La Laguna, municipio del Nordeste de Tenerife que alberga el único casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en Canarias- el de San Cristobal de La Laguna- acaba de participar en Fitur 2023 con la campaña “Descubre La Laguna: otra forma de ser”, presentada por su alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, Laura Castro Hernández, directora insular de Turismo de Tenerife y la concejala de Turismo, Idara Afonso.
San Cristóbal de La Laguna
El municipio tinerfeño tiene mucho que ofrecer. Además de ser un destino cultural (con las bellezas monumentales de San Cristobal como la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios, la iglesia de La Concepción, la Casa de los Capitanes, el Teatro Leal o la Casa Lercaro, que es la sede del Museo de Historia y Antropología de Tenerife) también lo es gastronómico y natural con un extenso muestrario de productos de la tierra y del mar.
Catedral de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife
La Laguna es un lugar para el descanso, el relax, en un ambiente rural y bucólico donde la filosofía “slow” impera, reflejándose en el aspecto gastronómico pero también en el cultural, en su idiosincrasia y su forma de vivir, en general.
Ejemplos de la forma de vida y de crear valor al estilo “slow” son Louis Lambert, artista francés de proyección internacional, que ha encontrado en La Laguna una fuente de inspiración para sus impresionantes murales., Arian González, travel blogger y activista medioambiental que remarca la importancia de la responsabilidad individual a la hora de viajar y elegir destinos sostenibles o el melillense Tato Dinis, memoria viva del surf en la zona y que sueña con culminar su sueño de montar un museo dedicado a esa trepidante actividad en este municipio.
En La Laguna, se potencia un turismo de descubrimiento selecto que nos sorprenderá frente al “cliché” de Canarias como destino un tanto masificado y, a veces, poco respetuoso con el medioambiente. El objetivo de los laguneros es crear un sistema circular que permita que los recursos generados por el turismo repercutan directamente en la economía y en la forma de vida de los habitantes de La Laguna
En la línea del “slow food”, La Laguna apuesta por los productores locales y la cocina de kilómetro 0, defendiendo su sostenibilidad medioambiental, social y cultural. Algunos de ellos, por poner un ejemplo, como Salva Betancort, propietario de la empresa 5senti2 de El Rincón, elabora unos deliciosos quesos artesanos “de autor”, a partir de la leche de cabras de la raza Tenerife Norte y de ovejas canarias de lana que él mismo cría, pastorea y ordeña, respetando el territorio y apostando por un futuro sostenible.
Un ejemplo notable de esta promoción turística, que pretende poner por delante los valores naturales, históricos, agrícolas y culturales, es el caso del Parque Rural de Anaga, ubicado en el extremo nororiental de Tenerife, declarado Reserva de la Biosfera. Allí se cultivan productos agrícolas tan claves para la gastronomía local como la papa borralla, la papa liria, el ñame o la batata. Estos vegetales se crían en bancales practicando la llamada agricultura heroica, considerada como tal por la dificultad del trabajo en unos terrenos donde la mecanización y la explotación intensiva no tienen cabida.
Parque Rural de Anaga, La Laguna
Ese ambiente rural también se puede experimentar en otros territorios del municipio de La Laguna, como Valle Guerra y Tejina, a los que popularmente se considera como la huerta de Tenerife, mientras que La Vega lagunera y Las Mercedes son el granero insular, por la abundancia de cultivos de cereales.
Además de los productos de la tierra, esta campaña de promoción también quiere poner en valor los productos pesqueros capturados frente a la costa de La Laguna. Sobre todo, en Punta Hidalgo, Jover y La Barranquera, donde la pesca se sigue realizando de una forma tradicional y responsable con el medio ambiente.
Piscina de Jover, San Cristobal de La Laguna
En el capítulo de la restauración destacan nombres como el de Braulio Simancas, cuyo restaurante El Silbo Gomero ofrece una actualización de la cocina local, aligerando los platos más tradicionales. También está Yaiza Alonso con Guaydil, local en el que practica una cocina diferente y accesible a partir del producto lagunero y algún que otro guiño internacional. Mientras que el chef Patricio, al frente del gastro-bar El Jinete Sin Cabeza, llegado a La Laguna hace 21 años, seduce con una deliciosa fusión entre la cocina local, la mediterránea y la de su Argentina natal. Una cosa curiosa de la personalidad lagunera son los guachinches: tradicionales bodegas familiares en las que la cata de vinos se acompaña de un menú a base de cocina típica canaria, siempre elaborado a partir de los productos existentes en el mercado en cada momento.
Gastronomía de kilómetro 0 en La Laguna
En este sentido, los vinos son parte fundamental de la gastronomía de La Laguna. Tienen la D.O. Tacoronte-Acentejo, con una producción bastante limitada (mayoritariamente a la propia isla) por las condiciones del terreno y la reducida superficie de cultivo. Algunos productores vinícolas locales son Mallar Tinto, Máncora, Viña El Drago y Vinos en Tándem.
Autora: Carmen Pineda
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