​Profesión de Riesgo

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     Hace días, millones de españoles pudimos ver el vídeo que recogía la desafortunada muerte del policía Juan José Lara, como consecuencia de una bala disparada por su compañero contra un trastornado agresor con martillo y cuchillo. Según los primeros informes de la Policía Científica, dicho proyectil rebotó en una de las monedas del bolsillo del histérico individuo cuando ya se estaba abalanzando sobre el agente que resultó herido con una herida punzante en la espalda. Toda la suerte de no morir que tuvo este profesional, gracias a la valiente intervención de dos ciudadanos y a su propia destreza para evitar ser amartillado o apuñalado mortalmente, tuvo el desafortunado contrapunto en que el proyectil desviado atravesó el abdomen de su compañero que ya se encontraba en carrera y a diez metros para socorrerle.


   Algunos medios de comunicación afirman que debía haberle disparado bastante antes y que una sentencia de abril del Tribunal Supremo, absolvió de homicidio a un hombre que disparó contra su vecino que intentaba matarle con un hacha.


     Lo que no se tiene en cuenta es que a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se les exige mucho más que al resto de españoles para apreciar que actúan en legítima defensa. Diversas sentencias en casos similares, les suponen que son expertos tiradores, aunque muchos de ellos realicen pocas prácticas de tiro al año. Además, la mayoría de las intervenciones policiales no quedan grabadas y eso puede suponer un hándicap en el juicio para justificar la correcta actuación del servidor público. Analizando la actuación del Agente, es probable que pospusiese el disparo hasta tan tarde, debido a los problemas jurídicos y psicológicos que intuía que iba a tener si hería o mataba a esta incontrolable persona. Seguro que este funcionario policial conoce casos de compañeros que han salido judicialmente mal parados después de una difícil actuación en la calle.


   Lo ocurrido en Ándujar, debiera ser el detonante definitivo para una mejor y clara regulación jurídica de los casos permitidos para disparar contra el que amenaza seriamente con un arma blanca u otro objeto contundente. Asimismo, podría ser el revulsivo para que después de centenares de agentes estatales fallecidos en Acto de Servicio, por fin se le reconozca a la Guardia Civil y a la Policía Nacional como "Profesión de Riesgo", al igual que ya se ha realizado con las Policías Autonómicas y Locales de nuestra Nación.

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