Celebra el Año Santo Jubilar Lebaniego

Cantabria: Naturaleza infinita y “Tierra de Júbilo”

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Como región situada en el norte de España, es uno de los lugares privilegiados en el mundo por sus paisajes naturales, historia, tradiciones culturales y en especial por la celebración periódica del Año Santo.


Ocupa una extensión de 5.289 kilómetros cuadrados, que abarcan desde la Cordillera Cantábrica, hasta las aguas del mar que lleva el nombre de Cantábrico.


Siempre se ha conocido por su historia. Allí se encuentran algunos de los restos prehistóricos más importantes en el Península Ibérica, entre los que destacan las cuevas de Altamira, Pasiegael Castillo.


Era un pueblo guerrero por antonomasia, con un gran valor contra la conquista romana en la lucha de “guerrillas”. Hay vestigios de esta época en Julióbriga (Ciudad fortificada de Julio)


Julióbriga, fundada por la IV legión romana en el siglo I a.C., posiblemente sobre un antiguo castro 


Fue imposible la penetración árabe, lo que convierte a esta tierra en refugio de cristianos. En el siglo IX se origina la emigración de los pobladores de los montes cántabros hacia el sur. Se llamaron Foramontanos y llevaron su cultura e idioma que derivaba del latín y que dio origen al castellano.


Hasta el siglo XVII, la capital de la región fue Santillana del Mar, que guarda parte de la historia, antigüedad y costumbres de la región. Se forman varios pueblos pesqueros y comerciales como Laredo, Santander, Castro Urdiales y San Vicente de la Barquera, que alcanzan una gran prosperidad por ser el punto de partida de la lana de Castilla hacia Europa hasta el siglo XVII.


Con los gobiernos ilustrados se impulsa la actividad comercial, la industria alimentaria y la metalurgia estatal en el siglo XVII, con importantes mejoras en las comunicaciones y se nombra a Santander como capital de la provincia homónima. Fue punto de partida de las harinas castellanas hacia las Antillas en el siglo XIX.


En el siglo XX, ganadería, pesca y turismo se consolidan como sectores económicos importantes en la región y en 1981 se constituye como Comunidad Autónoma de España, después de la aprobación de su Estatuto de Autonomía.


Parques Naturales


Por excelencia, Cantabria se conoce por sus Parques Naturales, que ocupan una tercera parte de la extensión de la región con extensos bosques, playas rodeadas de prados, acantilados, marismas, montañas y pueblos cercanos.


Si queremos hacer un recorrido, hay que pensar en bastante tiempo ya que sus senderos nos ofrecen varias rutas y además hay que apreciar los legados históricos con todo el aprecio que supone la forma de vida en esta tierra.


Parque Nacional Picos de Europa es el pico más alto de la Cordillera Cantábrica y uno de los conjuntos montañosos más bellos de la Península Ibérica. Allí se encuentra la Comarca de Liébana con flora y fauna que la distinguen, entre ellos rebecos, águila real, oso, lobo, jabalí, tejón, gato montés y urogallos.


Abarca una extensión de 64.660 hectáreas con límites, repartido también entre Asturias y Castilla y León. Tienes desniveles importantes y se divide en tres macizos delimitados por los desfiladeros profundos: Occidental o del Cornión, Central o de Carlos Urielles y Oriental o de Andara. Su naturaleza geológica hace que sea visible desde cualquier punto de la región.


CantabriaPicosdeeuropafontede Picos de europa, en Cantabria desde el Mirador de Fuente Dé (foto: A. Alonso)


Reserva Natural de las Marismas de Santoña y Noja forman parte de un refugio de anátidas con los municipios de Santoña, Cicero, Escalante, Argoños y Noja, Laredo, Colindres y Boto. La entrada es dominada por las marismas El Buceiro, una isla costera unida a tierra por un tómbolo arenoso. Ocupa 4.341 hectáreas de terreno en su interior y alberga un ecosistema con abundante flora y fauna que sirve de escala en las migraciones de aves entre el norte de Europa, Doñana y el norte de África.


