40 años de producción científica al servicio del termalismo en Ourense

|

J.A. Vazquez Barquero

     Hay momentos en la vida que requieren hacer un alto, echar la vista atrás y rememorar el camino andado, en especial cuando el frenesí cotidiano nos empuja a obviar la notable y desinteresada contribución de personas y colectivos en aras de una causa de relevancia pública. Una reflexión aplicable, por supuesto, a muchos ámbitos de nuestra existencia, pero que, en lo que a mi atañe, me induce a reivindicar el esfuerzo acumulado durante cuatro décadas por un ingente y heterogéneo grupo de investigadores y profesionales que supieron entender como las aguas termales se erigían en el “oro blanco” de la provincia. Un término, este último, acuñado por el doctor Rodríguez Míguez que, sin ningún género de dudas, se identifica como la figura más representativa del termalismo contemporáneo en Galicia.


     Recordaba el doctor Maraver, hace casi una década, que las contribuciones del profesor Míguez a la causa termal se remontan a mediados de los años 80 cuando, con la ayuda del alcalde Marnotes y del catedrático Armijo Valenzuela, puso en marcha los Cursos Básicos de Hidrología Médica en O Carballiño. Un quehacer continuo que posibilitó sus primeras publicaciones en la materia y que tomaría mayor realce científico y académico en 1993 con la defensa de su Tesis Doctoral titulada “El termalismo en Galicia. Evolución histórica”. Pero, por aquel entonces, la semilla plantada por el doctor Míguez ya había prendido en terreno fértil. En tal sentido, el portal científico de la Universidad de Vigo refiere a ese mismo año el estudio geológico sobre el manantial de O Tinteiro realizado por los profesores Araujo Nespereira y Seara Valero, y que el primero de los citados extendería en 1997 al Balnearios de Laias y, con posterioridad, a otros ámbitos termales de la provincia. De igual manera, y de la mano del entrañable docente Luis Alfonso Rodríguez, en 1996 ven la luz los primeros trabajos en el campo de la microbiología aplicada al estudio de las aguas minero medicinales, línea de investigación a la que se sumaría, en años venideros, la profesora Pérez Álvarez.

Un capital humano de incalculable valor al servicio de nuestra provincia

     Con los albores del nuevo milenio la producción científica en la materia cobra un impulso adicional y se multiplican y diversifican los esfuerzos. La Facultad de Ciencias de Ourense se convierte en el epicentro de un “sunami termal” al que se incorporan profesionales de la talla de las profesoras Domínguez González, Falqué López, Franco Matilla, Martínez Suárez y Pérez Lamela, por citar algunas referencias notables, aunque no las únicas. Una ampliación de enfoques que abarcará áreas de conocimiento como la ingeniería química, la química analítica, la tecnología de los alimentos o la nutrición y bromatología, y que se concretará en una ardua tarea investigadora no siempre reconocida y valorada en su justa medida por un entorno local poco atento a los avances científicos. No obstante, el interés despertado por el termalismo en medios académicos calaría hasta niveles difícilmente sospechables por un visionario de la notoriedad del doctor Rodríguez Míguez. En tal sentido, se pueden datar en el año 2005 los primeros trabajos en el ámbito del binomio turismo termal y comercialización e investigación de mercados, en el cual la profesora Alén Gonzalez y el profesor Fraiz Brea son un referente de prominencia contrastada. De igual manera, juristas del Campus de Ourense, como la docente Siota Álvarez y el catedrático Bustillo Bolado, redimensionaron su quehacer académico hacia el estudio de los recursos hídricos y propiciaron la aparición en el 2014 de la revista Derecho, Agua y Sostenibilidad, coordinada actualmente por la investigadora Salgado Pontón.


     No es mi pretensión enumerar la totalidad de aportaciones a la construcción de un ecosistema científico vinculado al termalismo en Ourense, pero sería injustificable obviar los esfuerzos en tal sentido de la doctora Fernández Marcos, del reumatólogo Fernández Dominguez, de los historiadores Eguileta Franco y Somoza Medina, de la investigadora Mourelle Mosqueira y del profesor emérito Legido Soto. Un capital humano de incalculable valor al servicio de nuestra provincia.



Comentarios