Con su espectacular catedral gótica milenaria, sus 135 monumentos históricos clasificados, sus encantadores barrios como la Petite France, su identidad europea con varias instituciones políticas como el Parlamento Europeo, sus famosos mercadillos de navidad, su gastronomía y vinos singulares, Estrasburgo es, por ello, la única ciudad del mundo, catalogada tres veces en el Patrimonio Mundial de la Unesco.
Vistas del centro de Estrasburgo
Pero, Estrasburgo, esconde, además, otras joyas, menos conocidas como la Bodega histórica de los Hospicios (cave des hospices) o la cooperativa de los viticultores (comptoir des vignerons alsaciens) donde los amantes del vino podrán descubrir, en la misma ciudad, todos los secretos históricos y actuales de los vinos de Alsacia. También, vale la pena visitar un lugar excepcional: los Baños municipales, un viaje a través de la historia de la ciudad, donde, además, podremos relajarnos.
Los Puentes Couverts y la catedral de Notre Dame de Estrasburgo, @Yevhenii Deshko, unsplash
La Catedral de Estrasburgo es lo más famoso de esta ciudad. Se trata de una de las iglesias más importantes de Europa y la segunda más visitada de Francia. Fundada en 1015, fue protestante para convertirse, desde 1681, en católica. Posee una torre de 142 metros de altura con una flecha, tallada en la piedra, en encaje, que se distingue a centenares de kilómetros. La piedra de gres rosa de la catedral, proveniente de los Vosgos, la cadena montañosa alsaciana, llama la atención por su belleza. Por si fuera poco, este año, la catedral cumple sus 1.010 años de edad. Mucha historia y arte para un templo cuya construcción duró 260 años y que exhibe, en su interior inigualables joyas de arte románico, gótico y renacentista como sus vidrieras y su precioso reloj, célebre por su juego de autómatas. La plataforma, a la que se accede por sus 330 escalones, permite disfrutar de unas vistas espectaculares.
Catedral Estrasburgo. Philemon Henry-OTSR
En la misma plaza de la Catedral se encuentra una de las casas más famosas de Estrasburgo. Se trata de la Casa Kammerzell, un edificio que refleja la belleza de las fachadas de Estrasburgo, como pocas. Con sus maderas, entramados, pinturas y su imponente tejado con múltiples ventanas, la Casa Kammerzell es muy representativa de la cultura y arquitectura locales. Construida en 1427, encarna el espíritu de los winstubs tradicionales. Inicialmente, éstos eran lugares de carácter popular, rústico y casero, ideados por los productores de vino para dar salida al sobrante de su cosecha, haciendo de restaurante directamente en su casa de manera informal. Hoy, un Winstub es un local tipo taberna donde reina un ambiente cordial y desenfadado y esto es, precisamente, el restaurante de la Casa Kammerzell, donde se unen la historia y la buena gastronomía alsaciana como su famosa chocroute de pescado.
Catedral y Casa Kammerzell. hilippe_de_Rexel OTSR
No muy lejos, en el mismo barrio, podemos acceder a diversos museos muy interesantes de la ciudad de Estrasburgo como son: el Museo histórico, el alsaciano, el arqueológico o el de la obra Notre-Dame, por solo citar algunos.
La Petite France es otro de los lugares imperdibles en una visita a Estrasburgo, por estar cargada de historia y por su gran belleza. Las casas de los siglos XVI y XVIII recuerdan el antiguo barrio obrero de artesanos como curtidores, molineros, pescadores…Unos oficios humildes para una zona que incluso llegó a ser casi marginal, siendo refugio de los enfermos de sífilis, considerados unos auténticos apestados.