Con una extensión de 4.740 hectáreas se aprecia el Parque Natural de los Collados del Ansón. Conserva virgen su naturaleza y costumbres rurales. Los ríos Asón y Gándara abren paso entre bosques de hayas y encinas hasta las desembocaduras en rías y marismas. Predomina el agua presente en forma de arroyos y torrentes y entre sus especies de habitantes el corzo, el jabalí, zorro, lobo, buitre y aves rapaces.


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Parque Natural Collados del Asón


Oyambre se conoce por varios ecosistemas, las dunas de la playa, la reserva forestal del Monte Corona y la ría de La Rabia. Repartido entre varios municipios, tiene una amplia gama de especies, tamaños y colores que varían con el paso de las estaciones. Hay parajes verdes, rurales y ganaderos con ambientes marineros.


Otros espacios naturales son el Parque Natural Saja- Besaya, cubierto de masas forestales de hayas y robledales. Allí habitan nutrias, águilas y oso pardo. Peña Cabarga en la bahía de Santander tiene las mejores panorámicas de la región y es aconsejable el acceso a través de un sendero que discurre por la ladera. Además el Parque Natural de las Dunas de Liencres, en la desembocadura del río Pas en el mar Cantábrico es adecuado para el paseo. Su riqueza vegetativa hace que sea un lugar de paso de aves acuáticas.


Por su parte, Tina Mayor y Menor representan bajo la costa un importante paisaje. Tina Mayor es un tajo abierto por el río Deba que procede de los glaciares de los Picos de Europa y en Tina Menor desemboca el río Nansa, uno de cuyos manantiales nace en las frías cumbres del Alto Campoo en el Pico de Tres Mares.


Reinosa es la localidad más importante de Campoo y una de las principales de Cantabria. Es el lugar escogido por muchas personas para visitar una comarca con infinidad de atractivos, la estación de esquí de Brañavieja, el pantano, el nacimiento del Ebro en Fontibre, las ruinas de la ciudad romana de Juliobriga, las numerosas iglesias románicas y semirupestres...


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El Ebro a su paso por Reinosa


Y dentro del pueblo podrá ver la iglesia de San Esteban, la plaza del Ayuntamiento, el Teatro Principal, la casona de los Cossio...


Con la visita al Parque de la Península de La Lastra, donde se desarrollan proyectos de investigación de recursos ambientales, se pueden hacer tres itinerarios de distinta extensión, a pie, carro tirado por caballos asturcones y otro de 10 kilómetros que atraviesa diversos ecosistemas.


 

Parque de la Península de La Lastra, junto al río Ebro

 

Bahía de Santander identifica a la ciudad y a la región. La excursión en lancha nos llevará hasta las playas de Somo y el Puntal, Magdalena, Sardinero y Faro de Cabo Mayor. Por tierra hay una ruta de senderismo entre Somo y Galizano, junto al mar.


Dentro del eslogan “Cantabria Infinita”, es posible que el más popular sea el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, dónde en su origen hubo una mina de hierro a cielo abierto y cuya red de caminos, túneles y vías se han acondicionado para el senderismo y paso de vehículos. En este paraje se han habilitado los espacios para que los animales y la fauna vivan en semilibertad y sus instalaciones se encuentran entre las mejor valoradas por los organismos que protegen la calidad de vida de los animales.


Poblaciones


Próximas a los parques se encuentran las playas y los pueblos de la costa Cantábrica. En su litoral hay 70 aptas para un uso turístico, que destacan por su arena dorada y fina. Entre las urbanas están la de Santander, Castro Urdiales, Laredo, Noja y Comillas. También merecen destacar la de Merón de San Vicente de la Barquera, Berria en Santoña, Langre en Villamontán al Mar y Puntal en Pedreña, entre otras.


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Noja, donde la jibia se eleva a delicia culinaria


Si hacemos una ruta por Cantabria, tenemos que parar en los pueblos típicos de pescadores. Santoña es una de las más castizas y antiguas villas marineras, que se encuentra en la margen izquierda de la desembocadura del río Asón. Tiene muchos rincones para visitar. Su importancia militar se recuerda en el Fuerte de San Martín, de tiempos de Felipe II y su referente es la iglesia de Santa María del Puerto, originaria del siglo IX.


