Enclavado entre montañas y atravesado por las cristalinas aguas de río Quiviesa, afluente del río Deva, se sitúa en el extremo sur de la Comarca de Liébana, uno de los lugares más auténticos y cautivadores del norte de España: Vega de Liébana. Este rincón permanece ajeno a la prisa de la ciudad. Allí parece que el tiempo se detiene entre prados verdes y caseríos de piedra.
Este rincón de ensueño cuenta con un entorno montañoso que alcanza su punto más alto en Peña Prieta con 2.536 metros de altitud.
Vega de Liébana era conocido durante la baja Edad Media como Valle de Cereceda, y fue escenario de las repoblaciones impulsadas por Alfonso I y de intensas disputas entre nobles, como los Manrique y los Mendoza, hasta quedar bajo la tutela del futuro marqués de Santillana.
Desde el punto de vista cultural, este rincón de Cantabria es una joya poco conocida, donde aún se mantienen danzas populares como el ‘Pericote’, baile de origen rural se caracteriza por su ritmo alegre y vivo.
Otro de los secretos de este destino se guarda en la localidad de Ledantes. Allí se conserva la magnífica ‘Pisa de Ledantes”, un artilugio hidráulico de madera utilizado en la fabricación textil tradicional que se utilizaba para golpear, desengrasar y enfurtir las telas, con el fin de obtener unos paños tupidos y resistentes.
Ledantes
El arte popular de la zona tiene un marcado carácter rústico y montañés, donde cobra especial relevancia el Conjunto Histórico de Dobres, que ofrece una ventana viva al pasado rural del valle.
Conjunto Histórico de Dobres
Para los amantes de la naturaleza, Vega de Liébana es un verdadero paraíso donde los viajeros podrán disfrutar del Mirador de Llesba, a 1.609 metros de altitud, que brinda una panorámica incomparable de los Picos de Europa.
Vega de Liébana
No menos notable es su gastronomía, que conquista paladares con propuestas como el tradicional cocido lebaniego compuesto de productos que recogen la esencia del territorio.
Cocido lebaniego
Vega de Liébana invita a vivir una experiencia distinta: entre montañas, historia y costumbres que se resisten a desaparecer. Un destino para sentir la tierra, saborear el pasado y asombrarse con el presente.
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