Hay lugares que parecen escritos para ser descubiertos lentamente, como el primer sorbo de un vino que se abre en la copa. Y aquí, entre bodegas centenarias, viñedos y casas blancas, el pasado no se guarda: se comparte.
Vista aérea del Castillo y la campiña Montilla al fondo
Y para ello, nada como comenzar justo donde empieza su historia: en el cerro donde hay huellas desde los íberos, y donde se levantó el Castillo en el que nació el legendario Gran Capitán (Montilla, 1453 - Granada 1515), quien junto a Cristóbal Colón y el cardenal Cisneros, fue una de las figuras clave del reinado de los Reyes Católicos.
Espada Gran Capitán Museo Garnelo
Aquí, dominando la campiña, en la planta alta del viejo edificio agroindustrial que se conoce como la Tahona del Castillo (en la foto), Montilla rinde homenaje a Gonzalo Fernández de Córdoba: un espacio museográfico sorprendente y que se convierte en un viaje directo hacia un tiempo de espadas, lealtades imposibles y gestas que moldearon la Europa renacentista.
Obras pictóricas de gran valor, vestuario, documentos originales, armas de la época... incluida una réplica de su espada, invitan a narrar su historia –también en clave infantil– recreando desde su infancia en Montilla, hasta sus gestas en la conquista del último reino musulmán de la Península, pasando por las campañas con las que logró que Fernando el Católico se convirtiera en rey de Nápoles –un territorio que España conservó durante doscientos años– y del que él mismo se convertiría en virrey.
Obra de Garnelo, El Milagro de Lourdes
La exposición también se detiene en su final más silencioso en Loja (Granada), donde el olvido oficial contrasta con una admiración popular que nunca se apagó. Su tumba, en el granadino Monasterio de San Jerónimo de Granada, se encuentra junto al retablo mayor de la iglesia, aunque su conexión espiritual con Montilla siempre permaneció intacta. Ahora vuelve a su ciudad natal 500 años después de su muerte.
A pocos pasos, Montilla revela otra joya renacentista inesperada: la Casa Museo del Inca Garcilaso de la Vega (1539, Cuzco - 1616, Córdoba). El Padre de las Letras Americanas vivió en esta, su casa solariega, más de 30 años, escribiendo desde aquí algunas de sus obras más universales, como Los Comentarios Reales de los Incas. Patios silenciosos, estancias encaladas, vitrinas que dialogan con el Perú virreinal… descubren la vida del humanista que unió dos mundos desde la palabra.
Casa del Inca, despacho
Muy cerca, el Museo Garnelo sorprende también incluso a quienes conocen bien la historia del arte español. Un museo imprescindible en Andalucía. Dedicado a José Santiago Garnelo y Alda (Enguera, 1866 - Montilla, 1944), profesor de Picasso, subdirector del Museo del Prado y uno de los grandes luministas del cambio de siglo, este museo es un tesoro escondido. Su obra, marcada por un dominio exquisito del dibujo, el color y el gesto narrativo, conecta la tradición academicista con una modernidad que ya se intuía en sus pinceles. Retratos intensos, composiciones históricas y estudios de luz revelan a un artista que el tiempo está redescubriendo.
Maqueta del Castillo en Museo Garnelo
Además, en la parte más alta de este palacete, conocido como la Casa de las Aguas, se encuentra la excepcional Biblioteca Manuel Ruiz Luque —una de las colecciones bibliográficas privadas más importantes de España.
Palacete Casa de las Aguas - sede del Museo Garnelo
La ruta cultural abre el apetito y la gastronomía montillana no decepciona. Una cocina que mira al pasado sin perder frescura, donde el aceite de oliva virgen extra y el vino son ingredientes, paisajes y estilo de vida y proporciona maridajes que elevan la experiencia gastronómica de cualquier restaurante o taberna.
Platos imprescindibles de temporada son las Alcachofas al Montilla, tiernas, perfumadas, o el Rabo de toro, meloso y hondo, que alcanza otra dimensión acompañado de un amontillado, el rey de los vinos generosos con permiso del vino dulce Pedro Ximénez, ideal para acompañar cualquier postre.
Alcachofas a la Montillana
Después de una larga sobremesa –aquí se manejan los tiempos a la manera de los pueblos–... Montilla, acostumbrada a ser conocida por sus vinos, empezará a mostrarte otro rostro, el de un patrimonio cultural que no se agota y que continúa en conventos del siglo XVI con colecciones de Arte únicas en Andalucía, en casas históricas y palacetes, y en más personajes que cambiaron el rumbo del mundo. Escápate un fin de semana y disfruta sin prisa, de estas y otras experiencias.
Sala Museística Gran Capitan
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