Muerte digna y sin dolor es posible

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Jacinto Seara 202

Realmente no estoy diciendo nada que muchos médicos en sus hospitales están haciendo, además cumpliendo con lo enseñado por Hipócrates “No llevar otro propósito que el bien y la Salud de los enfermos”, y que en diferentes adaptaciones, siempre con el mismo espíritu, que han prometido millones de médicos a lo largo de todos los tiempos, y que han cumplido fielmente y por lo que la humanidad se ha beneficiado. 


Es por eso que en todos los tiempos han procurado que el paciente, sea cual sea su edad, enfermedad, o raza, sexo, nacionalidad, ideología política, clase social o cualquier factor haga que el paciente sea atendido con todo lo que dispone. Así han actuado ante el nacimiento, como durante la vida y cuidando cuando está tocando a su fin. He podido comprobar por experiencias muy cercanas que siempre han intentado por todos los medios curarlo, y cuando esto ya no era posible calmarle el dolor, siempre en contacto con los familiares para que tuviese una muerte digna, incluso si es posible que estuviese en una habitación o un lugar solitario en la UCI en compañía de familiares cercanos, hasta que la muerte indolora se produjese. Esto se está haciendo así, incluso facilitando los consuelos espirituales de quien es creyente, como dice el “Juramento Hipocrático”, que en la ‘Convención de Ginebra” de 1945 se le añadió “no utilizar los conocimientos contra la humanidad”.


Invito al lector a buscar las diferentes versiones y encontraran que prácticamente son la misma, reforzadas en no inducir a la muerte sea cual sea el ser humano. Por ello no creo que sea necesaria lo que bajo diferentes eufemismos se conoce cómo ‘Eutanasia’. No es un acto perteneciente a ninguna religión, es algo que dese las raíces de nuestra civilización Occidental en Grecia ya se creía y se hacía. Y se sigue practicando por la casi totalidad de nuestros sanitarios, como dicen los franceses ‘no hay regla sin excepción’. Hecho comprobado con mi esposa, mi madre y un hermano, en diferentes hospitales, los han tratado siempre con dignidad y sin dolor, tuvieron una muerte digna. Tenemos cuidados paliativos, hay que extenderlos para todos, sin descuidar la espiritualidad que puedan necesitar. No hagamos con los humanos lo que no queremos para nuestras mascotas.

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