Verano medioambiental

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Luisgulin 1

     No ha trascendido mucho por estas tierras, pero en algunas playas italianas este verano lo de llevar toalla y tumbarse en ellas tiene sus días contados. ¿La razón? Preservar el patrimonio arenisco italiano. Se ha calculado que cada usuario de los arenales transporta involuntariamente, sea pegado al bañador o a la toalla, al menos 30 gramos de arena. Aplicado esto a una playa tamaño Samil significa que en tres meses desaparecen 82 toneladas de arena. Por ese motivo solo se permitirá el uso de esterillas como las que se utilizan en las clases de yoga a las cuales no se pegue la arena. En algunas playas muy concurridas habrá que reservar con 72 horas de antelación el acceso a las mismas, previo pago de una tasa por persona (de 3,50 a 7 euros). Se limitará así la presencia de personas para evitar la aglomeración puntual de la población y también para dar cumplimiento a algunas normativas medioambientales de restringir el acceso de vehículos de motor. 


    Esta medida es comprensible en zonas costeras con villas y pueblos con una población normal de 20.000 habitantes y que en los próximos días puede multiplicarse hasta alcanzar las 200.000 personas. Hay un pueblo costero italiano tamaño Ribadavia en el cual el foráneo que pretenda estar más de cuatro días con automóvil o autocaravana tiene que pasar por caja abonando entre 2 y 4 euros diarios por cabeza. Como es también un pueblo muy pintoresco con muchos adictos a los selfies, también ha prohibido realizarlos bajo multa de 300 euros para evitar atascos y problemas de circulación en algunas zonas. La gestión turística está cambiando.

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