En nuestra visita por la provincia de Albacete de la mano de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (APEHT), y de la mano de nuestra "adelantada" Silvia Rodenas nos adentramos en el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera para conocer la parte de las mismas que pertenece a la provincia de Albacete y recorrer parcialmente la denominada "Ruta del Quijote", y para ello empezamos por conocer la Cueva de Montesinos, lugar que representa uno de los puntos álgidos del recorrido, en el término municipal de la Ossa de Montiel, localidad de la que volveremos a hablar de lo mucho que descubrimos de su patrimonio natural y enogastronomía. El Hidalgo Don Quijote y su escudero Sancho Panza, en el camino a la Cueva de Montesinos. Ossa de Montiel, Albacete
La Cueva de Montesinos es un lugar emblemático de obligada visita toda vez que recorremos Las Lagunas de Ruidera, oasis de agua y vegetación que conforman este singular paraje con sus 4.000 hectáreas y albergan 16 lagunas, 9 de la cuales están en Albacete. También alberga uno de los ecosistemas más ricos de la península ibérica. Están declaradas Reserva de la Biosfera por la UNESCO y solo visitándolas podemos descubrir la importancia de su patrimonio natural y de la belleza que encierran.
El autor del reportaje, ante el Panel de Recorrido de la Cueva de Montesinos, (foto: M. F. Gonzalez Sobrado)
Este enclave es un lugar ideal para hacer Turismo de Interior y donde conjugar Naturaleza, Enoturismo y Literatura, porque el entorno natural que conforma este humedal de Castilla La Mancha es el más importante y singular de la Península Ibérica, de todo esto daremos cumplida información en un próximo reportaje en .
Atardecer de invierno en la Laguna Redondilla, Ossa de Montiel, Albacete (foto: M. F. González Sobrado)
La Cueva de Montesinos está situada a 6 Kilómetros de la localidad de Ossa de Montiel, en la provincia de Albacete, (Castilla la Mancha) por debajo del Monte Cabeza de San Pedro, A 80 metros de profundidad, es en la actualidad uno de los grandes reclamos turísticos del enclave del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y por su valor cultural fue Declarada Bien de Interés Cultural.
Entrada de Cueva de Montesinos, Ossa de Montiel, (foto: M. F. González Sobrado)
En esta gruta kárstica, nada más entrar se encuentra un espacio donde se supone que los viajeros se refugiaban en caso de lluvia o inclemencias del tiempo, además de distintos espacios como el «Portal» o la «Gran Sala».
Cueva de Montesinos, La Gran Sala (foto: M. F. González Sobrado)
La Cueva de Montesinos se ha ido generando a lo largo de los siglos debido a los procesos de disolución del agua de lluvia en las rocas de la zona, y en su interior discurre un pequeño riachuelo que en función de la época del año que se visite forma un pequeño lago.
Cueva de Montesinos, pequeño lago de agua interior (foto: M. F. González Sobrado)
Y siguiendo con La Cueva de Montesinos, tras visitarla podemos comprobar que bien podría ser el escenario imaginado por Miguel Cervantes, en la se desarrollan dos de los capítulos más importantes, el XXII y XXIII, de la segunda parte de «Don Quijote de la Mancha», obra cumbre del autor gallego universal, según prueba documentalmente Cesar Brandariz, y que ha sido traducido a más de 100 lenguas, convirtiendo así este paraje que está en El Corazón de Ossa de Montiel, en de los lugares más míticos en la ruta cervantina de Castilla-La Mancha, aquel en el que su personaje Don Quijote sufría el encantamiento más intenso y famoso de la literatura universal, que entre otras visiones, se le apareció la imagen de la misma Dulcinea del Toboso, encantada (II, cap. 22 y 23).
Se da cuenta de la gran aventura de la Cueva de Montesinos, que está en el Corazón de la Mancha, a quien dio felice cima el valeroso Don Quijote.
