La Magia Verata

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    Nos adentramos como viajeros en esta comarca situada al nordeste de la provincia de Cáceres, formada por diecinueve municipios. Aquí, por razones obvias, solo hablaremos de algunos de ellos, pero también les llegará su turno al resto. Porque no conviene al viajero perderse ni un solo rincón de la comarca.


     Por aquí pasaron diferentes civilizaciones, de las que aún nos encontramos algunos vestigios. En Aldeanueva de la Vera el “Cerro Castejón” deja constancia de la presencia celta. La Vera quedó integrada dentro de la provincia Lusitana, lo que a día de hoy nos permite disfrutar de caminos y monumentos romanos. Por su parte, los visigodos y musulmanes nos legaron importantes conocimientos de la agricultura, que se siguen trabajando en cultivos como la naranja o el arroz.


    Alfonso VII fundó Plasencia y dio origen a localidades como Valverde de la Vera o Aldeanueva de la Vera. Esta comarca también fue víctima de las invasiones napoleónicas o de las desamortizaciones, que afectaron a su patrimonio cultural.


    Pero, si en este ámbito cabe destacar un hecho histórico, es la elección por parte del Emperador Carlos V, en el S.XVI, del Monasterio de Yuste como lugar para pasar la última etapa de su vida.


     Solamente la historia de esta tierra ya deja constancia de la importancia de la misma, pero vamos más allá, porque si el viajero es un apasionado de las artes en general, aquí encontrará un paraíso.


     “La Serrana de la Vera” es una leyenda local. Una mujer hermosa, cazadora y con una fuerza física notable. Cuenta la leyenda, que llevaba a los hombres a su cueva para tener sexo o emborracharlos y, una vez logrados sus objetivos, matarlos para guardar los huesos en su cueva. Fue Gabriel Azedo de la Berrueza, escritor jarandillano, en 1667, quien nos habla por primera vez de esta mujer en su libro Amenidades, florestas y recreos de la provincia de la Vera Alta y Baja de Extremadura” . De la Serrana de la Vera han escrito también autores como Lope de Vega en su comedia homónima o Miguel de Unamuno en sus “Andanzas y visiones españolas”. Pero la literatura de la zona va mucho más allá.


    “Aldeanueva en el corazón” de Faustino Martín Hernández recoge las historias contadas por generaciones pasadas y nos traslada a ellas.


    “Vamos a jugar, abuela”, no me digáis que no es uno de los títulos más hermosos de la literatura. En este libro, Asunción Pérez Berrocal, residente en Jaraíz de la Vera, nos invita a volver a aquellos juegos de infancias en las que no existían móviles, ni Play Station, ni redes sociales.


    El jaraiceño José Vicente Serradilla Muñoz deja claro su amor a esta comarca en “Abecedario de cuentos de La Vera”, en el que se recoge un cuento por cada población de la Comarca.


     Como podemos ver, en estas pinceladas generales, el amor a una Comarca queda recogido en la literatura.


     Pero, siguiendo con las artes, no podemos más que hacer referencia a una de las claves de estas tierras: su arquitectura, conocida aquí como “Arquitectura popular verata”. Cuando paseen sus pueblos, se deleitarán con sus calles estrechas, empedradas, de recovecos, pero sobre todo, les llamará la atención algunas de sus casas en localidades como, por ejemplo, Valverde de la Vera. Las casas de arquitectura verata se caracterizan por un entramado de madera en las plantas superiores mientras que las plantas bajas están construidas por piedras, con el fin de aislar la vivienda del suelo. Estas viviendas suelen tener dos o tres pisos de altura. La arquitectura popular verata es un lujo al alcance de todos.


     Entre pueblos históricos, rutas de senderismo y gargantas, es inevitable que el hambre y la sed se manifiesten. Pero ¡tranquilidad! porque hay recursos más que suficientes para calmar a ambas.


    Variada y exquisita es su gastronomía. Por todos es conocido el Pimentón de la Vera, caracterizado ser un producto de proximidad, pues se obtiene de moler las diferentes variedades locales de pimientos. El pimentón de La Vera es ese ingrediente que no puede faltar en nuestros platos.

¡No solo de pimentón vamos a hablar!

     En La Vera se dan platos típicos del resto de Extremadura como las migas, la caldereta de setas o la prueba de cerdo, pero también tienen su particular gastronomía caracterizada por tratarse de productos naturales, de la tierra y la ausencia de químicos. Veamos algunos de ellos.