Petite France, Cedric Schell-OTSR
Hoy, este barrio se ha convertido en uno de los más visitados de Estrasburgo, habiéndose creado múltiples restaurantes y hoteles. Aún así, mantiene rincones tranquilos- en un ambiente un poco de pueblecito-, algunos francamente casi bucólicos, con la belleza de las casas de vigas de madera en sus fachadas, sus geranios, sus grandes tejados inclinados (en los que antiguamente se secaban pieles y se almacenaban cereales) y la serenidad del agua que discurren por los canales. La Petite France tiene un encanto especial que no hay que perderse. Como curiosidad
, desde el Museo de arte moderno y contemporáneo, ubicado en la zona, hay unas vistas muy bonitas de la ciudad.
Petite France, @Philemon Henry OTSR
Pero, además de visitar los lugares más turísticos, en Estrasburgo, podemos realizar una “ruta de los vinos” muy interesante, aunando historia y viticultura para conocer la idiosincrasia de los vinos alsacianos, sin salir de la ciudad.
Es el caso de la Cave historique des Hospices de Strasbourg (bodega histórica de los hospicios de Estrasburgo). Esta bodega histórica, fundada en 1395, se encuentra en el interior del Hospital Civil, en los bajos del edificio del s. XVIII. La “Cave”, que recorre la curiosa historia hospitalaria de la ciudad, así como la vinícola más prestigiosa de Alsacia posee cosas únicas como un vino de 1472. Degustado solo cuatro veces en sus más de 5 siglos de vida- entre ellas, para conmemorar la reconstrucción del hospital en el siglo XVIII, después de haber sido destruido por un incendio- hoy, no se puede beber por su altísima concentración de tasa de alcohol (9, 4 grados) y por su PH de 2, 28, lo que indica un enorme nivel de acidez, que nos perforaría varios órganos de inmediato. Sin embargo, según estudios recientes, el potencial aromático de este “viejo” vino, una auténtica rareza en el mundo, se mantiene impresionante, conteniendo un elevado grado en hierro y minerales. Como dice, con gracia, Thibault Baldinger, jefe de la bodega, se trata de “un OVNI” (un objeto vinícola no identificado). Hoy, se conserva en un nuevo tonel de roble francés, elaborado expresa y artesanalmente.
Bodega histórica de los hospicios civiles y su vino de 1472. @Philippe de Rexel OTSR
La razón de la existencia de esta “bodega” en el histórico hospital se remonta al hecho de que los pacientes que no podían pagar con oro- o sea la mayoría- pagaban con terrenos de viñedos que regalaban al hospital. Así, poco a poco, el hospital se fue convirtiendo en uno de los mayores propietarios de viñas de Alsacia. Pero, como había que explotarlas y luego almacenar el vino, se tuvo la idea de crear una bodega en el mismo hospital. No olvidemos que entonces, muchas de las curas del hospital se hacían con vino (se consumían hasta 2 litros de vino por persona y día). Cierto que el vino era más ligero que hoy en día y que resultaba más “sano” que el agua, que podía traer la peste o el cólera, destruyendo las bacterias. En este hospital, el vino llegó a ser usado hasta como ansiolítico.
Actualmente, la “Cave des Hospices” posee 79 toneles de roble con 2.400 hectolitros con una producción de 120.000 botellas por año. Aquí, muchos viticultores alsacianos traen para envejecer sus grandes vinos, en gran parte, para apoyar el proyecto de la bodega. Solo se aceptan vinos de gran calidad que son “mimados” en este lugar tan especial. Si en el pasado, el vino de esta bodega solo se destinaba al personal del hospital, hoy 4.000 botellas se ponen a la venta en su tienda, restituyendo el resto a los viticultores. La integralidad de los beneficios se revierte al hospital.
Visita libre y gratuita durante las horas de apertura. Posibilidad de alquilar un audioguía en diferentes idiomas (3 euros)
El Comptoir des vignerons alsaciens, un espacio colectivo agrupando 75 viticultores alsacianos independientes y 400 referencias de vinos alsacianos que se pueden comprar en su tienda se encuentra en pleno centro histórico de Estrasburgo, en un precioso edificio renacentista de 1585, que fue, antaño, sede del Ayuntamiento.
