Hoy nos acercamos hasta un paraje natural situado en España, un lugar singular que se encuentra a unos 30 kilómetros de la siempre bonita ciudad de Cuenca, población famosa por su gran símbolo declarado Patrimonio de la Humanidad: las Casas Colgadas, auténticos tesoros arquitectónicos que miran a la hoz del río Huécar desde su vertiginosa ubicación en elevadas rocas.
Casas Colgadas de Cuenca, Patrimonio de la Unesco
El territorio que buscamos forma parte del Parque Natural de la Serranía de Cuenca y es conocido como la Ciudad Encantada. Estamos en un espacio natural mágico repleto de formaciones rocosas con formas caprichosas modeladas por la erosión a lo largo de millones de años, tantos que hemos de remontarnos a una época en la que este punto del planeta estaba cubierto por el mar.
La Ciudad Encantada de Cuenca está declarada Sitio de Interés Nacional. El lugar cuenta con rocas de curiosas formas que nos recuerdan a diferentes objetos y animales, incluso a figuras humanas.
Tres kilómetros son los que hay recorrer para visitar toda la Ciudad Encantada, una curiosa ruta que no revierte ninguna dificultad, aunque no está adaptada para personas con movilidad reducida ni para coches de bebé. El recorrido suele durar una hora y media. Éstas son algunas de las formaciones más populares, que podremos identificar gracias al cartel que hay delante de cada una de ellas:
El Tormo Alto
Perro
Mar de Piedra, Ciudad Encantada, Cuenca
Hosgos, en la Ciudad encantada de Cuenca
El teatro
Cuenca, Los amantes de Teruel
Los Barcos
El paisaje que dibujan estos caprichos de roca es tan espectacular e imaginativo que algunos puntos del parque sirvieron de escenario a películas como ‘El coloso de Rodas’ o ‘Conan el Bárbaro’, entre otras.
Esta obra de arte creada por la naturaleza se recorre fácilmente siguiendo las pequeñas señales que nos van indicando el camino de ida y de vuelta a lo largo de sus cerca de 3 kilómetros de longitud. Es un agradable paseo entre gigantes de piedra, pinos y la refrescante vegetación del lugar. Cabe destacar que, por tratarse de un recinto privado, hemos de abonar el precio de la entrada antes de acceder al parque.
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