A muy pocos kilómetros de la frontera española por Cataluña, se encuentra una de las zonas con más carisma del Sur de Francia, en la región de Occitania y en el departamento de los Pirineos Orientales. Hablamos de localidades míticas y encantadoras, enclavadas en el histórico Rusillón, como la pequeña ciudad de Collioure, una preciosa estación balnearia de la Costa Bermeja (Côte Vermeille), llena de encanto, Historia, arte, patrimonio, vinos, gastronomía, naturaleza, mar…
Vistas de Collioure desde el Castillo Real .
Collioure, según un famoso programa de una de las cadenas televisivas más vistas en Francia, ha sido elegido por los franceses, este año, como su ”pueblo preferido”. En definitiva, un lugar impregnado de “douceur de vivre” (como dicen los franceses), lo que sería, en español, dulzura de vida, o dicho de otro modo, un sitio con un lujo singular que te sorprende por su sencillez y su autenticidad.
Realizar un viaje a Collioure, recorriendo, además, algunos lugares especiales de sus alrededores como Banyuls-sur-Mer o Port-Vendres, con una pequeña etapa en Perpignan para comer, puede ser una opción ideal para nuestras futuras vacaciones.
Una de las cosas más interesantes que podemos hacer en Collioure, después de haber admirado su pequeña bahía mediterránea, a la que adornan la Isla de San Vicente (Patrón de la ciudad) y la eternamente fotografiada Iglesia de Nuestra Señora de los Angeles (s. XVII)-que llama la atención porque sus fundaciones bañan en el mar y su campanario fue antaño el faro (recomendamos visitar el retablo barroco en pan de oro de 16 metros de alto)-, es la Ruta del Fauvismo.
Vistas de Collioure y sus montañas desde el Castillo Real
La Oficina de Turismo de Collioure propone visitas guiadas por la ciudad que nos explicarán cómo Collioure fue el origen de lo que sería el movimiento artístico del fauvismo gracias a varios pintores que se instalaron en la localidad en busca de luz, calma e inspiración. Un estilo que, al principio, no fue muy bien visto pero que acabó por fascinar a medio mundo. Hacia 1905, se instalan en Collioure Signac, Henri Matisse y Derain (a éstos, les seguirían, más artistas de otros estilos como Picasso o Dalí). Matisse y Derain fueron los grandes padres del fauvismo en pinturas donde reflejaron los colores, la luminosidad y las costumbres del pueblecito catalán francés.
En la Ruta del Fauvismo, se pueden ver reproducciones de sus cuadros, como si fuera una sala de exposición al aire libre, callejuelas empredradas y empinadas- coloridas y floridas- y viñas. Recorrer el barrio de Le Mouré, donde vivían los oficiales de marina, con la calle des Caranques o apreciar el encanto de las antiguas y coloridas casas de pescadores, pintadas de colores y suspendidas en el acantilado (como anécdota, decir que la pintura que sobraba servía luego para pintar sus barcos, las famosas barcas catalanas, con sus típicas rayas de colores).
Calles del Barrio de Mouré y el Fauvismo en Collioure
El ambiente de artesanos- muchos tienen, actualmente, en el centro de Collioure tiendas en las hermosas y animadas callejuelas- junto a ese pasado artístico tan importante, definen mucho el espíritu de Collioure. Una cosa divertida y guiño al arte es que, a lo largo de la ciudad, hay marcos vacíos para poder fotografiar el entorno.
Ruta del Fauvismo en Collioure
Si queremos completar nuestro itinerario artístico, se impone una visita al Museo de Arte moderno y contemporáneo que tiene, además de bonitas vistas al mar, al estar situado en lo alto de la ciudad, unas colecciones interesantes y originales exposiciones que retratan esa historia de arte de Collioure, como ciudad de acogida de numerosos artistas (pintores, escritores…).