    El Rin-Ran que es una ensalada tan sencilla como saludable y rica que se elabora con tomate, cebolla y pimentón. Y si para el calor nos refrescaremos con el Rin-Ran, para el frío no podemos dejar de tomar la sopa Verata, a base de tomate frito y natural, pimientos tanto rojos como verdes, ajo y cebolla. Una receta tradicional y fácil que nos hará entrar en calor.


    Y, de postre, podemos elegir entre una amplia variedad de dulces como la leche frita, las rosas extremeñas o las perrunillas. Estos manjares se acompañan de exquisitos vinos, que son otro de los lujos de esta tierra. En la zona, se dan las uvas bobal, garnacha y Syrah. Destaca especialmente la elaboración del vino tinto, en muchos casos se elaboran en las casas particulares para consumo propio. Prueba de ello, es existencia de un concurso de Pitarra en la localidad de Jarandilla de la Vera. En esta comarca se elabora también el vino Dinastía de Extremadura.


    Querido viajero, para facilitarte aún más tu aventura verata, sigamos con sus pueblos. Como he dicho, es imposible en un solo artículo hacer referencia a los diecinueve pueblos, por ello, en el que hoy nos ocupa hablaremos solo de alguno de ellos, por ser los primeros que conocí.


  • Jarandilla de la Vera


     Entre las cumbres de Sierra de Gredos, Valle del Jaranda y el río Tiétar se sitúa esta localidad. Solo con dar un paseo tranquilo por sus calles, se adivina la serenidad de una población. Cuenta con un amplio número de edificios tanto religiosos como civiles que merecen una visita pausada.


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Jarandilla de la Vera, Cáceres


     - El Castillo de los Condes de Oropesa, actualmente Parador Nacional, data del S.XIII es un complejo integrado por dos castillos, el Viejo (S.XII-S.XIII) y el Nuevo (año 1402). Se conoce así por ser el Castillo de los Álvarez de Toledo, Condes de Oropesa.


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Castillo de los Condes de Oropesa


     - Iglesia de Santa María de la Torre, S XII-S.XIII, levantada sobre un antiguo castro celta, posee una capilla renacentista y retablo barroco.


     - Ermita de Nuestra Señora de Sopetrán en la que destaca su retablo de estilo rococó y la imagen barroca de Ntra. Sra. de Sopetrán.


    - Convento de Santo Domingo el cual está ubicado a las afueras. Se trata de un conjunto de ruinas que se mezclan con el entorno para dar lugar a un espectáculo de la naturaleza.


     - Otros edificios religiosos son la Iglesia de San Agustín.


    En cuanto a arquitectura civil nos encontramos con la Casa de D. Luis Quijada, preceptor de D. Juan de Austria y mayordomo del emperador Carlos V. Esta casa actualmente es un restaurante en la localidad.


    Y, si tu visita coincidiera en diciembre, en Jarandilla de La Vera te espera la fiesta de “Los Escobazos”, celebrada cada 7 de diciembre y declarada de Interés Turístico Nacional. Esta fiesta rinde homenaje a los pastores cuando estos bajaban de la sierra alumbrándose con escobazos prendidos. También se celebra en honor a la Virgen de la Concepción.


     En la localidad, además, está el Museo de los Escobazos en el que se unen tradiciones, generaciones y pasión local para explicar al viajero cada detalle de esta fiesta. Como curiosidad, este museo está construido sobre una antigua ermita del S. XVII.


    Por supuesto, que no faltan las rutas de senderismo para disfrutar de lo rural en su sentido más amplio: mezclando pueblo y naturaleza. Desde Jarandilla de la Vera tenemos la ruta del Emperador, del puente Jaranda o la ruta de los Puentes, entre otras.


    En Jarandilla, además, se cuida al lector. Paseando sus calles, podréis disfrutar de su biblioteca callejera, donde podréis dejar algunos libros y recoger otros. Este proyecto local, cuidado y conservado por los propios vecinos de la localidad, hace que de la literatura compartida un verdadero lujo.


Biblioteca callejera Jarandilla de la Vera

Biblioteca callejera, Jarandilla de la Vera


  • Valverde de la Vera


    Pasear por las calles de esta localidad es transportarte a un conjunto histórico-artístico infinito. Como ya he señalado, es una de las localidades en las que más podemos apreciar la arquitectura popular verata.


