Más de cuarenta años avalan esta casa de comidas en la capital de España. Nicolás Parrondo, asturiano de Valdés es un hostelero de raza y casta que convirtió su Sidrería matritense de la céntrica calle Trujillos en una especie de embajada afecta y hospitalaria. Asturianos, parroquianos o foráneos, encuentran en este lugar su sitio de confort para tomar unas botellas de sidra o disfrutar de un buen condumio con la calidad por montera y los productos primigenios de la tierra astur por esencia.
Comedor de Casa Parrondo
Nicolás Parrondo controla el negocio con rigor y estilo y en la cocina reina su mujer Raquel de raíz pixueta, es decir de Cudillero quien domina los fogones con técnica y pulcritud. Los potajes, pote asturiano y fabada, los borda, así como el suculento cocido madrileño o los guisos cárnicos y zarzuela de pescados entre otras propuestas del universo coquinario.
Raquel, cocinera de Casa Parrondo
En el tema de carnes asturianas y de ganadería propia en Guadarrama, Nicolás en su labor parrillera les da el toque ajustado y noble para alcanzar el sabor idóneo. En quesos astures tiene la mejor despensa de Madrid, así como su recoleta bodega vinatera con más de 40 referencias de las D.O. españolas.
Nicolás vive a fondo la hostelería y siempre apuesta por los platos tradicionales de la cocina asturiana y española. Los arroces en este establecimiento rayan a óptima altura y en su afán de promocionar su local participó en más de una ocasión en la subasta del campanu, el primer salmón pescado en los ríos del Principado. Lo mismo en la puja del mejor queso Cabrales, marcando en su apuesta con precios imposibles y que le dieron notoriedad en este tipo de acciones de proyección.
Y aquí en esta sidrería se cata y se bebe sidra de la mejor con palos de los más renombrados llagares como Castañón, Trabanco o Peñón. Y como reza el dicho de esta casa: para comer “abondo” en el restaurante sidrería Parrondo. Enseña de óptimos productos con el sabor como referencia.
Texto y fotos: Carlos Cuesta
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