La literatura también está presente en Collioure de la mano del gran poeta español, Antonio Machado ya que, aquí, se encuentra su tumba y el Centro Machado. Machado tuvo que huir de España en enero de 1939, derrotado y enfermo, junto a su anciana madre, huyendo de la represión y muriendo al poco tiempo de llegar a Collioure. Por ello, es una visita obligada ir al pequeño cementerio de la ciudad para rendir homenaje a este gran autor, luchador por la libertad y la democracia. El lugar, siempre lleno de flores y banderas republicanas, representa un sitio de peregrinaje, de homenaje y de emoción. De hecho, Collioure pertenece al circuito de las ciudades machadianas. Se puede visitar, también, el Centro Machado, ubicado en el mismo lugar donde estaba La Casa Quintana donde vivió Machado con su madre en Collioure.
Tumba de Antonio Machado en Collioure
Otro descubrimiento fundamental es el Castillo Real de Collioure, catalogado como monumento histórico. En el centro de la Bahía de Collioure, el Castillo Real domina, imponente, la ciudad desde el s. XIII. Antigua residencia de los señores feudales del Rosellón, después de los Reyes de Aragón y residencia de verano de Reyes de Mallorca, con los siglos, fue reconstruido y modificado. Hacia el s. XVIII, fue transformado en ciudadela defensiva por Vauban, el grandísimo ingeniero militar de su tiempo. El Castillo Real de Collioure ha sido testigo de las luchas seculares por la frontera. La visita vale la pena por la arquitectura, por las espectaculares vistas a Collioure, al mar, a las pequeñas playas y a su entorno de montañas, todo ello desde la Torre y el Camino de Ronda. Además, no hay que perderse la Exposición de los exiliados y republicanos españoles, ya que este Castillo fue, en 1939, el primer campo de acogida de los refugiados españoles en Francia.
Castillo Real de Collioure
Después de nuestra visita turística por Collioure, se impone sentarnos en una de sus múltiples terrazas para beber algo y disfrutar del ambiente cálido y acogedor del entorno, de ese lujo suave y sencillo que da esta tierra, o, también, visitar una de las bodegas más míticas de Collioure, descubriendo los incomparables vinos locales como los de la DOP Collioure y Banyuls, como es el caso del Cellier des Dominicains.
El Cellier des Dominicains es un antiguo convento medieval, fundado en 1290, y hoy dedicado al vino. Espectacular, misterioso (con fascinantes historias de fantasmas y de colgados durante la Revolución Francesa entre sus muros), este lugar desprende un encanto muy especial, además de elaborar grandes vinos de las dos DOPs citadas.
La Cave des Dominicains con sus vinos Collioure y Banyuls
En 1926, fue comprado por los vinateros de Collioure que lo transforman en bodega cooperativa (actualmente tiene 160 miembros). Hay visitas guiadas ( https://www.cellierdominicain.com/ Visitas guiadas) que ofrecen catas fantásticas y recorrido por la tienda y la bodega, que, de hecho, pertenece al Patrimonio Francés.
La Cave des Dominicains en Collioure
Tanto los vinos secos de Collioure como los dulces de Banyus (85% de los vinos dulces de Francia se hacen en los Pirineos Orientales) se elaboran, entre tierra y mar, desde las costas mediterráneas (Collioure, Port-Vendres, Banyuls y Cerbere), en viñas en terrazas, hasta las estribaciones pirenaicas en una superficie de 1800 hectáreas, con clima soleado, brisas marinas, tramontana, microclimas de altitud y tierras de pizarra.
Los Banyuls tienen, además de otras, cepas de garnacha (negra, gris y blanca), que le aportan aroma, dulzor y sabor aterciopelado. La característica de los Banyuls es que maduran en barrica de roble, tras haber sufrido una mutación por el alcohol añadido. En su proceso, se utilizan las damajuanas, donde se depositan durante años, lo que le aporta el envejecimiento y ese tono ámbar y de torrefacción. En El Cellier des Dominicains, no hay que dejar de probar sus excepcionales Banyuls Grand Cru (como el C. Descossy). Encontraremos Banyuls Blanco, Rosado, Rimage (más jóvenes y afrutados), ambarino, Teja, Gran Reserva y Rancio.
