Así se come en la región de Innsbruck

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Tanto en la ciudad, como en los pueblos y montañas que rodean la ciudad, los viajeros gourmets encuentran en la capital del Tirol un amplio paisaje gastronómico que van desde los platos auténticos hasta los más innovadores. Por ello, Innsbruck ofrece seis consejos para disfrutar al máximo en el plato de la variedad alpino-urbana.


1.Deleitarse con una gastronomía “auténtica y de la región”


Para todos aquellos que quieran conocer el país y sus gentes es imprescindible una visita a una posada tirolesa. Estos establecimientos se reconocen fácilmente por el letrero verde de posada (Wirtshaus) colocado en la entrada. Muchos de estos restaurantes están situados en los alrededores de Innsbruck, aunque también se puede disfrutar de una sabrosa cocina casera en la ciudad, como, por ejemplo, en el restaurante Goldener Adler en el casco antiguo. La mayoría de las posadas tirolesas están comprometidas con la iniciativa “Bewusst Tirol”, centrada en el uso productos regionales procedentes de cultivos más sostenibles. Un buen ejemplo de ello es el Landgasthof Stern, en la localidad de Obsteig, donde incluso se utiliza “Butz und Stingl” en la olla, lo que significa que, en la preparación de los platos, se aprovecha todo lo que produce la huerta. Una de las posadas tirolesas situadas a más altitud es Alpengasthof Praxmar, a 1.600 metros sobre el nivel del mar. Aquí la cocina es especialmente impresionante, con platos de carne de caza y pesca.


2. Probar un manjar exquisito y comprometido


El pescado recién capturado es uno de los selectos platos que merece la pena probar en un viaje a la región. Este se puede encontrar en el restaurante Schwarzfischer en Stams. El pescado se prepara en el restaurante, galardonado con dos tenedores de Falstaff y un toque de Gault&Millau. En el Wilderin, en el casco antiguo de Innsbruck, se ofrecen excelentes comidas elaboradas con productos de primera calidad de origen local, seleccionados por la propia chef. Los que prefieren una cocina más refinada, una buena opción es el Restaurante 141 de Joachim Jaud, en el Alpenresort Schwarz de Mieming. El sofisticado arte culinario de su chef, quien recientemente fue galardonado con dos estrellas Michelin, combina la cocina austriaca con elementos de la cocina francesa y japonesa.


3. Vivir una gastronomía alpina de altura 


Ya sea en una tranquila excursión a pie o en un deportivo paseo en bicicleta, los pastos alpinos de los alrededores de Innsbruck son lugares perfectos para disfrutar de unas vistas que invitan a deleitarse, detenerse y respirar hondo. Dos ejemplos de ello son los pastos alpinos de Aldranser Alm y Rinner Alm, especialmente populares entre los e-bikers. En el primero se sirve una fantástica tortita llamada Kaiserschmarrn (postre austríaco similar a un pancake desmenuzado, famoso por ser favorito del emperador Francisco José I), mientras que el segundo destaca por sus deliciosas y esponjosas albóndigas. Los amantes de la buena cocina alpina encontrarán en el rústico refugio Buzihütte de Innsbruck, situado en el bosque, pero de fácil acceso en transporte público, auténticas delicias tirolesas, como el “Eiterbeule”, un Schnitzel relleno de queso, salchichas y algunos ingredientes secretos. Al día siguiente, un desayuno tardío precedido de una actividad deportiva es una experiencia perfecta: el Adolf-Pichler-Hütte o en el Birgitzer Alm (sólo con reserva previa) son dos lugares ideales para degustar un completo brunch.