Espacio de venta y degustación de Comptoir des Vignerons Alsaciens, abierto de martes a sábado
En esta tienda de productores, a dos pasos de la catedral, se realizan catas muy interesantes- como las de Emmanuel- que nos enseñarán mucho de la cultura vinícola alsaciana de forma fácil y sencilla. Las catas también se pueden realizar por alguno de los mismos bodegueros que exponen sus vinos en la cooperativa. Los requisitos para que los productores de vinos estén en el “comptoir” son tres: cultivar su viñedo respetando el terruño; hacer su propio vino en su bodega y venderlo con mucha pasión.
Esta región está unida a la viticultura desde 58 antes de JC. 2.000 años de Historia
En este viaje para descubrir los vinos de Alsacia, lo primero que hay que saber es que esta región está unida a la viticultura desde 58 antes de JC. 2.000 años de Historia del vino en Alsacia nos contemplan y esto explica su calidad, sin lugar a dudas.
El viñedo alsaciano posee 15.500 hectáreas en una ruta de 170 kilómetros de norte a sur en la región. Con una producción de 150 millones de botellas por año, incluyendo 40 millones de botellas de Crémants, hay 3.800 familias de bodegueros que mantienen este patrimonio vinícola. 8 variedades de uvas categorizan los vinos de Alsacia: Riesling, Gewurztraminer, Muscat, Pinot gris, Pinot blanco, Auxerrois, Sylvaner y Pinot noir, junto con 51 excelentes “terroirs” de Grands Crus. Hay que decir que 95% de los vinos producidos en Alsacia son monovarietales ya que la tradición es no mezclar. Lo que caracteriza estos vinos alsacianos es la diversidad de los terruños (piedras que van del granito al gres rosa pasando por piedra caliza y pizarra), su clima semi-continental, seco y caliente (la cadena de los Vosgos para las lluvias oceánicas) lo que les aporta una maduración lenta de aromas muy finos.
Mención aparte merecen los Crémants de Alsacia (que pueden ser blancos, rosados, bruts o millesime). Con AOC (apelación origen controlada), cuyo requisito es vendimiar a mano y respetar un mínimo de 12 meses, el Crémant de Alsacia es el vino efervescente favorito de los franceses, después del Champagne. El Crémant se elabora desde finales del XIX como se hacía con los vinos efervescentes según método tradicional, parecido al champannois. La finura de las burbujas, su delicadeza, frescor, mineralidad, elegancia en aromas son las características de estos vinos de armonioso ensamblaje de variedades de uvas como, fundamentalmente, Riesling, Pinot blanco, Auxerrois o Pinot gris.
Un ejemplo de cata en el Comptoir des Vignerons, puede ser la degustación de varios crémants (brut rosé o blanco), algún Grand Cru, un Auxerrois, algún vino tinto (solo hay un 10% de viñedo dedicado a éste en Alsacia), vinos azucarados o vinos naranjas de vendimia tardía y pinot grises dulces.
Cata de vinos alsacianos: Degustación de 5 vinos alsacianos, todos los martes, jueves y viernes de 11h a 15h. Duración: 30 minutos. Precio: 20 euros/persona (se recomienda reservar).
Vino naranja de Alsacia y Crémant de Alsacia- catas Comptoir des vignerons
Los Baños Municipales de Estrasburgo forman parte del patrimonio histórico de la ciudad. Se encuentran en el barrio de Neustadt, edificado durante la pertenencia de Estrasburgo a Alemania (1870- 1918). Construidos por el arquitecto Fritz Beblo a principios del siglo XX, han sido renovados y reinaugurados en 2021, recuperando su esplendor original. Columnas, cúpulas y cerámicas inglesas de un azul profundo, mármoles y referencias arquitectónicas a los baños romanos de la antigüedad componen el marco de este complejo de reminiscencias japonesas, barrocas y renacentistas con vidrieras art déco por donde, siempre, entra la luz. Catalogado monumento histórico, se trata de un lugar muy original, cargado de historia, donde además podemos relajarnos durante nuestra visita turística a Estrasburgo.
