El Escondite de Villanueva da un nuevo enfoque a su carta. Manteniendo su filosofía de una cocina informal, tradicional, de auténticas recetas de “toda la vida”, aporta ahora un complemento de tapas, raciones y medias raciones que flexibilizan la propuesta. El restaurante, un referente, desde hace 24 años (fue pionero en los horarios “non stop” de la capital, así como en la creación de las miniburguers), es, ahora, un “place to be” del barrio de Salamanca que, renueva su concepto con esta nueva idea de tapeo elegante y de calidad.
En muchos de los entrantes, carnes y “clásicos” de la carta, El Escondite de Villanueva propone estas opciones de medias cantidades. Para comenzar, hay posibilidad de entrantes fríos (como la tapa de jamón ibérico 100% bellota Sánchez Romero Carvajal o la anchoa de Santoña sobre pan brioche con mantequilla y mojo verde) o calientes (como la mini tortilla española). Hay desde platos tradicionales de la geografía española como ricas croquetas, ensaladilla rusa con ventresca, gildas o patatas bravas (muchos de ellos se pueden pedir por unidad) hasta un estupendo steak tartar clásico de gran calidad y cortado a cuchillo o uno de los platos “estrella” del restaurante, el tartar de atún rojo (magnífico) con huevo frito y su puntillita. La calidad del atún se ha mejorado últimamente en El Escondite, ofreciendo, actualmente, al comensal un atún rojo insuperable.
Tartar de atún rojo con huevo frito y su puntillita
La carta también consta de entrepanes. Aquí, encontramos molletes, hamburguesa, pepitos de ternera y el insuperable e icónico sándwich club de El Escondite, rico, generoso y a un estupendo precio de 15 euros.
Sandwich Club
La calidad se extiende a la oferta de carnes y pescados. Es el caso de las sabrosas albóndigas con salsa de almendras y patatitas paja que se pueden comer en raciones enteras o medias o, del pulpo a la brasa con puré de boniato y mojo canario.
Albóndigas con salsa de almendras
Muy especial son sus platos llamados “los clásicos del escondite”, una fusión de cocinas internacionales, en los que encontramos desde un taco de cochinita pibil, hasta pan bao de gambón, pasando por guisitos tan ricos como el falso risotto ( con pasta de arroz) de boletus y trufa (existente en medias raciones, también).
Falso risotto con boletus y trufa
Los platos de El Escondite se pueden acompañar de suculentas y divertidas opciones como el puré trufado, el boniato frito, el arroz o las patatas fritas.
Los postres son ricos y caseros. Se puede disfrutar de una espectacular carrot cake, de un buen tiramisú o de tarta de chocolate con galletas y natilla, entre otras opciones.
Tiramisú clásico
El Escondite de Villanueva es pues una buena opción para comer bien en pleno barrio de Salamanca, sin gastar mucho. Una cocina clásica pero moderna a la vez que permite probar platos más “en serio” o degustar propuestas más informales a medio camino entre gastronomía de restaurante y cafetería “ilustrada”, pero, siempre, mimando las elaboraciones y con materias primas de alto nivel. Además de su local acogedor y elegante con una barra en la entrada, el local posee una coqueta terraza para los buenos días.
El escondite de Villanueva sala
Dirección: c/ Villanueva,26- Madrid
Precio medio: 45-50 euros/ persona
Reservas: 91 431 33 49 / www.elesconditedevillanueva.com
Autora: Carmen Pineda
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