La trayectoria entre fogones de Lidia Vázquez Lago está sujeta indefectiblemente a la herencia materna. En ese Llar familiar de Murias en Allande aprendió muy de niña a vivir a fondo los trabajos rurales de su entorno suroccidental y especialmente las labores cocineras con su madre y sus tías en un perfecto gineceo de esfuerzo, sentimiento, orientación y un amor imposible por las viandas existentes en la doméstica sede. Propuestas sencillas cargadas de razón rural como los potajes, los productos hortelanos y el gochu omnipresente en ese universo limitado pero feliz. Y en este escenario familiar y afectivo comenzó Lidia su andadura por los caminos de la culinaria ahondando en las viejas recetas de sus ancestros, todo a fuego lento, mientras acudía a la escuela y después al bachiller.
Lidia Vázquez durante su homenaje con el periodista Carlos Cuesta quien glosó su figura y la presidenta de las Guisanderas Amada Álvarez Picó
Las influencias maternas y familiares dejaron en Lidia una impronta notable y calaron con fuerza en su espíritu práctico y decisivo para saber los pasos fundamentales de un oficio con futuro. Y en ese tránsito, esta mujer de fino olfato e ideas avanzadas se emancipó de su terruño para arrimar el hombro en un restaurante de Santa María del Mar, Casa Román, que buscaba cocinera para su expansión de negocio en tiempos de un turismo incipiente y novedoso. Y en este establecimiento conoció de cerca las nuevas elaboraciones coquinarias referidas a pescados y carnes entre otras manufacturas, con una técnica moderna y un trabajo depurado en el desarrollo de un oficio complejo pero gratificante.
Con un bagaje casi al completo es demandada por el propietario de un nuevo local instalado en Oviedo en la zona de la plaza de la Paz. Su emprendedor Enrique Suárez Mon, también del Occidente, Boal por más seña, y a sabiendas del buen trabajo de Lidia en el reducto cocinero la contrató para su restaurante- Sidrería. Un local moderno donde la tradición y las nuevas fórmulas de cocina se dieran la mano siempre con la despensa obligada de los excelente productos del Occidente astur. Lidia como jefa de cocina asumió el reto de renovar toda la carta y refugiarse en platos nuevos con base de siempre, una tradición en el yantar de sus ancestros. Y ahí radicó el éxito de Casa Mons con un recetario sencillo pero cargado de saberes y sabores.
Guisanderas en acción
Les Fabes con tropiezos, únicas, la menestra de verduras con mariscos, mar y montaña en perfecta simbiosis y el arroz con callos entre otras suculencias del variado abanico agarrado al cuaderno de bitácora de Lidia. Calidad y esencia gastronómica con la repostería también de ambrosías artesanas donde no faltan los frixuelos rellenos, el tocinillo de cielo o las estupendas casadielles, amén de otros postres con raíz tradicional.
Y en esta andadura profesional Lidia se muestra hoy como una mujer nueva dentro de su carácter reservado y tímido pero siempre sociable y pleno de fluidez. Y entre labores cocineras Lidia se preparó con denuedo y ánimo en estudiar Ciencias Energéticas con cursos en Navarra y Suiza y muchas horas envuelta en la medicina tradicional china. Energía y siempre fluyendo para sentirse animosa y huir de toxicidades en la actual sociedad convulsa y crispada. Bien por Lidia, por su amor por la cocina, por sus creaciones coquinarias, por su esfuerzo y su campechanía en las cosas sencillas, por su sendero de oficio intenso en muchos lustros, por ver la vida en positivo y en definitiva por una jubilación merecida que se presume luminosa, dichosa y con la energía necesaria para seguir dando lecciones de sabiduría cocinera y fomentando las recetas sabrosas, sanas y nutritivas que ella atesora.
El Club de Guisanderas de Asturias tiene en Lidia Vázquez Lago, un referente genuino y preñado de amistad y verdaderas sensaciones. Un hálito de buena conciencia para las nuevas generaciones de trabajadoras de la cocina con alma, nobleza y corazón. Viva Lidia, adalid de vivencias cocineras y viva las mujeres, nuestras madres y abuelas, en su afán de mejorar con sus enseñanzas entre fogones la mejor cocina del Mundo. La Asturiana. Besos sentidos.
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