Tiene que producirse un revulsivo total, y mirar de otra manera el futuro

La conquista y posterior quema del oeste peninsular

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Cuando el romano llegó para meter el hocico por estas tierras encontró un territorio bien definido, en lo territorial como en lo humano. Décimo Xuno Brutus, El Galaico,tomó ese epíteto de los habitantes de entre el Duero y el Miño,que así se llamaban, aunque este territorio se extendiera hasta el Eo y más al este, pero Brutos fue rechazado por las tribus miñotas teniendo que abandonar la campaña prevista cara el norte.


Ocupaban este territorio tan amplio, agrupados por tribus perfectamente identificadas que vivían en núcleos fortificados llamados castros. 


Al romano no le interesaba mucho lo que pensaran los Galaicos, lo que querían era dinero, léase oro, plata, estaño......... peones para trabajar en las minas o guerreros para engrosar las “tropas auxilia” de sus legiones, estas servirían para reprimir posteriormente a sus propios vecinos y familiares para hacer cumplir las leyes romanas, verdaderas, pues las de aquí no le valían, estaban muy atrasadas ya que la Soberanía emanaba de la Tierra y se expresaba por medio de diosas de la Soberanía Trifuncional: diosas de la fertilidad, de la guerra y de la naturaleza; también cumplían la función de acompañar a los difuntos hacia los Paraísos de las Islas Atlánticas. 


Al romano le gustaban las mujeres hermosas para esclavas o para la cópula lujuriosa y voluptuosa. 


Lo primero que hicieron fue contar cuantos éramos, un recaudador y cobrar impuestos, despues hicieron calzadas y puentes para dominar y recoger las producciones de las provincias (territorios vencidos). 


Fueron necesarios más de 2000 años para reventar una maravillosa cultura nacida de miles de castros, que dieron lugar a 30.000 entidades de población en la Galicia actual y a otras tantas entre el Duero y el Miño, en el Portugal de hoy en día. 


Ni el romano, el posterior dominio de Castilla en Galicia, desde el final de la Edad Media, ni el control centralista de Lisboa en Portugal, fueron capaces de entender este territorio, el territorio de los Galaicos; un territorio partido en dos en el que los de entre el Duero y el Miño no se dejaron asimilar por Castilla y los de entre el Miño y el Eo fueron traicionados por la Iglesia Compostelana y ciertos nobles Galaicos más interesados en su bandullo que en el territorio de donde emergieron. Los de aquí, abandonados por las clases dirigentes, de manera ciertamente heroica, fueron capaces de mantener su cultura y tradiciones conectadas al legado celta hasta la actualidad. Una manera de vivir en pequeños núcleos, lugares, vilariños, vilas, vilares y pequeñas ciudades, en contacto con la Naturaleza, con las fuentes ,bosques, ríos......en una comunión con los fenómenos meteorológicos, con lo cambiante estacional, con el mito y el rito que el cristianismo no pudo borrar y que llegó oculto hasta nuestros días. Las ciencias antropológicas, arqueológicas, históricas y lingüísticas están desenmascarando la capa de barniz santoral (politeísta) con la que el cristianismo intentó borrar los dioses y diosas vernáculos convirtiéndolos en santos y vírgenes cristianos poseedores de las mismas atribuciones. 


El romano, el castellano y también el lisboeta, con aquello de que: ”Portugal é Lisboa, o resto é paisaxe”, nunca entendieron este territorio con dos nombres actualmente: Portugal y Galicia sin embargo con un nombre y cultura ancestral común, los Galaicos. No lo entendían ni lo entienden hoy en día; están con la contumaz idea de juntar a la gente en grandes ciudades con el convencimiento de que el atenderlas es más barato, dado que allí están las fábricas, los centros de producción y servicios todos juntos, más cómodos y a mano, pero la verdad va por otro lado puesto que las fábricas y los centros de producción pueden estar en torno de los pequeños núcleos, siempre que se articulen las comunicaciones y se abran puertas cara el mar (“ise camiño”). Las fábricas van a donde las lleve el viento de la rentabilidad y no está demostrado que ésta aumente con la concentración en grandes ciudades, a menos que el poder político así o propicie; en las que dicha concentración culmina en el encarecimiento de la vivienda, el aparcamiento y hasta el aire que se respira. La verdad es que el concentrar a la gente en grandes ciudades es la mejor manera de tenerlos bien controlados y vigilados para cobrarles impuestos, alienarlos psicologicamente y convencerlos de que son más libres, cultos e ilustrados . 


Dos mil años para deshacer esa gran cultura, la Galaica y aun así no fueron capaces pues sigue perdurando la lengua y las costumbres, cosa que han perdido muchos pueblos europeos, lease Irlanda, Escocia, Bretaña francesa, Gales etcétera.


