Decir Viena es referirnos a lugares tan emblemáticos como el bellísimo Palacio de Schönbrunn y su entorno (algunos lo llaman el Versalles austriaco) o a personajes históricos tan míticos como la emperatriz de Austria y reina consorte de Hungría, Isabel, popularmente conocida como Sisí o Sissi (ésta última nomenclatura proviene de las populares películas interpretadas por la actriz Romy Schneider).
Sisí reinó junto a su esposo, el emperador Francisco José I de Austria, durante el siglo XIX, al frente de la Casa de Habsburgo-Lorena, una de las sagas reinantes más poderosas que ha tenido Europa. La huella de los Habsburgo con sus magníficos edificios, palacios, estatuas, así como la herencia de esta emperatriz tan particular- rebelde y bella por antonomasia- están impresas en la genuina esencia de Viena, una preciosa y majestuosa ciudad monumental que rezuma Historia en cada esquina.
Por eso, hay dos lugares imprescindibles para entender el mundo aristocrático e imperial que ha marcado la personalidad de esta ciudad centroeuropea: Schönbrunn, a 20 minutos del centro de Viena en metro y los apartamentos imperiales del Museo Sisí, en el llamado barrio de los Museos, en la almendra central de Viena, donde se concentran las más sobresalientes instituciones museísticas de la ciudad, como el impresionante Museo de la Historia de las Artes (KHM) o el WeltMuseum (museo de etnología), entre otras joyas culturales.
Para entender la figura y la personalidad de la emperatriz austriaca, visitar los Apartamentos imperiales en el Museo Sisí puede resultar muy interesante e instructivo porque nos dará una idea del ambiente, las costumbres y la idiosincrasia de la corte austriaca durante la vida de este gran personaje, adorado por los austriacos. Muebles, joyas, objetos personales de aseo, vestidos, estatuas, pinturas, fotografías…, nos sirven para recorrer, en un emocionante viaje en el tiempo, a través de varias estancias (algunas muestran los enseres de la pareja real como sus camas o los aparatos de gimnasia que usaba la emperatriz para mantenerse en forma, toda una revolución en aquel tiempo y muy mal visto por la rígida Corte vienesa que no entendía este culto al cuerpo de Sisí).
Estatua de Sisí en el Museo Sisí
Porque, en definitiva, lo que vemos en este interesante Museo es el recorrido vital de una jovencita aristócrata de 16 años que se casa, sin saber bien a lo que se enfrenta, con, nada menos que el Kaiser Francisco José I, profundamente enamorado de ella, pero inmerso en un encorsetado ambiente cortesano de habladurías, cerrazón y chismorreos. La entonces joven ingenua y alegre, considerada una de las reinas más bellas de su época, se rebelará, con los años, ante esta rigidez, refugiándose, al final de su vida, en la escritura de la poesía y en una existencia de continuos viajes por diversos países que la curaban de su nostalgia y melancolía por la falta de libertad que sufría en palacio y por la añoranza de su único varón, Rodolfo, que se suicidó trágicamente a la edad de 30 años (otras versiones dicen que fue asesinado por motivos políticos).
En el Museo, descubrimos una mujer con fuerte personalidad, inquieta culturalmente, deseosa de independencia y, a su modo, una precursora del feminismo, algo que no era dado a las mujeres en el XIX y, menos, a la gran emperatriz de Austria.
Habitación de Sisí en el Museo Sisí@Foto Knack
Su mito se forja, precisamente, en gran parte, además de por sus viajes en los que curaba su frustración, en sus costumbres cotidianas. Ejemplo de ello era cómo cuidaba su salud y su físico, a base de muchísimo ejercicio ( equitación, esgrima, natación, gimnasia…), de dietas alimenticias ( tenía lo que se dice una cintura de avispa, que vemos, en el Museo, en alguna de las estatuas a tamaño real de la Emperatriz), de cuidados de belleza como mascarillas de carne, de baños en una bañera de latón (podemos ver la auténtica en el museo) o cómo se ocupaba de su larguísima cabellera, cepillándola, diariamente, durante 2 o 3 horas ( los lavados de pelo solían durar un día y se hacían a base de cognac y huevo), mientras que leía o aprendía idiomas con un ayudante de cámara, como se recrea en una de las estancias. Estas costumbres, hoy banales, pero entonces demasiado modernas, hicieron de Sisí una figura controvertida, incomprendida y criticada por los más rígidos representantes de la dinastía imperial.
