y Vieira da Silva. Haga la ruta por las riberas del Tajo, recorra a pie el paso de madera que está junto al río, entre la playa fluvial de Alamal y el puente de Belver, con el castillo como telón de fondo.

Playa fluvial de Quinta do Alamal, a las orillas del Tajo, con el Castillo al fondo.

Parar en la vecina Marvão. Este pequeño pueblo medieval se encuentra sobre lo alto de una colina –muy cerca de la frontera española- y sorprende por lo espectacular de sus vistas. Ubicada en el punto más alto del Alentejo, esta villa amurallada se conserva prácticamente intacta, hecho que la convierte en uno de los enclaves más bonitos de la región

Puente metálico centenario sobre el Río Tajo, que une Gavião a Belver, en el distrito de Portalegre

Disfrute de la gastronomía de Portalegre, especialmente de sus embutidos. Y si es aficionado a la pesca, vaya un poco más allá hasta Ponte de Sor, el embalse de Maranhão o el de Montargil. Si prefiere la caza, no deje de hacer una parada en Sousel. 

Pare en Elvas para comer una tarta sericaia. Elvas sorprende al visitante gracias a su oferta monumental, gastronómica y cultural. De visita obligada, la ciudad cuenta con el mayor conjunto de fortificaciones-baluarte del mundo, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde año 2012, e incluye, entre sus principales atractivos, un acueducto –el acueducto de Amoreira- de 40 metros de altura. 

Elvas, Acueducto da Amoreira, construido entre los siglos XV y XVII

Elvas Fuerte da Graça, conocido también como del Conde Lippe

Justo al lado, en Estremoz, ciudad de vestigios barrocos, comienza la Ruta del Mármol. A partir de aquí se pueden visitar palacios e iglesias, fincas y casas modestas e incluso tabernas y calzadas revestidas de mármol.

A continuación, vaya a Borba, que también forma parte de la Ruta del Mármol, y no olvide que esta es una tierra de buenos vinos y, por lo tanto, un lugar de parada obligatoria en la Ruta de los Vinos del Alentejo. En Vila Viçosa, fíjese en los trabajos de mármol de las fachadas de las iglesias y, por supuesto, en el suntuoso Palacio Ducal, en el Convento de los Agustinos y en el Convento de las Llagas.

Palacio Ducal de Vila Viçosa cuya construcción se inició en el año 1501  

No muy lejos de allí, las alfombras de Arraiolos para los amantes de la artesanía, o la Ruta de Naturaleza de Cabrela y Monfurado, en Montemor-o-Novo, para los amantes de la naturaleza, son buenas sugerencias.

Montemor el Novo, visto desde el Castillo 

No deje de hacer una parada en Évora, el Centro Histórico está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Hay interesantes monumentos y edificios representativos que ver en Évora, combina a partes iguales las ruinas romanas, las iglesias y conventos y la arquitectura tradicional. Podemos empezar la ruta en la Plaza de Giraldo, que está considerado el centro de Évora, con soportales que albergan tiendas y restaurantes, así como una fuente en su parte central. En ella encontraremos la oficina de turismo.

Évora, Plaza do Giraldo y Catedral

Palacios y Monumentos destacables de Évora

Évora es también una ciudad rica en palacios. En la mayor parte de ellos el estilo arquitectónico es el gótico manuelino. El más famoso es el de los Duques de Cadaval, aunque no es el más antiguo. Entre los palacios que ver en Évora también destacan el de Vasco da Gama, el de los Condes de Basto y el antiguo Palacio Real (también conocido como Palacio de Don Manuel). La mayor parte de ellos no están abiertos al público como museos, así que tendremos que conformarnos con verlos por fuera.

Évora Templo de Diana, del siglo II

También es llamativo el acueducto de Água de Prata, que data del siglo XVI, que se prolonga por espacio de 9 kilómetros y recorre varias zonas del centro histórico de Évora.

Évora Acueducto de el Água de Plata, del siglo XVI 

También podemos ver arquitectura religiosa adaptada a otros usos en lo que queda del antiguo convento e iglesia de Loios -del siglo XV-, convertido hoy en una elegante pousada.

Lo mejor de Évora es pasear por sus calles empedradas y contemplar las decenas de edificios singulares que podemos encontrarnos en cualquier recoveco del intrincando centro histórico de la ciudad, entre casas bajas típicas del Alentejo con fachadas blancas y amarillas.

