Vivanco Brunes, la última innovación de Rafael Vivanco

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     La última innovación del enólogo Rafael Vivanco, cuya investigación le ha llevado a elaborar un vino de Municipio, es de color violáceo y profundo, lo que denota su juventud. Vivanco Brunes, el primer vino de esta categoría de Bodegas Vivanco, toma su nombre del medievo, cuando la localidad riojana de Briones, reconocida como uno de los Pueblos más Bonitos de España, era Brunes para los habitantes de la villa. La inspiración de la que nace esta nueva creación de Rafael Vivanco hunde sus raíces en su aire medieval, en sus callejuelas y casas de piedra, donde aún resuenan antiguas y oscuras historias de diablos y brujas, de misterios y portentos de esta tierra generosa que inspira. Incluso el guiño de la etiqueta, que representa un llamativo sacacorchos de Gerald Youhanaie que representa a un belcebú rojo sobre un fondo negro, invita a revivir el pasado de la legendaria villa de Brunes.

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Vivanco Brunes, Vino de Municipio ecológico


     Desde el Briones actual, el enólogo Rafael Vivanco, en su afán por investigar la historia y el carácter propio de las diversas variedades de Rioja, rinde un homenaje al pasado de la villa, a las raíces de su tierra, con un vino de Municipio que se elabora a partir de la selección de dos parcelas de viñedo propio: Orizabal, donde se cultiva la uva Tempranillo, y La Isla, con Maturana Tinta, ambas trabajadas de forma ecológica. Vivanco Brunes es, además, un vino vegano, ya que durante todo su proceso de elaboración no interviene ningún elemento de origen animal (en la clarificación a veces hay trazas de albúmina de huevo). Un vino sabroso, un reflejo del carácter singular de Briones, en La Rioja Alta, donde la diversidad de suelos y una mayor influencia del clima atlántico imprimen carácter.


  • Brunes: personalidad desde el siglo VIII


     Este vino tan singular toma su nombre de la antigua denominación de la villa de Briones. De hecho, la Crónica Albeldense hace referencia a la campaña que realizó en el año 740 Alfonso I, Rey de Asturias, por la ribera del Ebro, en la que destruyó Brunes. Esta era la forma popular en la que los berones, el pueblo celtíbero que se instaló en la Rioja Alta y Media en la época prerromana, denominaban al pueblo de nombre homónimo Berones, la forma culta con la que los historiadores designan a este lugar.


     El nombre actual de Briones procede de esa versión clásica, pero Brunes se perdió en el olvido… hasta ahora, año 2021, cuando Bodegas Vivanco lanza su primer vino de Municipio, Vivanco Brunes, la antigua denominación del pueblo llano para designar su villa en el medievo, un tiempo donde leyendas inimaginables resonaban en sus piedras.


  • Un sonriente diablo rojo en la etiqueta


     Ese nexo entre pasado y presente, esa historia legendaria se expresa también, como un guiño, en la original tarjeta de presentación de este vino singular. La Edad Media en Brunes, cuando las leyendas de brujas y demonios se susurraban por la noche al abrigo del fuego, está presente en este vino ecológico y vegano del siglo XXI. De entre los más de 3.500 sacacorchos que se muestran en la sala 5 del Museo Vivanco de la Cultura del Vino (una de las mayores colecciones de estos objetos expuestas al público), se ha seleccionado como imagen de Vivanco Brunes uno muy especial. Se trata de The Red Devil (El diablo rojo), una pieza del norteamericano Gerald Youhanaie, de 1985. Este escultórico sacacorchos, abridor y pisapapeles, representa un sonriente demonio, un misterioso Belcebú que conecta, a través de una sugerente etiqueta roja y negra, el pasado legendario de Brunes y el presente de Briones.


  • La singularidad de un vino de Municipio


     Vivanco Brunes es singular por este nombre con reminiscencias medievales y por su catalogación como vino de Municipio: solo se pueden etiquetar así los vinos cuyas uvas procedan exclusivamente de un determinado municipio, en el que también se debe elaborar, criar y embotellar, tal y como dicta la normativa del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja. Quien disfrute de este vino tiene la certeza de su origen, que es lo que le confiere su personalidad única.


     Ese carácter lo imprimen el paisaje y el viñedo. El Briones de hoy, el antiguo Brunes, está en el corazón de la Rioja Alta, a 502 metros sobre el nivel del mar. Se trata de uno de los municipios con mayor tradición vitivinícola de la zona, con 1.400 hectáreas de viñedo amparadas por la DOCa Rioja. El clima atlántico y un terruño de gran calidad, con suelos de origen pedregoso y ligero, cercanos al Ebro, y otros más arcillosos y calcáreos, hacia el sur, marcan la impronta de estos viñedos.


  • Orizabal y La Isla, dos parcelas para la excelencia


     Las dos parcelas de las que nace Vivanco Brunes están cultivadas según los parámetros de la agricultura ecológica; Orizabal desde 2013 y La Isla desde 2016. Es en Parcela Orizabal, una finca de casi cuatro hectáreas rodeada de almendros al oeste de Briones, donde se cultiva la variedad Tempranillo, que destaca por su delicadeza y sutilidad. El suelo suelto y cascajoso, muy poco profundo, hace que la uva no tenga un excesivo vigor. Sus racimos pequeños y sueltos concentran el carácter del mejor Tempranillo, el que ofrece maduraciones lentas, y vinos frescos y vivos.


     La Isla, situada al este de Briones, es un paraje de 1,6 hectáreas en medio de una ínsula que se despieza de Briones y se acerca a la ribera del Ebro. Sus suelos pobres y la alta densidad de plantación favorecen el vigor moderado de la Maturana Tinta, una uva autóctona de Rioja de la que Vivanco es su principal cultivador: de las 229 hectáreas en Rioja, más de 25 pertenecen a Vivanco. La Maturana Tinta, una variedad de ciclo más corto, aporta al vino un sabor único, propio de esta tierra.


  • Vivanco Brunes 2019, una añada opulenta y golosa


     Un crianza (90% Tempranillo y 10% Maturana Tinta) fresco y de paso elegante tras doce meses en barricas de roble francés y, en un parte del vino, en depósitos de hormigón y de acero inoxidable. El vino se afina en botellero durante, al menos, nueve meses. La vendimia 2019 se realizó manualmente, en pequeñas cajas, durante la primera semana de octubre en el caso del Tempranillo y la segunda semana de dicho mes en el caso de la Maturana Tinta. Un año marcado por precipitaciones moderadas durante el otoño y el invierno, y una primavera cálida que propició el brote temprano del viñedo. El verano fue seco y caluroso, por lo que el resultado ha sido un vino más opulento, y con fruta más directa y golosa, listo para disfrutar en 11.800 botellas de 75 cl. y 350 mágnum.

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