Una buena forma de viajar es dejarse transportar a través de los sentidos disfrutando de los productos típicos de cada destino. Es el caso de algunos establecimientos emblemáticos de Palma de Mallorca que, además, tienen más de 100 años de historia y reflejan la identidad de una ciudad auténtica que apuesta por poner en valor su lado más genuino. Estos comercios son tesoros en forma de establecimiento que cuentan con una gran tradición en Palma y que han permanecido a lo largo de diferentes generaciones y tiempos, manteniendo su personalidad y caracterizados por el servicio personalizado al cliente.
De los 114 comercios emblemáticos de la ciudad —entre los que se encuentran mimbrerías, chocolaterías, tiendas de telas, hornos, pastelerías, bares y cafeterías—, estos cuatro cuentan, además, con más de 100 años deleitando con sus delicias a los vecinos e impregnando el ambiente con sus inconfundibles aromas.
Can Joan de SAigo
Fundada por Joan Thomas en el año 1700, en un local situado junto a la iglesia de Santa Eulàlia, se hizo famosa por vender el hielo que prensaba en las “casas de hielo” de la sierra de Tramuntana, así como por la elaboración de helados con zumo de fruta. A principios del siglo XX, el establecimiento fue traspasado a Antoni Martorell y trasladado al actual emplazamiento, conservando el cartel pintado a mano de la fábrica de La Roqueta. Productos como el chocolate caliente, las ensaimadas o los quartos, todos de elaboración artesanal diaria, le siguen dando nombre a este mítico negocio, con ahora tres sedes, regentado por siete primos de la familia.
Can'n Joan de s'Aigo. Imagen: C.Fernando Sancho Sifre
Cada día, Pedro Miguel, la 2ª generación de la familia, abre la verja de su pequeño establecimiento de comestibles que cuenta con casi 140 años de historia. En 1886, año de su fundación, el nombre original era Colmado Londres. En 1960, pasó a llamarse Frutería Londres y no fue hasta el 1986, con el traspaso a Pedro Amengual, padre del actual propietario, cuando cambió al nombre que hoy en día posee. Aunque su especialidad es la sobrasada de cerdo negro, cruzado y blanco, este establecimiento ofrece una amplia gama de productos típicos de Mallorca capaces de sorprender y deleitar los mejores paladares.
Colmado Sto Domingo, @Eduardo Miralles
Fundada en 1872 como chocolatería, incluyó unos años después la venta de productos ultramarinos casi imposibles de ver en la ciudad, como el champán Möet Chandon. Sin embargo, en 1972 se decidió dividir el negocio, separando dulce y salado. Las dos tiendas quedaron divididas, tal y como se presentan en la actualidad: por un lado, La Pajarita Bombonería y, por otro, La Pajarita Colmado. El mobiliario, las lámparas y por supuesto, sus más de 40 tipos de bombones diferentes, turrones, panelets y monas de pascua han atraído clientes tan emblemáticos como el Archiduque Luís Salvador de Austria o la Familia Real de España.
Aunque si bien la gestión del negocio actual es de hace unos pocos años, gracias a sus actuales socios, el carácter centenario de este fornet surge cuando estos deciden mudarse al espacio del antiguo Forn d'es Teatre, situado en un edificio del siglo XIX símbolo del modernismo catalán en las Islas Baleares. De este horno de 1916 se conserva, entre otras cosas, su característica fachada de estilo art Nouveau, hecha de madera y promovida por Jaume Alemany. Además de elaborar con mimo panes y pasteles, sus propietarios también se dedican a recuperar recetas de repostería tradicional mallorquina, para su posterior elaboración y venta o como ellos mismos lo llaman: “arqueología gastronómica local”.
Fornet de la Soca-Teatre
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