La ciudad de Oviedo vive con mucho interés su pasado medieval y afronta el presente con honor de historia y modernidad entre sus moradores. Y en esta urbe norteña de vida sosegada y paseos interminables el placer de encontrar imágenes icónicas de sus calles, plazas, monumentos y edificios emblemáticos es una forma de vivir a fondo la ciudad y sus singularidades. Es lo que le pasa a este viajero de la vida ciudadana, obsesionado con fotografiar elementos urbanos en cientos de “cliks” con el dispositivo móvil.
Oviedo, Plaza del Ayuntamiento, @Carlos Cuesta 
Todos los días bien al mediodía o en la atardecida recorro con la tranquilidad del paseante y la observación del ilustrado sus rincones antañones del casco tradicional y la nueva urbe del ensanche con la divisoria de la calle de Uría, principal arteria de “Carbayonia” y el parque de San Francisco para aproximarme en "pindio" recorrido los entornos de la Avenida de Galicia y su renovada piel urbana. Y entre pasos animosos y saludos diversos, la foto pertinente del momento ovetense, porque aun con repetición de imagen no todos los momentos son iguales.
Oviedo, Fuente de la Escandalera, @Carlos Cuesta 
Los inmuebles o edificios con estilo siguen ahí con su misma estructura pero la luz y la perspectiva directa o caballera cambian notablemente. Es la magia de la fotografía y la sensibilidad, pericia y técnica del “hacedor” de imágenes que se vuelca con premura y deseo a plasmar cientos de veces lugares atractivos de su ciudad de adopción. Y esos itinerarios urbanos representan una manera de acercarme con fervor a esta capital de historia y vida que en ese tránsito de siglos supo demostrar con sus defectos y sus virtudes la esencia de una población de imagen gallarda y sentimiento humano cada vez más avanzada en sus ideas de progreso y olvidando con cierta pasividad aquel atisbo de provincianismo tan bien definido y expuesto en La Regenta de Leopoldo Alas, ”Clarín”.
Oviedo, Teatro Campoamor y la céntrica calle Pelayo, @Carlos Cuesta 
Hoy, Oviedo es ciudad abierta, cosmopolita, culta, musical, tertuliana, caminera, deportiva, gastronómica, dulzona y muy universal, realidades que la convierten en un asentamiento urbano de interés turístico y catalizador de sensaciones infinitas. Y en mis continuados paseos repito las imágenes cotidianas que dejan a mi dispositivo móvil cargado en exceso, pero con un archivo imposible de instantáneas ideales con los encuadres agradecidos y mucha remembranza en esas intenciones con cierto valor artístico.
Panorámica de Oviedo, @Carlos Cuesta 
Y en esta crónica pasional y terapéutica se pueden ver, mejor mirar con detenimiento, mis imágenes preferidas que marcan un tiempo y unos minutos de realidad visual en una urbe que se entrega con fervor al disfrute de unos habitantes que tienen a Oviedo como una madre amantísima que la cuidan con ahínco y siempre hablan de ella con adjetivos de raíz mayestática y vocación monacal. Y es que mi “ Carbayonia” tiene un no sé qué que atrapa. Las imágenes del reportaje son más que elocuentes con la obsesión fotográfica por montera. Y el placer visual por sentimiento.
Oviedo, Plaza Porlier, @Carlos Cuesta 
Autor: Carlos Cuesta
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