​Hable con ellos

  Un fenómeno que llama mucho la atención a mi persona (al menos en Ribadavia) es la fe ciega de los foráneos en la tecnología para orientarse por estas tierras ourensanas. Ya me pasó un par de veces al ver cierta discusión en un pequeño grupo, una  pareja o una familia con hijos pequeños sobre por dónde ir o que visitar. Años atrás, al menos uno de ellos se acercaba al indígena local, le preguntaba y así interactuaba con la población autóctona. Ahora el dios Google (o lo que sea) es el nuevo sumo sacerdote de la orientación turística. Tecleando en el móvil ya uno sabe de todo en el lugar donde anda.  

      Al ver días atrás un grupo de turistas de la meseta central discutiendo en el Barrio Judío de Ribadavia sobre cómo organizarse, donde ir y viendo que con el móvil no se daban aclarado, me acerqué ofreciendo mis servicios. Ah, pues no, que el nieto ya está fuchicando por las redes desde Madrid y ya les informará por donde tienen que ir (en este caso a la vecina villa de Leiro), que el controla “de esto”. 

      Que los habitantes de las villas y pueblos nos estemos convirtiendo en un attrezzo turístico ya empieza mosquearme. Falta solo que nos hagan fotos por ser algo exótico. Incluso ya me pasó un par de veces que tenía que explicar a algún que otro creyente tecnológico que lo que le dice el GPS (el Tom Tom antiguo) no está muy al día en esta comarca de O Ribeiro. Ir de Ribadavia a Arnoia le daba alguno la vía más rápida por Cortegada o por Castrelo de Miño.  

      Queridos turistas: en caso de duda, hablen con nosotros. Conocemos el territorio un poco mejor que ese satélite que anda por ahí arriba.