Suecia implanta las tiendas 2.0, en las grandes áreas rurales

•  A lo largo del país, especialmente en las grandes áreas rurales, se quiere implantar en plan experimental unos 300 contenedores de minisupermercados sin personal.

Son tiendas tamaño contenedor de transporte donde el usuario abre la puerta con una aplicación de su teléfono móvil. En la tienda misma se dirige a las estanterías, donde hay alrededor de 500 productos básicos, elige los que necesita, escanea el código de barras con la cámara de su teléfono móvil o con el escaner manual de la tienda. Finalmente la aplicación hace el cálculo, lo carga a la tarjeta de crédito registrada y final de la visita al super. Luego el recibo de la compra se envía al correo electrónico o al dispositivo móvil.

     Estos contenedores tienen una superficie media de 22 metros cuadrados. La empresa organizadora LIFVS trabaja directamente con los productores locales, sin intermediarios. En principio los costes logísticos son muy elevados, pero se compensan con los gastos escasos en personal. Por ahora se han implantado seis contenedores en localidades con una media de habitantes de 500 a 700 personas donde la empresa ha realizado cursos rápidos de como manejar la aplicación telefónica.

Escaparate de las tiendas LIFVS

    El problema del robo también se ha calculado en este proyecto. Hay cámaras de vigilancia dentro de la tienda y por el control electrónico del inventario es muy difícil de sustraer productos. Hay que recordar que en Suecia como en todos los países escandinavos el alcohol y el tabaco no se ofrecen en las cadenas de supermercados. También tienen en cuenta el factor sociológico: la implantación de estos contenedores en lugares poco poblados implica un control social por parte de la población que no quiere perder ese servicio, algo que sería muy difícil de conseguir en el anonimato de las grandes urbes. 

   Las tiendas están abiertas las 24 horas y además una parte de las ganancias de cada tienda se dona a las asociaciones locales.

    La digitalización no reemplaza un servicio muy análogo, como el suministro de alimentos, sino que, por el contrario, vuelve a acercar a las personas.