Sala Vieux Laque del Palacio, @A. E. Koller
En el Museo, podemos admirar, como decimos, muchos de sus objetos personales (existen 300 expuestos), como sus famosas joyas de diamantes en forma de estrellas- bellamente incorporadas en su peinado- inmortalizadas en su cuadro de juventud más famoso, expuesto en una de las estancias. Además, entre muchos objetos, admiraremos el lujoso vagón imperial del tren en el que viajaba, sus vestidos (algunos de su coronación como reina de Hungría), su famosa sombrilla negra, sus acuarelas con las que realizaba hermosos dibujos, sus fotos familiares, su máscara mortuoria o su abrigo negro de plumas de garza con el cual Sisí fue cubierta tras el desgraciado atentado que le costó la vida en Suiza perpetrado por un anarquista italiano, cuando la emperatriz solo contaba con 60 años.
Un hermoso itinerario por la vida de una de las mujeres más interesantes y míticas del siglo XIX, en un Museo muy bien organizado, entretenido e interesante que nos hará “empaparnos” de la esencia más auténtica de la Viena Imperial.
La visita se puede realizar con audioguías (disponible en español). Con la Vienna City Card, se pueden conseguir descuentos para este Museo, además de billetes para medios de transporte, durante 24, 48 o 72 horas.
Acceder a Schönbrunn desde el centro de Viena es fácil. La línea de metro U4 lleva directamente a esta zona de la ciudad. Aquí, encontramos el Palacio de Schönbrunn, de estilo barroco y sus inmensos y bellísimos jardines llenos de variadas especies de árboles, fuentes, impresionantes rosaledas, paseos y parterres floridos. Recomendamos visitar el Palacio (mejor ir con tranquilidad para apreciar todo con calma) pero también muchos de los demás atractivos existentes como el citado parque, el Zoo (Tiergarten) de Schönbrunn- el más antiguo del mundo en funcionamiento-, la Gloriette (La Glorieta) o el kindermuseum (museo de niños), ideal para familias.
Schönbrunn desde el aire, © Severin Wurnig
Además, no hay que dejar pasar las numerosas actividades como el gastronómico taller de cocina de Apfeltrudel (pastel de manzana típico)- www.strudelshow.at- en el que nos enseñarán todos los secretos de la genuina receta, adorada por los vieneses. El Strudel show tiene lugar en el Café Residenz en el Palacio Schonbrunn y, por supuesto, se podrá degustar, in situ, una porción recién salida del horno.
Interior del Palacio@A. E. Koller
Otra de las cosas que no debemos dejar de hacer es asistir al magnífico concierto en l´Orangerie del Palacio Schönbrunn-www.imagevienna.com-, donde escucharemos, al final del día, en un marco excepcional y con un personal muy amable, excelente música vienesa con autores tan esenciales y característicos austriacos como Mozart y Johann Strauss. Existe un combinado de visita al Palacio y Concierto muy interesante. En dicho “pack”, regalan una copa de vino austriaco, que podremos beber, relajándonos, antes del concierto.
