Cinco rincones secretos de Japón para una luna de miel mágica

     Más allá de los destinos emblemáticos de Japón —las vibrantes metrópolis de Tokio, Nagoya y Osaka, las capitales tradicionales de Kioto y Nara o los paisajes idílicos de Hakone y Nikko— existen rincones menos transitados que cautivan con su belleza singular y su atmósfera serena. Perfectos para momentos románticos en pareja, estos destinos alternativos prometen un viaje único. A continuación, te presentamos algunas de estas joyas ocultas para una luna de miel en Japón.

• Atami y la península de Izu

     A solo un paso de Tokio, las ciudades balneario de Hakone y Atami son los destinos predilectos de los japoneses para una escapada de fin de semana. Si bien Hakone es un nombre familiar entre los viajeros de todo el mundo, quienes buscan un rincón más exclusivo y menos concurrido encontrarán en Atami un destino ideal para una luna de miel. Esta encantadora localidad costera, ubicada al este de Japón, combina a la perfección naturaleza y lujo, ofreciendo un entorno relajante con espectaculares paisajes. Atami es conocida por sus onsen (baños termales), que invitan a disfrutar de una experiencia revitalizante, mientras se contemplan las impresionantes vistas del océano Pacífico, todo enmarcado por sus majestuosas montañas. Otro de los mayores atractivos de esta ciudad es el Castillo de Atami, desde donde se pueden admirar unas vistas panorámicas, inigualables, del mar y de la ciudad. También merece una visita el Museo de Arte MOA, célebre por su colección de arte japonés y sus jardines, que envuelven a los visitantes en un remanso de serenidad y belleza. 

Castillo de Atami, Japón

     Si bien Hakone y Atami son las ciudades más conocidas de la región, la península de Izu es un auténtico paraíso por descubrir. Ubicada al sur de Tokio, es un refugio de playas doradas, aguas termales y paisajes de montaña, ideal para una luna de miel que combine relajación, aventura y romanticismo. Sus costas son perfectas para dar paseos al atardecer, en lugares tan impresionantes como el faro de Jogasaki y los acantilados en la costa. 

Faro de Jogasaki

      Además, sus encantadores pueblos pesqueros, como Ito y Shimoda, ofrecen un ambiente pintoresco y tranquilo, perfecto para perderse en su esencia tradicional y disfrutar de la hospitalidad local.

Shimoda

• Karuizawa

     Para quienes buscan un retiro en el interior del país, sin renunciar a la exclusividad y el lujo, Karuizawa se presenta como un destino de ensueño para una luna de miel. Ubicada en un idílico entorno montañoso, esta elegante localidad combina a la perfección naturaleza, sofisticación y tranquilidad, creando el escenario ideal para una escapada romántica. 

    Karuizawa, a solo una hora en tren desde Tokio, se sitúa en el centro-sur de Nagano, a los pies del majestuoso Monte Asama. Desde el siglo XIX, ha sido el refugio predilecto de la élite japonesa e internacional, gracias a su clima fresco y apacible, especialmente en verano. Originalmente, fue una ciudad de paso en la histórica ruta de Nakasendo, que conectaba Kioto con Edo (la actual Tokio). Como dato curioso, Karuizawa es la única ciudad en el mundo que ha albergado eventos, tanto en los Juegos Olímpicos de verano como de invierno. 

Parque de piedras de magma del monte Asama

    Más allá de su atmósfera relajada, Karuizawa cautiva con sus impresionantes paisajes de montañas y bosques, ofreciendo un sinfín de actividades románticas: desde caminatas por senderos naturales y paseos en bicicleta, hasta la exploración de las mágicas cascadas de Shiraito. Durante el invierno, sus estaciones de esquí y snowboarding la convierten en un destino ideal para los amantes de la nieve, mientras que, en primavera y verano, sus verdes paisajes y temperaturas frescas crean un entorno perfecto para el descanso y la aventura. 

    Entre sus múltiples atractivos, destacan los tradicionales baños termales onsen, así como el encantador centro histórico Kyu-Karuizawa Ginza, donde las calles empedradas albergan exclusivas tiendas, acogedoras cafeterías y restaurantes con una oferta gastronómica exquisita. Para los amantes del arte y la naturaleza, el Karuizawa Lake Garden deslumbra con sus rosaledas y paisajes florales. Por otro lado, el Karuizawa Prince Shopping Plaza, uno de los centros comerciales más grandes de la región, es ideal para disfrutar de una jornada de compras en un entorno relajante. 

Karuizawa Lake

    Para quienes buscan un toque de elegancia, la zona de Naka-Karuizawa ofrece rincones como Harune Terrace y la impresionante Iglesia de Piedra, una obra arquitectónica única que combina naturaleza y espiritualidad. Además, la localidad cuenta con alojamientos llenos de historia, como el legendario Mampei Hotel, famoso por haber sido uno de los favoritos de John Lennon y Yoko Ono. 

Harune Terrace

• Una escapada a los parajes naturales de Hokkaido

     Para los amantes de los deportes de invierno, Hokkaido es un auténtico paraíso. Su famosa nieve en polvo, conocida como "Japowder", ofrece condiciones inigualables para el esquí y el snowboard. Estaciones como Niseko, Rusutsu y Furano atraen a parejas que desean disfrutar de una experiencia invernal con lujosos resorts, acogedores hoteles y una vibrante vida après-ski. 