Y, por supuesto, también es una buena idea probar en Évora la rica gastronomía del Alentejo con platos contundentes y sabrosos, como la carne de porco à alentejana o las migas à alentejana.

Deguste en O Redondo sus excelentes vinos y continúe su recorrido por los municipios de Granja/Amareleja, Moura, Reguengos de Monsaraz y Vidigueira, que también forman parte de la Ruta de los Vinos.

Vista aérea de Moura

Continúe por la Ruta de los Frescos, una ruta muy recomendable y con la que podremos ir conociendo diferentes frescos importantes de lugares religiosos, como iglesias de distintas zonas de Portugal. Esta ruta abarca lugares como el Portel, Alvito, Viana do Alentejo y otras muchas zonas. Es ciertamente una ruta altamente recomendable para los amante del arte y en concreto de los frescos.

Frescos y azulejos en la Iglesia de São Tiago, Évora

Es muy agradable poder descubrir cada uno de los frescos de las iglesias, cada uno con sus formas y tonalidades diferentes. Además de poder disfrutar con los frescos de las iglesias, podemos disfrutar con diferentes frescos en murallas en ruinas, entre otros muchos monumentos, siempre monumentos religiosos, que son los que tienen estos frescos que componen la ruta de los Frescos de Portugal, una ruta altamente recomendable para simplemente disfrutar.

• Beja, Capital del bajo Alentejo

Desvíese hacia Beja y conozca a la "Reina de la Llanura” y su impresionante patrimonio. Durante este trayecto, conozca a los grupos corales del cante del Alentejo y sus modas (canciones típicas) que cantan a la melancolía, la soledad, el amor o las labores del campo.y disfrutar del singular cante alentejano, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Sus modas (canciones típicas) cantan a la melancolía, la soledad, el amor o las labores del campo

Cante alentejano, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

Cambia el color del paisaje, más verde por las viñas. Alentejo es una de las denominaciones de origen más extensas de Portugal y cerca de Beja encontramos la finca Herarde do Vau (una de las 68 bodegas de la ruta del vino de Alentejo). 

Ofrecen paseos a caballo entre vides, visitas a las cavas y catas de vinos donde descubrir variedades locales como la Touriga Nacional o la Antao Vaz. Ya en el pueblecito de Beja hay que visitar el convento de Nossa Senhora da Conceiçao protagonista indirecto de una historia de amor y que alberga muestras de arte barroco, manuelino y rococó. Además, de las manos de sus monjas clarisas nacieron los pasteles típicos de la región. Prueba los dulces de tocino, el pao de rala y los porquinhos em doce mientras paseas por sus desérticas calles.

Castillo de Beja, Alentejo, Portugal

Beja, Vista desde el Castillo

• El extenso municipio de Mértola 

Es la última parada de esta ruta por el Portugal desconocido. La región, situada en pleno Parque Natural do Vale do Guadiana, fue gracias al río un importante enclave comercial. En el siglo XI fue capital de un reino taifa independiente y todavía conserva la atmósfera árabe, más que sus villas vecinas. Lo vemos en la mezquita que se esconde dentro de la Iglesia Matriz o en los patios de naranjos de las casas. También en su gastronomía, especialmente en los dulces de almendra. 

Vive principalmente de la agricultura y de la ganadería pero cada vez más de los atractivos turísticos de su naturaleza y de su patrimonio histórico artístico. Mértola es también la capital lusitana de la caza.

La villa volvió a ser conocida a partir de comienzos de los años 90. El turismo cultural se transformó en motor de desarrollo local, impulsando el surgimiento de restaurantes, hoteles y alguna actividad económica que este municipio aislado tanto necesitaba. Además del patrimonio, la historia y la artesanía, que ya no es poco, en Mértola se puede disfrutar de los paisajes del Parque Natural del Valle del Guadiana, que incluyen el salto de agua de Pulo do Lobo, y ese tesoro de la arqueología industrial que es la antigua Mina de S. Domingos.

Merece la pena pasear por sus estrechas y empinadas calles que llevan a un remodelado castillo donde hay ahora unas excavaciones y donde se pueden apreciar dos baptisterios paleocristianos. La mezquita ha sido remozada para convertirla en parroquia cristiana abierta al culto. Los turistas pasean por acá y por allá para disfrutar de una ciudad medieval al mismo borde del río, desde cuyas alturas se aprecia un bellísimo paisaje lusitano.