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Plaza mayor Valverde de la Vera


    En Valverde recorreremos su barrio judío debido a la gran presencia que hubo en la localidad hasta su expulsión por parte de los Reyes Católicos. En el pueblo, vamos a pasear esas calles estrechas e irregulares.


     No podemos dejar Valverde sin visitar el Castillo de S.XIV, fundado por D. Nuño Pérez de Monroy, el cual conserva un trozo de torre del Homenaje y las tres torres integradas en la iglesia.


     La Picota, S. XVI, símbolo que también encontraremos en otras localidades de la Comarca, es un símbolo de justicia, de características góticas. En la Picota se ataban a las personas que cometían algún delito, para exponerlas al resto del pueblo.


    Si en Jarandilla hemos hecho referencia a “Los Escobazos”, no podemos pasar por Valverde sin hablar de “Los Empalaos”, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, caracterizada por el sonido de las vilortas, que proviene del empalao que, recorriendo las calles del pueblo, realiza su viacrucis, acompañado por el Cirineo, que le alumbra el paso.


  En cuanto a rutas de senderismo, entre otras, la ruta de las Jaras o la Llanás. Cuacos de Yuste.


    La historia de esta localidad empieza en el año 1813, cuando se independiza del Señorío de Plasencia. Como ya sabemos, Cuacos fue la localidad elegida por Carlos V para pasar la última etapa de su vida.


    La leyenda de Cuacos es también conocida como “Los perdonaos”. El niño Jeromín, hijo del emperador, recibe una pedrada ¡Cosas de niños!, se dice. El emperador decide llamar a los implicados para así confirmar que, efectivamente, lo de tirarse piedras era cosa de críos. Una vez confirmado, decide perdonar a todos los niños. De ahí, de la leyenda viene el nombre de “Los perdonaos” con los que son conocidos los habitantes de Cuacos.


    Jeromín es D. Juan de Austria, al que Carlos V reconoció como hijo bastardo, tal y como lo dejó escrito en una parte de su testamento.


Cuacos de Yuste. Plaza de Juan de Austria

Cuacos de Yuste, Plaza de Juan de Austria


    De Cuacos destaca, por supuesto, el Monasterio de Yuste. Data de 1402. El Monasterio originario era más pequeño que el actual, ya que se decide su ampliación cuando Carlos V decide trasladarse allí. Está integrado por dos partes: convento y residencia.


Monasterio de Yuste Anexo IV, Cáceres

Monasterio de Yuste


     Un monasterio que, sin duda, merece una visita tranquila y atenta. Si te adentras en él, estarás en la residencia en la que el Emperador decidió ir a vivir su vida de forma contemplativa al que, por cierto, no sería difícil pues sus amplísimos y espectaculares jardines invitan a ello. Además, este Monasterio es reconocido en el año 2007 como Patrimonio Europeo.


    Querido viajero, debo hablar también del cementerio alemán, que se sitúa en el camino hacia el monasterio y que está dedicado a soldados aviadores y marinos alemanes que murieron y cuyos cuerpos, ya fuese por naufragios o derribo de sus aviones, llegaron a tierras españolas.


      Todas las sepulturas son idénticas y llama la atención que, aun habiendo pasado años, siguen habiendo ramos de flores en algunas de ellas. Si visitas Cuacos, no puedes perderte este camposanto.


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Cementario alemán

                                                                                              

     Por supuesto, la localidad también tiene sus rutas de senderismo, como es la ruta desde Cuacos al Pantano.


    Y si tu viaje es en verano, también hay recursos naturales para refrescarte en mitad de la naturaleza., porque ¿qué es una de las primeras cosas que nos viene a la cabeza cuando hablamos de La Vera? Sí, sus gargantas. Esas aguas frescas y transparentes para gozar del frescor en mitad del verano extremeño. Por supuesto, todas ellas están perfectamente habilitadas para el baño.


    Podemos visitar como zonas de baño naturales el Puente de la Serradilla, el puente Parral  o o la Garganta del Jaranda.


     El listado de gargantas por la zona es muy extenso, con opciones para todos los gustos. 


     Naturaleza, gastronomía, arte e historia se unen en esta Comarca para no dejar indiferente a nadie. Para que siempre vuelvas.

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