«Pidió al diestro licenciado le diese una guía que le encaminase a la Cueva de Montesinos, porque tenía gran deseo de entrar en ella, y ver a ojos vista si eran verdaderas maravillas que de ella se decían por todos aquellos contornos (…) y le enseñaría las Lagunas de Ruidera famosas asimismo en toda la Mancha, y aún en toda España (…) que si llevaba determinado de entrar en ella, era menester proveerse de sogas para atarse y descolgarse en su profundidad. Don Quijote dijo que aunque llegase al abismo, había de ver donde paraba (…)
llegaron a la Cueva, cuya boca es espaciosa y ancha, pero llena de cambroneras y cabrahígos, de zarzas y malezas, tan espesas e intrincadas, que de todo en todo la ciegan y encubren (…) vio no ser posible descolgarse ni hacer lugar a la entrada, si no era a fuerza de brazos ó a cuchilladas; y así, poniendo mano a la espada comenzó a derribar y a cortar de aquellas malezas que a la boca de la cueva estaban, por cuyo ruido y estruendo salieron por ella una infinidad de grandísimos cuervos o grajos, tan espesos y con tanta priesa, que dieron con Don Quijote en el suelo,
(foto: M. F. González Sobrado)
En esta cueva se han encontrado distintos objetos y restos arqueológicos que demuestran que en estas cuevas existió vida humana, así se han descubierto cuchillos, flechas de sílex y hachas pulimentadas que datan del Neolítico. También se han encontrado restos de vasijas de arcilla, así como monedas y sortijas, sellos y aretes de la época romana, datados durante los emperadores Magencio y Constancio a principio de la era cristiana, lo que demuestra que en aquella época la zona estaba poblada. También consta haber encontrado restos de pequeñas piezas redondeadas tejer de la época antigua.
En la actualidad se puede visitar con visitas guiadas, tal como la que nos acompaño el día que nosotros la visitamos, y está abierta de martes a domingo de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas. La cueva no está iluminada por lo que es necesario acceder con casco y foco adosado.
(foto: M. F. González Sobrado)
En el fondo de la cueva pueden observarse la presencia de murciélagos. Es una cueva que los expertos denominan de reciente evolución en comparación con otras cuevas. El recorrido es relativamente corto, sobre una hora y muy ameno, con la ayuda de las guías que nos acompañaron, que convirtieron el recorrido en una recreación de algunos de los paisajes y personajes del Quijote, evocando de manera casi perceptible la atmósfera que permite la "presencia", de los personsjes de la obra en la cueva, que "si non e vero e bem trovato", y descubriendo las formas que el agua ha moldeando en las paredes de la gruta, donde de "hacen visibles", figuras rocosas que recuerdan: la cara de Don Quijote, la cabeza del cocodrilo, la figura de la Virgen, el Belén, la Teta de la Vaca… y la secreta “cámara el tesoro”, una pequeña sala de la cueva cuyo techo está recubierto de brillantes capas de cuarzo. El fondo de la cueva está ocupado por un lago de azuladas aguas, y casi no existen estalactitas ni estalagmitas formadas, aun están en formación.
Cueva Montesinos, murcielago colgado, (foto: M. F. González Sobrado)
El Quijote es una obra de ficción, pero enmarcada en una geografía real, en una Mancha que aún hoy en día podemos visitar, casi tal y como la imaginó Cervantes. Lugares como las Lagunas de Ruidera y la Cueva de Montesinos son una buena muestra de ello y el relato de los guías permite un viaje literario en el tiempo que pudo no haber existido en la realidad, pero su visita y contemplación, permite que esa realidad constatable incluso superen la imaginada, pero tal como decíamos esa es una de las muchas sorpresas que Ossa de Montiel ofrece.
Cueva Montesinos, formaciones que permiten imaginar escenas fantásticas, (foto: M. F. González Sobrado)
VISITA A LA CUEVA DE MONTESINOS, OSSA DE MONTIEL
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