Suances en la costa central, es la capital de un tranquilo municipio de cinco pequeños pueblos por el que van unidos los ríos Saja y Besaya. Sus playas y la actividad pesquera son referencia de citas como destino turístico. Desde el barrio de la Cuba se contempla una importante vista de la ría de San Martín.


Junto a una de las bahías se localiza Laredo. Se puede iniciar el recorrido por el pueblo por la Puebla Vieja y el Arrabal, declarados conjunto histórico-artístico en 1970. Es la parte más antigua de la villa, de origen medieval. Se conservan restos de murallas y la iglesia de Santa María de la Asunción, del siglo XIII, templo importante del gótico cántabro. En ella destaca el retablo de ”La Virgen de Belén “, obra del siglo XV. En las calles se conservan fachadas anónimas y vinculadas a grandes linajes de los siglos XV-XVIII, como el Palacio de Zarauz, la Casa de la Familia Pelegrín, el Convento de San Francisco o la Casa de los Alvarado.


 

Laredo, detrás se divisa la Playa de la Salvé, una de las más emblematicas de todo el Cantábrico


Referencias


Cantabria forma parte del Camino de Santiago por la Costa, la más antigua de las rutas de peregrinación jacobea y cuenta con el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, que desde el año 1512, y por la bula del Papa Julio II, se sumó a Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela como uno de los cuatro lugares del Cristianismo donde se puede obtener el jubileo mediante peregrinación.


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Monasterio de San Toribio de Liebana, la Puerta del Perdón


Estas rutas pasan por las mismas localidades en el Camino Lebaniego y los peregrinos aprovechan para ganarse ambos jubileos, aunque sólo es cuando la festividad de Santo Toribio, el 16 de abril cae en domingo.


Durante el Año Santo los fieles acuden a venerar la reliquia del “Lignum Crucis”, el fragmento más grande que se conserva de la Cruz de Cristo, es el trozo más grande de la cruz de Cristo, el brazo izquierdo. Es de una especie de árbol de palestina y data de la época de Jesucristo según el carbono 14 y llegó al Monasterio en el siglo VIII, huyendo de la invasión musulmana. La puerta del Perdón, que da acceso a la iglesia, sólo se abre en el Año Santo y por ella se entra para ganar el Jubileo.


Este camino que atraviesa Cantabria forma parte el llamado “Camino de la Costa”, que según los manuscritos, era muy transitado en la Edad Media para evitar el encuentro de los musulmanes.


Por la costa se atraviesan los pueblos de Otañes, Santullán y Sámano, que dejan atrás las ruinas del antiguo Hospital de Peregrinos de Castro Urdiales, una villa marinera singular con el encanto de su parte antigua, su iglesia gótica y el castillo medieval.


Desde aquí se puede llegar a la capital, Santander, que tiene una de las bahías más espectaculares del mundo. Cabe apreciar el entorno de la Catedral, El Sardinero, Reina Victoria, el Paseo Pereda, Castelar y la zona marítima.


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Bahía de Santander, vista desde Pedreña


Santillana del Mar es conocida por poseer las cuevas prehistóricas de Altamira, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


El que fuera definido por Jean Paul Sartre como “el pueblo más hermoso de España”, es un buen punto de partida o de llegada, para descubrir la costa occidental cántabra y sus lugares más especiales, como el Parque Natural de las Dunas de Liencres o el Parque Natural de Oyambre, que se expande hacia el sur y San Vicente de la Barquera es la última gran villa marinera antes de alcanzar Asturias. 


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Colegiata de Santa Juliana, en Santillana del Mar antigua capital 


En San Vicente de la Barquera conviene hacer una prolongada y reposada parada para ver su casco antiguo, denominado Puebla Alta, de origen altomedieval con importantes monumentos del pasado de la villa marinera El Castillo del Rey con sus murallas, sirvió de defensa ante las invasiones de otros pueblos normandos y vikingos. 


