Este nuevo sistema promete mayor seguridad fronteriza, aunque también implicará ciertos cambios que los turistas y visitantes frecuentes deberán conocer antes de su próximo viaje.
El EES sustituye el sellado manual por un registro digital que almacena información de cada viajero, incluyendo datos del pasaporte, huellas dactilares e imagen facial. El objetivo es mejorar el control migratorio y detectar de forma más eficiente casos de fraude de identidad o excesos en el tiempo de estancia permitido, que sigue siendo de 90 días dentro de un período de 180 días.
La medida afecta a todos los viajeros de países no pertenecientes al espacio Schengen, tanto si necesitan visado como si están exentos de él. En cambio, los ciudadanos de la UE y quienes cuenten con permisos de residencia o visados de larga duración no estarán sujetos a este nuevo control automatizado. En la práctica, el sistema se aplicará a millones de turistas provenientes de América, Asia y África que ingresan cada año a destinos europeos.
Durante los primeros meses de implementación, el EES se pondrá en marcha de forma progresiva en los principales aeropuertos, puertos y pasos fronterizos terrestres de los países del espacio Schengen. Las autoridades recomiendan a los viajeros llegar con tiempo suficiente al aeropuerto, especialmente durante la fase inicial, ya que los procedimientos podrían tardar un poco más mientras los funcionarios y pasajeros se adaptan al nuevo proceso.
Entre las principales ventajas del sistema destaca la creación de un registro automatizado de entradas y salidas, que permitirá calcular de manera precisa el tiempo de estancia de cada visitante. Asimismo, la digitalización de los datos reducirá el riesgo de errores humanos y facilitará la detección de estancias prolongadas o irregulares. Con esta base de datos compartida, la UE busca reforzar su seguridad y modernizar sus fronteras exteriores.
Comentarios