El Palacio de Schönbrunn es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1996. Fue la poderosa emperatriz Maria Teresa I de Austria (en el siglo XVIII)- primera y única mujer que gobernó sobre los dominios de los Habsburgo y la última jefa de dicha Casa (a raíz de su matrimonio, la dinastía se llamaría Casa de Habsburgo-Lorena)-, quien convertiría este palacio en residencia veraniega de los Habsburgo. El Palacio debe visitarse por la belleza de sus salas (1141, de las que se visitan 45), la riqueza de sus muebles, cuadros, objetos de decoración, lámparas… Además, se tienen bonitas vistas del imponente parque que sube hacia la Gloriette (monumento que domina, desde sus 241 metros de altura, el conjunto de los jardines).
Schönbrunn y Viena, @Wien Tourismus Julius Hirtzberger
En este recorrido, volveremos a rememorar estampas de la vida tanto de Sisí como del emperador Francisco José (nacido y fallecido aquí) y de varios miembros de los Habsburgo. No hay que perderse el Salón de los Espejos, de estilo rococó, donde Mozart actuó, el Salón "Vieux-Laque", donde Napoleón pronunció una conferencia o la Gran Galería, donde se reunieron los miembros del Congreso de Viena de 1814-15. Dos sugerencias: al ser uno de los monumentos más visitados de Austria, recomendamos reservar la entrada online con anterioridad en www.imperial-austria.at; otro consejo es cogernos la visita combinada “after hours”, sobre las 19h de la tarde, al Palacio y asistir al Concierto de l´Orangerie, ya citado. Un plan inmejorable.
Gran Galería del Palacio Schönbrunn ©Severin Wurnig
También lo es, visitar el Zoo de Schönbrunn, fundado en 1752, por Maria Teresa, que está impregnado en sus diferentes edificios de estilo barroco y de encanto histórico. Junto al Palacio Schönbrunn y a sus jardines, el Zoo es, así mismo, Patrimonio de la Humanidad. Con 700 especies y un espíritu de conservación muy acentuado de diferentes animales (pandas, koalas, hipopótamos, cebras, jirafas…), este zoo llama la atención por su maravilloso entorno verde, lleno de espléndidos parques que rodean al Palacio, por la cercanía de su Casa de Palmeras y por el Pavillon (el antiguo pabellón del Kaiser), donde probar recetas austriacas, en un lujoso ambiente de café vienés con una cúpula impresionantemente bella y pinturas de Sisí y Francisco José. Además, paseando por las 17 hectáreas del Zoo, descubriremos, yendo hacia lo alto, una zona de granjas con animales y casas rurales de estilo tirolés de maderas y flores que nos sumergen en el ambiente campesino más auténtico de Austria.
Jirafas del Zoo Schoenbrunn, @Daniel Zupanc
Desde esta parte del Zoo, llegaremos con facilidad hasta la preciosa Gloriette, un imponente monumento de arcos y columnas, construido en 1775 por Johann Ferdinand Hetzendorf von Hohenberg, arquitecto de las obras de remodelación del Palacio, desde donde se tienen las mejores vistas del parque y del Palacio.
Casas tirolesas en el Zoo Schönbrunn, @Eisenberger
Aquí, venía a desayunar y a merendar el emperador Francisco José. Con el tiempo el comedor imperial se ha convertido en un magnífico Café: el Café Gloriette, donde podemos almorzar o picar algo. Tienen una oferta espectacular de tartas y pasteles típicos austriacos. Aconsejamos probar la “Sisitorte” (tarta Sisi de almendras, nougat y naranja) mientras admiramos las vistas de Schönbrunn. Una forma excelente de endulzarnos y coronar una estupenda visita a Schönbrunn, un lugar único en el mundo que nos asombrará por su belleza y nos introducirá en la fascinante historia imperial de Viena.
Schloss Schönbrunn y Gloriette © Severin Wurnig
Más información:
Museo Sisí (Apartamentos Imperiales):
https://www.sisimuseum-hofburg.at/
Schönbrunn:
Palacio y Gloriette: www.schoenbrunn.at
Zoo: www.zoovienna.at
Vienna City Card (para transportes y visitas a Museos):
https://www.wien.info/en/travel-info/vienna-city-card
Oficina de Turismo de Austria:
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