Una de las artimañas para dominar, entre otras miles que existen y que no es el caso de incluir en este escrito, que emplearon los romanos, los colonizadores ingleses y españoles en América o en África (Holanda,Francia ecétera), fue quemar el territorio. Las tribus indias de Norteamerica: Xious, Apaches, Cheyennes...............padecieron quemas sucesivas dos sus territorios para rematar finalmente en reservas, masacrados y asimilados. 


En el territorio Galaico donde desaparecen aceleradamente y de forma exponencial los habitantes de los pequeños núcleos a causa de no haber políticas propicias para el mantenimiento de la actividad en el medio rural, son empujados hoy en día, como antaño, hacia las grandes ciudades y hacia la emigración o la aculturación, la globalización, la perdida de la identidad y la descalificación de su minifundio. 


¿El territorio arde o se quema? 


No es nadie, no hay responsables, aquí todos “somos de Muros”,se gastan cantidades ingentes de dinero y todos los años estamos en lo mismo, cada año más, cada año más recursos económicos y más efectivos contraincendios sin embargo continúa ardiendo. 


¿Pero esto que es? No quiero buscar culpables, pero habelos hainos”, o ¿Es que los Galaicos tenemos tendencias suicidas? Ya se observan comportamientos en ese sentido. ¿O queremos desaparecer de la faz del país?, (las mujeres no quieren tener hijos pues no hay futuro..............) 


En Portugal ya se está hablando de cómo se maneja o negocio de los incendios


Algo muy grave está sucediendo, grave para la supervivencia de nuestra Tierra! Un territorio tan dotado por la riqueza y la abundancia, donde se da de todo, los bosques son extensos y frondosos, la Tierra de los mil ríos, recostada frente al mar, al borde de las grandes rutas de comunicación y transporte marítimo mundial y que arde en himnos rumorosos en la “costa xa non tan verdescente


Sospecho que nos pusieron un velo en los ojos que no nos deja ver con claridad.


En mi modesto entender aquí tiene que producirse un revulsivo total, hay que mirar de otra manera hacia el futuro.


¿Si los que gobiernan pretenden hacer desaparecer nuestro territorio rural, nuestra cultura y a nosotros mismos, para convertirnos en extraños para nosotros mismos o para que las familias non deseen procrear ni defender sus intereses y los de sus hijos? Desde luego es necesario un cambio de rumbo total.


No hay que inventar nada, todo fue inventado por nuestros antepasados, el ecologismo, la forma de vida en contacto con la Naturaleza, esa es la gran revolución que hay que implementar de nuevo en nuestra Tierra. Hay que retornar a los pequeños núcleos de población existentes ,esa es la solución para que no se queme el territorio para que se pueda recuperar nuestra cultura y conservar los restos históricos y prehistóricos.


Hoy con los medios de comunicación existentes, con Internet, con los conocimientos científicos a disposición de cada individuo en una pantalla de un PC. en cualquier punto de nuestra geografía y con las carreteras y autovías suficientes es igual que los medios de producción estén dispersos que concentrados en ciudades o parques empresariales en torno a las grandes urbes; es más, la diversificación y la producción minifundista concentrada, agrupada y articulada en asociaciones cooperativistas o de índole semejante, serviría para minorar los riesgos que sufren las grandes fábricas, sujetas a los vaivenes de los mercados, que obligan a las administraciones a regalarle ayudas económicas para salvarlas y que no huyan dejando miles de obreros en paro. 


Los puertos serán los grandes receptores de las mercancías producidas en las pequeñas poblaciones, los ayuntamientos y la universidad pondrán a disposición de sus aldeanos, técnicos y especialistas acordes con las producciones específicas y los gobiernos propios propiciarán el afloramiento de industrias de todo tipo, sostenibles, y de las especificas agrarias de cada comarca. 


Unas políticas de transformación de la biomasa forestal en subproductos de índole química o energética unido a un cuidado silvícola de las florestas además de plantaciones acordes con cada territorio o la introducción de ganadería extensiva en los bosques, pondrían en valor a los propios bosques y a su producto más valioso, la madera, revirtiendo consecuentemente dicha riqueza en los habitantes del rural y en el territorio todo. Se terminaría, por fin, el fuego en el monte! 


Es fundamental recuperar nuestra cultura ancestral para sobrevivir, para que crezcan los niños, para que no se suicide la gente y regrese la alegría. 


El minifundio fue la gran revolución de los Galaicos al marchar por los mundos para redimir los foros y así hacerse con tierras propias, para ser libres. No debemos de olvidar nunca ese esfuerzo ni otros miles de ellos realizados por nuestros predecesores que fueron esculpieron lo que hoy somos pero que estamos dejando que se vaya por el sumidero.





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