Reflexión navideña

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    El ambicioso despliegue de luces, puestos comerciales y atracciones del programa navideño más espectacular de la historia de Vigo, está generando puestos de trabajo, aumento del turismo y más posibilidades de diversión para menores y adultos. Desde hace unos pocos años, Vigo, y su alcalde Abel Caballero, ocupan un lugar destacado en la cobertura mediática de la Navidad a nivel nacional. Aunque, el alcalde de la ciudad olívica, diría “internacional y  mejores que la de Nueva York”.


    Hace una semana, observé como miles de personas colapsaban gran parte de la calle Colón. El hecho de tener que esperar una o dos horas para poder disfrutar del novedoso reclamo navideño de la noria, me hizo tener que consensuar con mi familia el posponer dicho objetivo para otra ocasión. Sin embargo, para miles de turistas, el motivo principal de conseguir subir en la publicitada noria era más fuerte que el aguardar la larguísima cola.  


   Si nos preguntasen cual es el motivo principal de la celebración de la Navidad para todos los cristianos, podríamos utilizar las mismas palabras que un ángel del Señor pronunció a los pastores que fueron a visitar al niño Jesús. Lucas 2:10-11. No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo el Señor”. No obstante, en los evangelios también observamos que el Rey de Reyes vino a nacer en humildad y pobreza. Lucas 2:7. “ Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. ¿Quiénes tuvieron el privilegio de ser rodeados por un resplandor de la gloria del Señor y de recibir la buena nueva del nacimiento del niño Jesús? Los pobres y humildes pastores que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño (Lucas 2:8-9). ¿Qué le decía Dios al pueblo de Israel en Deuteronomio 15: 10-11? “ Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.”


  ¡Ojalá, cristianos y no cristianos, pensemos y actuemos más en favor de los desfavorecidos y olvidados!

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