Bohol (Filipinas), Las Colinas de Chocolate

Cuenta la leyenda.... "que el gigante Arongo, atormentado por la pérdida de su amada, lloró tanto que sus lágrimas se convirtieron en piedra y formaron infinitas colinas". 

Teorías menos poéticas hablan de formaciones naturales, submarinas en su origen, que se moldearon con su forma definitiva por la erosión. Se trata de las Colinas de Chocolate, el principal atractivo turístico de la isla de Bohol, la décima isla más grande de Filipinas.

El Parque Nacional de las Chocolate Hills, Monumento Geológico Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está formado por más de 1.200 colinas, uniformes en su forma cónica redondeada, con una altura de entre 40 y 120 metros, que se extienden hacia el horizonte repartidas en una superficie de más de 50 kilómetros cuadrados, componiendo una imagen que podría recordar a una caja de bombones gigante e infinita. Su peculiar color (del que procede su pintoresco nombre) se debe a que en la época seca, de noviembre a abril, la frondosidad verde de los meses húmedos desaparece, el heno que cubre las colinas se seca y, gracias a la luz del sol, adquiere un color marrón chocolate. 

Chocolate Hills

Su origen no está muy claro, pero todo indica suponer que se formaron en los fondos oceánicos hace unos millones de años y que los movimientos tectónicos elevaron todas estas islas hacia la superficie. Al estar compuestas de roca caliza bastante blanda, la erosión de la lluvia y el viento acabaron por conformar estas formas tan suaves y curiosas. Lo más increíble de todo es su similitud dimensional, pues por escasos metros de diferencia, casi todas tienen la misma altura y diámetro.

Chocolate Hills, Campos de arroz

El mejor lugar para disfrutar de este paisaje singular es el pueblo de Carmen, donde existe un gran mirador con distintas plataformas a las que se llega ascendiendo 214 escalones. La impresionante postal que se admira, especialmente al amanecer y al atardecer, sin duda hace que el esfuerzo merezca la pena.

Estas colinas acogen también otra curiosidad: los tarsiers o tarseros filipinos, los monos más pequeños del mundo, de ojos enormes y larga cola que parecen dibujos animados. En una de las zonas del parque está su santuario, donde viven en libertad y hacen las delicias de los visitantes.

Ejemplar de tarsiers o tarsero filipino, los monos más pequeños del mundo

PLAYAS PARADISÍACAS

Para llegar hasta aquí, lo más práctico es reservar en alguno de los siete vuelos diarios que conectan Manila con Tagbilaran (Bohol), en un trayecto que no dura más de hora y media, y después alquilar un coche o viajar en los autobuses que unen Tagbilaran con Carmen. 

Además de las increíbles Colinas de Chocolate, Bohol ofrece múltiples atracciones para completar un viaje de ensueño: las playas paradisíacas de Panglao (pequeña isla conectada con Bohol a través de dos puentes); Panglao y Cabilao (ideales para practicar buceo o snorkel); los estuarios marinos y las impresionantes colonias de corales a lo largo de la costa de Balicasag, el avistamiento de ballenas y delfines en Pamilacan; excursiones en el curso de los ríos Loboc e Inabanga para descubrir un paisaje salpicado de pequeñas aldeas y restaurantes flotantes; actividades de aventura entre las que destaca una original tirolina en bici… 

Isla de Cabilao

Isla de Panglao 

ALOJAMIENTOS 

Se concentran en Panglao.  

Son especialmente recomendables: el Amorita Resort , South Palms Resort Panglao , The Bellevue Resort , Bohol Shores, Panglao Island Nature Resort  y Henann Resort Alona Beach