La opción DOP Collioure, o sea los secos, es, asimismo, perfecta. Son vinos muy ricos, frescos y marinos, con garnacha negra y gris, syrah, mourvedre, entre otros. En la bodega, se pueden comprar vinos de Collioure muy buenos como el Esquit (tinto), el Estiu ( rosado) o el Padreils ( blanco).
L´Anse de Paulilles en un lugar excepcional, curiosísimo, que merece una visita si vamos a Collioure. Se trata de un bellísimo sitio histórico protegido desde 2008 de 32 hectáreas, entre mar y viñas, ubicado a pocos kilómetros de Collioure, entre los puertos de Port-Vendres y Banyuls-sur Mer. En esta “anse” (ensenada formada por tres bahías) descubriremos toda la Historia y memoria viva industrial del lugar, con sus anécdotas y curiosidades, entorno a una antigua fábrica de dinamita de 1870, creada por el ingeniero Paul Barbe y por Alfred Nobel, además de un entorno natural privilegiado. Además, podemos ir a la playa desde el parking des Paulilles, ya que es de acceso libre.
Recomendamos reservar una visita guiada (en la Maison de site, en el propio recinto: 33 0 4 68952340) para conocer todo el lugar con detalle y calma. Si es posible con Aline, nieta de una antigua obrera, (que ha cumplido 94 años, habiendo trabajado durante 41 en las Paulilles) ya que sus explicaciones son muy divertidas, bien documentadas y pedagógicas.
Las Paulilles fueron, durante más de un siglo, un lugar importantísimo de producción industrial de dinamita (ésta ha servido a lo largo del tiempo para hacer el Canal de Panamá, el Puerto de Marsella, entre otras grandes obras internacionales) y una comunidad de obreros de completamente innovadora para la época (se cerró en 1960). Se hizo, in situ, una ciudad obrera de 300-400 personas, con tiendas, sala fiestas, huertas, escuela…, en la que los trabajadores tenían grandes ventajas sociales y salariales para aquel momento, pero con el precio a pagar de enormes riesgos y peligros para la salud por las explosiones y enfermedades (como el infarto del lunes ocasionado por el glicol, un antigel vasodilatador) provocadas por los materiales químicos usados en la fábrica de dinamita.
En L´Anse des Paulilles, visitaremos un espacio museográfico al aire libre con alcobas, maquetas…, descubriremos el patrimonio natural (jardín exótico de diferentes continentes que evocan los viajes de la dinamita a esas tierras y la naturaleza mediterránea), exposiciones sobre la Memoria obrera y el patrimonio marítimo catalán a través del taller de restauración de barcos y preservación de Barcas catalanas ( reservas: 33 0 04 68952347). El objetivo de este espacio es conservar estos barcos tradicionales con vela latina y rayas de colores, restaurándolos con un saber-hacer muy valioso, no para la pesca sino para el folclore.
L´anse des Paulilles y muro de los obreros
No solo está presente el Arte en Collioure. El Musée Maillol en Banyuls o Fundación Dina Verney se encuentra en el Valle de la Roume. a 4 km de Banyuls-sur- Mer, en un lugar mágico, que enamora, escondido entre naturaleza mediterránea, viñas y un bonito río. Aquí, se puede visitar la tumba del gran escultor Aristide Maillol y el pequeño museo donde, sin embargo, hay unas obras muy valiosas e interesantes de este catalán universal como varias de sus célebres esculturas de mujeres desnudas.
Nacido en Banyuls, Maillol, fue, primero pintor (con 12 años, cogía, a escondidas, trozos de manteles de su madre para tener lienzos donde pintar), hizo tapicerías, cerámicas para, finalmente, triunfar como escultor en París. Con 40 años, Maillol ya era famoso y rico. Como anécdota, el gran escultor consiguió entrar en la Escuela de Bellas Artes de París gracias a un vino de Banyuls que regaló al bedel, quien le dejó entrar en las clases ya que no le habían admitido oficialmente.