4. Descubrir las nuevas tendencias innovadoras 


La nueva generación de chefs aporta un soplo de aire fresco al sector hostelero de Innsbruck y demuestra que incluso un almuerzo rápido puede ser respetuoso con el medio ambiente: porque la comida “para llevar” no tiene por qué generar residuos plásticos. Georg Waldmüller y Martin Schümberg, del Street-food Futterkutter, lo demuestran en la capital tirolesa. Ambos sirven sus platos de olla, inspirados en recetas de todo el mundo, en un tarro retornable desde una bicicleta. D-Werk, por su parte, sirve los kebabs de otra manera: los envoltorios no son de papel de aluminio, sino en papel, y los platos de kebab se sirven en una bandeja de bambú biodegradable. Sus kebabs también están disponibles en versión sin carne o sin ningún producto animal. Asimismo, se pueden degustar fantásticas delicias vegetarianas o veganas en One Green Table, donde la chef Sonja Kapplmüller crea un menú sorpresa de imaginativas combinaciones de sabores, que los comensales comen todos juntos en la única mesa del mini restaurante.


5. Visitar uno de los mercados locales para saborear el producto más fresco 


Los visitantes del mercado de Innsbruck pueden disfrutar de un auténtico festín para los sentidos: hierbas aromáticas y especias, así como otras exquisiteces de múltiples colores, frutas y verduras frescas directamente de las granjas de los alrededores. La oferta de puestos abarca desde delicias culinarias a base de queso hasta pescado fresco procedente de una piscifactoría local con gambas alpinas, hasta panaderías. Si se buscan platos más pequeños y sofisticados, se recomienda hacer una parada en uno de los numerosos mercados de agricultores, como, por ejemplo, el de los sábados en la plaza Wiltener Platzl, donde también existen numerosos restaurantes muy singulares. Todos los días de la semana son día de mercado en la región Innsbruck, gracias a las numerosas tiendas de productos agrícolas que ofrecen productos de cosecha propia las 24 horas del día. Asimismo, se recomienda visitar el valle occidental del Inn y en el altiplano de Mieming, En estos rincones, que se pueden explorar cómodamente en bicicleta, existen multitud de tabernas y tiendas en las granjas donde comprar y probar productos como el queso tirolés, tocino y otras exquisiteces.


6. Hacer un curso de cocina en la escuela Genusswerk


Una experiencia diferente si se visita Innsbruck puede ser apuntarse a uno de los cursos de cocina de la escuela Genusswerk. Junto con cocineros profesionales y agricultores locales, los participantes pueden aprender a preparar las típicas Schlutzkrapfen tirolesas, una pasta rellena de una mezcla de espinacas y requesón o incluso elaborar y hornear su propio pan.

Sobre la región de Innsbruck

     La región de Innsbruck es una simbiosis única de un vibrante espacio urbano y fascinantes montañas alpinas. Se extiende desde la capital tirolesa a 40 ciudades y pueblos de los alrededores y comprende un total de seis regiones: la ciudad de Innsbruck, el valle del río Inn, el valle Kühtai-Sellraintal, el altiplano de Mieming, la región Sur y la región Oeste. La variada oferta de actividades de la ciudad y las visitas turísticas están a un paso de numerosas aventuras deportivas y del ascenso a una cumbre alpina. La tarjeta  gratuita Welcome Card es la llave de acceso a la ilimitada diversidad de la región: con el uso gratuito del transporte público se puede disfrutar de numerosos lugares de interés de forma sostenible y cómoda, subiendo y bajando de la montaña. Para los cerca de 100 empleados y las once oficinas de información turística de Innsbruck Tourismus, el bienestar de sus visitantes es lo más importante. Con su entusiasmo y pasión por la zona alpino-urbana, les transmiten su amor por la región y crean experiencias vacacionales inolvidables en armonía con las personas y la naturaleza.


    La región de Innsbruck es fácilmente accesible desde España, tanto por carretera, tren o por avión. Diversas compañías aéreas ofrecen, rutas a este destino durante todo el año, con escala en Viena, o a Munich, cuyo aeropuerto se encuentra a solo dos horas por carretera o por tren, de Innsbruck. Además, durante la próxima temporada de invierno 2025/26, Iberia operará de nuevo una ruta directa desde Madrid a Innsbruck con dos frecuencias semanales, los miércoles y domingos.

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