El mundo del vino se encuentra inmerso en un momento apasionante: los jóvenes se acercan con curiosidad y ganas de descubrir una cultura que va mucho más allá de una copa. Y es aquí donde la generación X juega un papel fundamental entendiendo el valor de la tradición, en muchos casos heredada de sus padres y ahora, trasmitida a sus hijos. Ese anclaje convierte a la generación X en el puente perfecto para transmitir el vino a los jóvenes desde la autenticidad y la emoción. Bodegas Emilio Moro centra el foco en esas nuevas audiencias con una transformación de sus contenidos y sin soltar de la mano a la generación X, convertida en embajadora de marca.
En un sector tradicionalmente dominado por expertos veteranos, una nueva generación está revolucionando el mundo del vino. Son las nuevas generaciones -conocidas como Millennials (1981-1996) y generación Z (1997-2012)- quienes están redefiniendo la forma en que se produce, se sirve y se aprecia esta milenaria bebida. Y la generación X está abriendo camino porque entiende las claves digitales y ha transformado hábitos de consumo en su día a día.
Bodegas Emilio Moro apuesta por acercar la cultura del vino de una manera sencilla y en entornos más informales. «Queremos quitar la idea de que el vino es algo complejo. Lo importante es disfrutar de una copa de vino sin prejuicios seas joven o no», confiesa Patricia Sánchez Moro, directora general de Bodegas Emilio Moro.
Con más de un siglo de historia en la Ribera del Duero, Bodegas Emilio Moro centra su estrategia en la innovación digital y el contenido con propuestas atractivas para los jóvenes como “A un Vino de Distancia”, una plataforma digital de contenidos que reúne entrevistas e historias de personalidades de la cultura, el arte, la ciencia o la política, reforzando así la conexión emocional con los seguidores de la marca y conectando con nuevas generaciones a través de redes sociales.
«Los jóvenes no buscan solo un producto, buscan historias que inspiren y experiencias que conecten con sus valores», puntualiza Patricia Sánchez Moro, directora general de Bodegas Emilio Moro. Es ahí donde la generación X, que conoce profundamente la tradición vitivinícola y comparte con los jóvenes la sensibilización hacia la innovación y la sostenibilidad, ejerce de aliado natural para trasmitir la riqueza del vino de manera cercana.
Estos valores que construyen el presente y el futuro de la bodega se relacionan de manera directa con la tendencia de la generación X y vinculación con los colectivos más jóvenes «Son embajadores naturales del vino en sus familias y círculos sociales y entienden el valor cultural y social de una copa de vino porque han madurado junto al sector y ahora actúan de puente entre generaciones», confiesa Patricia Sánchez Moro, directora general de Bodegas Emilio Moro.
En este aspecto, los datos muestran que el 36% de los españoles nacidos entre 1965 y 1980 busca probar nuevos productos y mantenerse informado sobre novedades. Sin embargo, no suelen ser pioneros en tendencias, un papel más propio de la Generación Z. Estos datos que analizan comportamientos de la generación X y Z se equilibran a través de ese puente generacional.
«Vamos de la mano de la generación X porque representa el equilibrio perfecto entre tradición y apertura a nuevas experiencias. Son curiosos, exigentes y valoran tanto la autenticidad del vino como la historia que hay detrás de cada botella», explica Javier Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro.
Con el objetivo de fortalecer su relación con el consumidor y adaptarse a todos los públicos, consiguiendo llegar a las generaciones más jóvenes y creando vínculos personales con las adultas, la bodega ha lanzado diferentes proyectos.
En 2024 “El Lagar de Emilio Moro” se convirtió en uno de los proyectos más exclusivos de las bodegas. Un club de socios concebido para construir una comunidad fiel, informada y activa en torno al vino. La iniciativa se estrenó con Latertius, un vino elaborado a partir de un coupage de tres añadas y convertido en la llave de acceso al club.
La propuesta de proyectos se amplía con “A un Vino de Distancia”, una plataforma digital de contenidos que reúne entrevistas e historias de personalidades de la cultura, el arte, la ciencia o la política, reforzando así la conexión emocional con los seguidores de la marca y conectando con nuevas generaciones a través de redes sociales.
En pleno corazón de la Ribera del Duero, Bodegas Emilio Moro avanza en un ambicioso proyecto de transformación de sus instalaciones. La nueva bodega no será únicamente un centro de elaboración, sino un espacio inmersivo donde vivir el vino desde dentro, con experiencias sensoriales y propuestas enoturísticas que inviten a disfrutar con calma y en conexión con el origen.
Con una inversión estimada de 40 millones de euros y un horizonte de ejecución entre 2024 y 2029, este proyecto simboliza la firme apuesta de la bodega por la innovación, el futuro y el enoturismo de calidad.
“No se trata solo de construir una bodega, sino de construir un legado que inspire. Queremos que quien nos visite viva algo inolvidable, que se lleve más que vino: una historia”, subraya Patricia Sánchez Moro.
“Estamos mirando al futuro con ilusión, pero con los pies en la tierra. Lo que viene será aún más emocionante, porque hemos construido bases sólidas y una marca que emociona”, concluye Javier Moro.
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