Negro sobre blanco

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Fernando Gonzalez

     Conflicto por allí, conflicto por allá, el de Ucrania era uno más que llevaba años sin solucionarse. Pocos pensaban en una escalada de la tensión político-militar tan rápida como la que estamos viviendo. Lo mismo, ocurre con muchas situaciones negativas que pueden aparecer de repente en nuestras vidas. Un cáncer, una pandemia, la pérdida de un empleo, una infidelidad conyugal, la muerte abrupta de un ser querido, una traición inesperada de un familiar o amigo, en fin, somos seres vivos frágiles y expuestos a bastantes contratiempos que pueden aparecer sorpresivamente en el camino de nuestra corta vida terrenal.


   Hasta 1930, la esperanza media de vida al nacer en España no alcanzó los 50 años. En la actualidad y a pesar de la Covid-19, se superan los 82. La inmensa mayoría de adultos y niños anteriores al siglo XX, estaban habituados a sufrir penurias físicas y económicas, así como la pronta muerte de hermanos, hijos, nietos y otros familiares. Esto significaba que muchas personas experimentaban diversas tragedias personales desde su tierna infancia, lo cual los hacía madurar a marchas forzadas. Hoy en día, la mortalidad y hambre infantil son muy minoritarias en nuestro país. La mayoría de nuestros niños, adolescentes y jóvenes viven cómodamente con fácil acceso a todo tipo de información o conocimiento. Esto contribuye a los serios peligros de no saber  valorar lo mucho que cuesta conseguir lo que disfrutan, ni de saber asumir emocionalmente, muchos imprevistos cotidianos o algunas desgracias personales.  


   Está claro, que los hijos necesitan sentirse amados, respetados y valorados, pero también es importante que los progenitores eviten los fáciles errores  de no disciplinarlos y sobreprotegerlos. Sus seres queridos pueden ayudarles en muchas ocasiones, pero por sí solos, tienen que aprender a saber comportarse, tomar decisiones y asumir las consecuencias de sus errores en  todas sus relaciones sociales. La Pandemia y la actual situación política internacional, nos recuerdan  que lo blanco se puede transformar en negro con mucha rapidez. Deberíamos  reflexionar sobre si estamos preparando bien a las nuevas generaciones, para que sepan afrontar las distintas adversidades y tragedias repentinas de la vida.

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