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El Castillo del Rey con sus murallas, San Vicente de la Barquera


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Puente de la Maza, con su 28 arcos en la actualidad uno de los iconos de San Vicente


Se llega hasta Cócebres, con su Monasterio Cisterciense y Comillas para ver los edificios levantados durante el mecenazgo del Marqués de Comillas, como el Palacio de Sobrellano y su capilla panteón o la Universidad Pontificia. y el Capricho de Gaudí. Construido en 1885 por Antonio Gaudí, es todo un alarde de imaginación y fantasía de su creador, que jugó con los volúmenes y los mosaicos para dar color y calor mediterráneo al edificio.


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Palacio de Sobrellano y su capilla panteón (foto: A. Alonso)


Junto al curso del río Lamasón discurre el viejo camino de comunicación con la comarca de Liébana y su capital en la localidad de Quintanilla, que en la Edad Media fue un lugar de realengo en la que todavía se conservan restos del románico.


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Potes es la capital de Liébana, situada entre varios macizos montañosos, que cuenta con una larga tradición popular de turismo rural basada en los atractivos de su patrimonio arquitectónico, religioso, civil y popular. 


La Torre del Infantado, del siglo XV, en su casco antiguo, es el edificio simbólico de la villa, además de las de Orejón de Lama, Calseco, Linares y Osorio y dos iglesias de San Vicente construidas en los siglos XIV y XIX.  


Este inmueble denominado Bien de Interés Cultural tiene su acceso por medio de una larga escalinata y atravesando una puerta con arco apuntado. Y entre las vicisitudes por las que ha pasado se ha visto destinada a ser cárcel y posteriormente Ayuntamiento de la Villa. Hoy día acoge permanentemente la exposición “El cosmos de Beato de Liébana. Aquí comienza todo” en que se trata la vida y obra del abad lebaniego, primer escritor cántabro y por ende español, desgranada en diversas plantas. Dicha exposición contiene la mayor y mejor exposición de Beatos del mundo, y muestra de manera muy didáctica e interactiva, para todos los públicos algunas claves del libro del Apocalipsis. También muestra lo que es un Scriptorium y cómo se elaboraban los beatos en aquella época. 


Si queremos profundizar en el conocimiento del arte paleolítico, Cantabria es uno de los centros mundiales. En la región se conocen más de 50 cuevas con arte rupestre: Altamira, Puente Viesgo, La Garma, Covalanas y el Pendo entre otras se conocen por su arte y por la amplitud de su secuencia cronológica.


También hay otras cavidades naturales de gran riqueza espeleleológica. En el subsuelo de Cantabria se guardan más de 6.500 cuevas y entre ellas la cueva de El Soplao se encuentra llena de superficies tapizadas de aragonitos, falsos techos, estalactitas, estalagmitas, perlas de las cavernas y helictitas o excéntricas. Tiene un patrimonio de arqueología minera con más de 30 kilómetros de galerías, planos inclinados, talleres y castilletes mineros.


La Red de Cuevas de Ansón: Cueto-Coventosa o Catueña completarían el interés turístico desde el punto de vista de la espeleología para ampliar el conocimiento de la zona.


Guía


Clima


Atlántico templado, moderado por el océano con pluviosidad media y temperaturas suaves todo el año. La media anual es con mínimas de 10º y máximas de 18º.


Alojamiento y Comunicaciones


A través de la península hay buenas comunicaciones por la red de carreteras, al igual que se puede acceder por mar y en vuelos a la capital en conexión desde diferentes puntos de origen. En cuanto al alojamiento, la oferta es amplia y para todas las categorías en hoteles, albergues y camping.


Gastronomía


Cada zona tiene su plato típico. Destacan el marisco, las legumbres, el bacalao, el “sorruptún”, plato elaborado con bonito y patata, el “cocido lebaniego”, la “olla ferroviaria” de patatas y carne, platos de caza, carnes de lechazo y cabrito, conservas de anchoas y bonito, sobaos y quesadas.


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Degustar una langosta recien traida de los viveros en Isla (Cantabria), cerca del mar y acompañada de un vino blanco fesco gallego, ayuda si no a ganar el Jubileo Lebaniego, si  a acercar la tierra al cielo.


Dato de interés: www.turismodecantabria.com

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