Entrada de los Baños Municipales de Estrasburgo @Patrick-Bogner
En sus inicios, fue construido con la vocación, muy innovadora para la época, de acercar a todas las clases sociales las propiedades del bienestar y, sobre todo, de la higiene. Hoy, con dos piscinas, el complejo (7.000 m2) mantiene su objetivo de facilitar la higiene (sigue habiendo duchas públicas), pero, además, propone servicios de bienestar (jacuzzi, spa, saunas, tratamientos estéticos…) y actividades deportivas. Suelen organizarse dinámicos eventos a lo largo del año como talleres de arte culinario. Para conocer en detalle pinchar AQUÍ
Existen visitas guiadas los últimos domingos de cada mes (duración: 1h30- 10 euros).
¿Dónde alojarse?
El Hotel Beaucour está magníficamente situado, cerca del centro histórico de Estrasburgo, pero con la ventaja de encontrarse en una calle tranquila que favorece nuestro descanso.
Un hotel modernizado con encanto, habitaciones confortables, silenciosas y coquetas. Gran amabilidad del personal y buen desayuno. Una opción muy buena para alojarnos en Estrasburgo.
¿Dónde comer?
Ubicado en una antigua manufactura de tabacos de hace 175 años, Kooma alberga, actualmente, además de un restaurante, un centro de escuela de arte y de eventos, un albergue de juventud, un lugar de encuentro estudiantil y una tienda de productos locales bio. La cooperativa Kooma defiende un ecosistema dinámico y productos de kilómetro 0. Ambiente desenfadado, en Kooma podemos comer, en el antiguo patio de las manufacturas, platos sencillos, enfocados a la comida saludable y sencilla. Buenos precios.
Antiguo banco de Estrasburgo, con fachada neobarroca e imponentes esculturas, convertido, hoy, en un bar y restaurante muy de moda en Estrasburgo, con ambiente de pub inglés. Un espacio para tomar cócteles en su barra central. Posibilidad de raciones para compartir en unos platos inspirados en cocinas exóticas del mundo. Música, animación y buenos precios.
Au Tire-bouchon es un winstub típico o restaurante tradicional alsaciano donde podremos probar platos típicos de esta gastronomía como choucroute a los 3 pescados, choucroute a la manera Tire-Bouchon ( con diversas carnes de cerdo, incluyendo salchichas o Fleischkiechle ( hamburguesitas de carne) con patatas. Además, encontraremos platos más clásicos de la cocina francesa cocinados con productos locales como el gallo al riesling en cocotte con pasta alsaciana spaetzle o cordon-bleu de pollo al munster (queso local). El ambiente de Au Tire-bouchon es de taberna alsaciana con maderas, simpático y desenfadado, cuyos orígenes se remontan al siglo XIX cuando era un depósito de carbón. El local se encuentra en pleno centro histórico a pocos pasos de la catedral. Tiene, a pesar de estar en el “meollo” turístico de Estrasburgo, precios muy correctos.
Restaurante Le Tire Bouchon, Vista interior
¿Cómo llegar?
La compañía española Air Nostrum vuela a Estrasburgo desde Madrid cinco veces por semana (de lunes a viernes). Estas frecuencias aumentan a siete cuando hay sesiones del Parlamento Europeo con doble ruta los lunes y los jueves. En temporada de verano los vuelos salen a las 15.40 desde Madrid y regresan a las 18.05 desde la ciudad francesa. En invierno los horarios son muy parecidos solo que los lunes el vuelo desde Madrid es a las 9.05 de la mañana y el regreso a las 11.50.
Para más información: Oficina de Turismo de Estrasburgo: www.visitstrasbourg.fr
Información del Grand Est: www.explore-grandest.com
Autora: Carmen Pineda
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