Cristina y Sonsoles Ónega recibieron el "emboinamiento" del Club Amigos de la Boina de Galicia
Madrid acogió recientemente un acto tan singular como entrañable: el homenaje que el Club Amigos de la Boina de Galicia ofreció a las periodistas Cristina y Sonsoles Ónega, quienes fueron nombradas nuevas integrantes de la Muy Serenísima Orden de la Amistad y posteriormente “emboinadas” con la tradicional Boina Blanca, símbolo que distingue a las damas que integran esta asociación cultural gallega.
El evento, que se desarrolló en dos momentos diferenciados, combinó solemnidad, sorpresa y un profundo arraigo sentimental para ambas hermanas, muy vinculadas a Galicia por fuertes lazos familiares.
- Un reconocimiento a los origenes y la amistad
La primera parte del encuentro estuvo dedicada a su incorporación a la Orden de la Amistad, donde recibieron una placa acreditativa.
Minutos después, y ya en otro salón, se produjo la sorpresa que ambas desconocían: el Club Amigos de la Boina, cuyos valores y actividades recoge su propio ideario institucional, celebró una ceremonia especial en la que se les impuso la Boina Blanca, acompañada del diploma oficial y de una insignia de plata con las dos boinas del Club: la negra para los caballeros y la blanca para las damas.
(de izq.-dcha.)Manolo Seixas, Sonsóles Ónega, Cristina Ónega y Antón Alonso
El acto fue desarrollado y presidido por el comunicador Antón Alonso, presidente del Club, y el fotoperiodista Manuel Seixas, Secretario, ambos desplazados desde Galicia. También participaron Xesus Carlos Palmou, miembro de la Academia Española de Jurisprudencia y Legislación, y Luis Enrique Ramos, director de la Casa de Galicia en Madrid, quienes hicieron entrega de los diplomas.
- La estrecha relación de las hermanas Ónega con Galicia
Aunque nacidas en Madrid, Cristina y Sonsoles Ónega mantienen un vínculo afectivo muy profundo con Galicia, tierra de origen de su padre, el periodista Fernando Ónega, natural de Mosteiro (Pol, Lugo). Allí pasaron numerosas temporadas durante su infancia y han mantenido siempre vivas sus raíces.
- En el plano profesional, ambas han recorrido un largo y destacado camino:
Sonsoles Ónega, presentadora de Antena 3, reconocida con el Premio Periodismo Jurídico del Colegio de Abogados de Madrid y el Premio Larra.
Cristina Ónega, directora del Canal 24 Horas de RTVE, con una sólida trayectoria en Onda Cero y Servimedia.
El acto celebró no solo su carrera, sino también su vínculo familiar y emocional con Galicia.
- Un club que reivindica la fraternidad y la tradición
El Club Amigos de la Boina de Galicia, nació con el propósito de fomentar la amistad, la fraternidad y la puesta en valor de la boina o gorra como prenda tradicional, tal y como recoge su documentación fundacional
Entre sus actividades destacan:
- Reuniones periódicas para promover la convivencia.
- Ceremonias de imposición de boina a nuevos integrantes.
- Concesión de la Boina de Honor a personas que contribuyen a la cultura y los valores gallegos.
La incorporación de las hermanas Ónega se suma a la tradición de reconocer a personas cuya trayectoria profesional y humana encarna esos valores de camaradería y respeto por los origenes.
- Un homenaje también a quienes captaron el momento
La ceremonia dejó además un espacio para el agradecimiento. Los organizadores dedicaron unas palabras especialmente cálidas al equipo fotográfico responsable de inmortalizar el acto, destacando su dedicación, sensibilidad y capacidad para rescatar la emoción del instante.
“Vuestra mirada —recordaron— no solo captó lo que ocurrió, sino también lo que se sintió”. Un reconocimiento que subrayó la importancia del trabajo detrás de las imágenes y el papel que desempeñan quienes, con esfuerzo silencioso, convierten un acto íntimo en memoria perdurable.
- Una celebración que trasciende la ceremonia
El “emboinamiento” de Cristina y Sonsoles Ónega fue, más que un acto formal, una celebración de la identidad compartida, de los vínculos familiares y de esa mezcla de orgullo y afecto que une a quienes mantienen vivas sus raíces, incluso lejos de la tierra natal.
Un gesto sencillo —el de colocar una boina blanca— que, por un instante, reunió tradición, amistad y emoción en el corazón de Madrid.
Foto de familia de algunos de los asistentes
Autora de las fotografías: Alejandra Seixas
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