Niseko, estación de esquí

    No obstante, Hokkaido es igualmente encantadora en primavera y verano, estaciones en las que la isla se transforma en un mar de verdes praderas y coloridos campos florales. Los famosos campos de lavanda de Furano y los espectaculares jardines de Shikisai-no-Oka crean un paisaje de ensueño, perfecto para dar paseos románticos.

     Además, sus bellos lagos, como el Toya, en el sur, y el Akan, en la parte oriental, invitan a disfrutar de tranquilos paseos en barco o simplemente a relajarse junto a sus apacibles aguas. Para las parejas más aventureras, explorar la península de Shiretoko, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ubicada en la parte más oriental de la isla, o avistar las icónicas grullas japonesas en el Parque Nacional de Kushiro Shitsugen son experiencias inolvidables. 

Hokkaido, enclave declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

    Quienes prefieran el encanto urbano, también encontrarán en Hokkaido ciudades llenas de magia. La apital, Sapporo, combina modernidad con una vibrante oferta gastronómica y cultural. Otras ciudades, como Hakodate, destacan por su atmósfera romántica y su famoso mirador en el Monte Hakodate, que ofrece una de las vistas nocturnas más impresionantes de Japón. Por su parte, la pintoresca ciudad portuaria de Otaru, con sus encantadores canales y su aire nostálgico, es el lugar perfecto para perderse en sus calles y disfrutar de un ambiente acogedor. 

Sapporo, Japón

• Isla de Yakushima

    Ubicada al sur de la isla de Kyushu, Yakushima es un destino remoto y fascinante, perfecto para una escapada, donde la naturaleza, el misterio y la serenidad se entrelazan en un entorno único. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta isla cautiva con su exuberante bosque subtropical, sus montañas envueltas en niebla y sus imponentes cedros milenarios, testigos silenciosos del paso del tiempo. 

Camino por el desfiladero de Shiratani Unsui, Yakushima, Japón

    Uno de los principales tesoros de Yakushima es su bosque de cedros antiguos, donde se encuentra el majestuoso Jomon Sugi, considerado uno de los árboles más longevos de Japón. Recorrer el sendero hasta este emblemático cedro es una experiencia inolvidable: una caminata que sumerge a las parejas en un paisaje casi místico, donde la densa vegetación y el aire puro crean una atmósfera de ensueño. Para los amantes del senderismo, Yakushima ofrece tanto rutas suaves como desafiantes a través de sus montañas, proporcionando un escenario perfecto para compartir momentos de paz y conexión en plena naturaleza. No es de extrañar que estos bosques inspiraran al legendario director, Hayao Miyazaki, en la creación del universo de La princesa Mononoke. 

Bosque de cedros antiguos

    Pero Yakushima no es solo selva y montañas. Para quienes prefieren el encanto de las playas vírgenes, la isla alberga rincones como Nagata Inakahama, famosa por su fina arena dorada y su atmósfera tranquila. Además de ser un refugio ideal para el descanso, esta playa es también un importante lugar de anidación de tortugas marinas, lo que la convierte en un enclave aún más especial. A lo largo de la costa, las aguas cristalinas de Yakushima invitan a practicar snorkel o a disfrutar de un paseo en una embarcación privada, creando momentos románticos y únicos en medio de un paraíso natural.

Nagata Inakaham playa

• Las islas de Miyakojima

   Ubicada en el suroeste de Japón, Miyakojima es un auténtico paraíso tropical, ideal para una luna de miel llena de romance y tranquilidad. Con sus playas de arena blanca, aguas cristalinas y una atmósfera serena, esta isla invita a las parejas a desconectar y sumergirse en la belleza natural de un entorno idílico. 

Miyakojima

    Las playas de Miyakojima son, sin duda, uno de sus mayores atractivos. Entre sus conocidas playas de arena fina y aguas de color turquesa, destacan joyas como Yonaha Maehama y Sunayama Beach, perfectas para paseos románticos al atardecer. Su ambiente exclusivo y relajado convierte cada momento en una experiencia mágica, ya sea disfrutando del sol, nadando en aguas cálidas o simplemente contemplando el horizonte. Para las parejas amantes del mar, la isla ofrece la posibilidad de practicar snorkel y buceo en sus impresionantes arrecifes de coral. La diversidad marina de Miyakojima, repleta de peces tropicales, tortugas y vibrantes ecosistemas de coral, brinda una oportunidad única para conectar con la naturaleza en su estado más puro. 

    Pero Miyakojima no es solo mar y arena. La isla también deslumbra con sus paisajes panorámicos, como los que se pueden admirar desde el Mirador de Higashi-Hennazaki, donde las vistas del océano se funden con el cielo en un espectáculo sobrecogedor. Para quienes buscan una forma más activa y relajada de explorar la isla, los paseos en bicicleta a lo largo de sus tranquilas carreteras costeras ofrecen una experiencia inolvidable, con la brisa marina como compañera de viaje. 

Panorámica desde el Mirador de Higashi-Hennazaki