¿El que va a Porto y no bebe vino… a qué vino?

Porto, La Ribera, vista desde Vilanova de Gaia el Puente de Don Luis I, sobre el Río Douro y los barcos Ravelos, cuatro de los iconos más caracteristicos de esta ciudad portuguesa

El que va a Porto y no bebe vino…a qué vino? Esta frase les puede indicar una de las facetas más importantes y famosas de Porto, sus bodegas. Y, por supuesto, es algo que hay que visitar les guste el vino o no, porque la cultura vitivinícola es patrimonio de la bellísima ciudad del Duero.

El río Duero es atravesado por varios puentes a su paso por Oporto. El más famoso de ellos es el Puente Don Luis I (Ponte Dom Luís I en gallego y portugués) 

• Origen del vino O Porto

Los portugueses siempre producían vinos caseros, de dudosa calidad, el cual consumían localmente. Los ingleses, a quienes les encantan los vinos dulces, siempre han consumido mucho vino francés, y cuando durante el siglo XIX los ingleses entraron en conflicto con los franceses, tuvieron que buscar alternativas para importar vino a Inglaterra, que anteriormente llevaban de Galicia, especialmente de lo que hoy es la D.O. Ribeiro y Portugal se convirtió en el escenario perfecto: un país donde la cultura vinícola apenas despuntaba, y que mantenía una estrecha relación comercial con el Reino Unido.

Bodegas Sandemán

Para asegurarse de que esos vinos no perdían su estabilidad durante el viaje entre Inglaterra y Portugal, los productores de vino en Portugal, (algunos de los cuales eran ingleses), comenzaron a fortificar sus vinos con brandy durante la fermentación. El aumento de alcohol interrumpía la fermentación dejando el vino con un poco de azúcar residual. Así nació (gracias a los ingleses) el Porto (Port). 

Porto y la ribera del Duero fueron los principales focos de producción de vino del país y desde entonces, el vino de Porto se convirtió en uno de los más apreciados en todo el mundo. Con esta breve reseña histórica solo se relata el inicio de lo que hoy en día es uno de los vinos más importantes y apreciados a nivel mundial.

Pero Porto es mucho más que sus vinos, es una ciudad con encanto, pequeñita y muy manejable para visitarla en un día o en un fin de semana. Bodegas y casitas decadentes a orillas del río Douro es alguna de las cosas que le están esperando si van a visitar Porto, esta bellísima ciudad situada al norte de Portugal junto a la desembocadura del río Duero, tan próxima y tan desconocida a la vez.

Descubrirán un lugar muy especial y que a nadie deja indiferente; tal vez sea ese aire de decadencia que la invade o la vida que se respira en ella. Tal vez sean sus elegantes barrios y villas señoriales en contrapunto con las estrechas calles y viejos callejones que la UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad.

Linea 1 del tranvía en la Calle do Infante Dom Henrique, de Porto una de las mas caracteristicas del centro de la ciudad

Porto, como Lisboa, es una ciudad para recorrerla andando, disfrutando al máximo de sus estrechas callecitas cargadas de historia y nostalgia. Un paseo al anochecer junto a la ribera del río Duero, la sensación que produce entrar en el Mercado do Bolhao o cruzar sus puentes son algunas de las cosas que se pueden hacer en Porto. Porque en Porto hay mucho que ver y visitar.

Mercado do Bolhao, en Porto

Y aunque sea una ciudad en la que lo más importante se puede incluso visitar en un solo día, lo hermoso de ella es pasar al menos un fin de semana. Su proximidad hace que el viaje sea corto y cómodo y el tiempo se aproveche mejor. 

Estación del ferrocarril de San Bento en Porto, con sus característicos azulejos azules

Hay muchos lugares donde dormir en la ciudad, pero quizás para una visita familiar la opción de un apartamento sea la más adecuada, por espacio, lugares y libertad al sentirse como en su casa y tener la opción de cocina. Visiten Expedia.es y vean de la mano de un profesional la opción más adecuada para su viaje. No les defraudará.