El 25 de junio del año 825 –van a cumplirse 1.200 años–, el emir Abderramán II fundó la ciudad de Murcia, entonces Medina Mursiya, dando comienzo a un periodo de importante auge económico. Los árabes aprovecharon el río Segura para crear una compleja red de acequias, tuberías, azudes, norias y acueductos que permitieron el desarrollo de la fértil huerta del Segura.
A lo largo del siglo XII, Murcia se convirtió en un gran centro económico y político. La convivencia entre moros y cristianos fue pacífica, y el Emir de Murcia firmó el tratado de Alcaraz con el Reino de Castilla, convirtiendo el Reino de Murcia en protectorado castellano. Posteriormente, Alfonso X El Sabio anexó definitivamente Murcia a la Corona de Castilla en 1266.
Las fiestas de Moros y Cristianos son muy populares en España, con más de 220 localidades celebrándolas, principalmente en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. La de Murcia es una de las más antiguas, con orígenes que datan del siglo XV. Su enfoque destaca la alegría y la convivencia, en lugar de la confrontación histórica.
Durante los días que dura la fiesta, hay muchos otros actos destacados, pasacalles, charangas, cenas, comidas, queimadas, pregón, presentaciones de abanderadas y reyes, concursos, torneo de ajedrez, homenajes a personajes históricos, procesión del pan, el rapto del cristiano… y otros dos, muy concurridos: ofrenda de flores y presentación de los niños nacidos el año anterior a la Virgen de Arrixaca y el alarde de arcabucería, con truenos de mil demonios.
Y cada día, al caer la noche, moros y cristianos se juntan, una vez más, en el Campamento Medieval, situado junto al Paseo del Malecón, donde cada kábila o mesnada tiene su propio espacio, un lugar de encuentro, diversión y convivencia, con distintas especialidades gastronómicas que compartir hasta la madrugada, con sabrosos platos o en pequeñas miniaturas en forma de tapas o raciones. La gastronomía murciana se basa en las excelentes frutas, verduras y hortalizas que proporciona su huerta. Con estas materias primas se elaboran guisos y platos típicos como el pisto huertano (con pimiento, cebolla y tomate), el potaje de garbanzos y acelgas o el zarangollo (calabacín, huevo y cebolla), por citar solo unos pocos. Como acompañamiento, se puede elegir entre cualquiera de los vinos murcianos con Denominación de Origen: Bullas, Yecla y Jumilla o sus siempre frescas y generosas cervezas.
Muchas razones para visitar Murcia y para que su Fiesta de Moros y Cristianos sea declarada de Interés Turístico Internacional cuanto antes.
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