Museo Maillol y su tumba, Collure
Después de visitar el Museo Maillol, una buena propuesta es bajar a Banyuls-sur-Mer para catar unos deliciosos vinos locales en Domaine de la Rectorie, una bodega creada en 1984, por cinco amigos con una filosofía muy interesante que pone en el centro, el trabajo bien hecho, colectivo y con amor al campo y a la viña. Hoy, las nuevas generaciones como el joven Jean Emmanuel Parcé, llevan el negocio. Sus vinos de Collioure tienen gran calidad. Poseen mineralidad, frescor y ligero amargor por sus vides de montaña, los suelos pobres de pizarra y el clima temperado por el mar. En cuanto a los Banyuls, los maceran durante algunos días, paran la fermentación añadiendo entre 7 y 10% de alcohol neutro y dejan continuar la maceración durante 2 o 3 semanas en las que el alcohol extrae los aromas de la uva. El resultado da unos Banyuls muy equilibrados pese a su juventud, que combinan muy bien con chocolate, frutos rojos o higos. Con alrededor de 20 etiquetas en total, La Rectorie elabora vinos muy interesantes que se pueden comprar en su sede de Banyuls ( donde además tienen una bodega subterránea).
Domaine de La Rectorie ( Banyuls)
¿Dónde comer?
Casa Sansa es un restaurante tipo bistrot catalán cuya historia se remonta a 1846. El local tiene mucho encanto y está decorado con cuadros de pintores famosos que vivieron en el Rosellón como Matisse o Derain, entre otros, con fotos antiguas, objetos vintage como viejas maquetas de barcos y aviones…Casa Sansa es, por ello, toda una institución para comer bien en Perpignan y degustar recetas catalanes como escalivadas, mejillones gratinados al alioli, bacalao a la catalana, magret de pato al vino dulce de Banyuls, crema catalana, estofados típicos o beber vinos de la DOP Côtes du Rousillon como “Modeste”. El ambiente es desenfadado y acogedor. Las cantidades de los platos son generosas. ¡No os perdáis el Profiterol “gigante” de postre!
Casa Sansa- Perpignan
Le Mamma: Restaurante gastronómico, ubicado en el hotel Les Roches Brunes, que prioriza la creatividad y los productos de kilómetro 0, como las anchoas de Collioure, los pescados mediterráneos o el aceite de oliva. Una cocina refinada que aúna ingredientes de la zona con un toque original y sorprendente. La sala es bonita y moderna con espectaculares vistas a la bahía de Collioure.
Anchoas de Collioure en Le Mamma
A pocos metros, se encuentra Le Neptune, un restaurante de corte clásico, ubicado, también, en la zona del “faubourg” (en las afueras del centro de Collioure), en una parte alta, con preciosas vistas a la bahía. Cocina local y tradicional francesa de calidad donde sobresalen los frescos pescados del Mediterráneo y las carnes de los Pirineos.
La Cuisine Comptoir es un simpático, pequeño y sencillo restaurante, ubicado en el centro de Collioure. Este local trabaja la filosofía del slow food, elaborando cocina vegana y vegetariana, con productos locales. Está presente en le Guide du Routard, una guía francesa muy célebre con direcciones buenas y baratas. https://www.lacuisinecollioure.com
La Balette es uno de los mejores restaurantes de Collioure, poseedor de 1 estrella Michelin. Se encuentra dentro del elegante Hotel Relais des 3 Mas (4 estrellas), un precioso alojamiento que tiene habitaciones con vistas al mar que llevan nombres de pintores relacionados con la zona como Dalí o Matisse. El joven chef Laurent Lemal elabora una cocina sobresaliente, exquisita y digna de su estrella en la que fusiona el producto local y de temporada con su maestría y técnica culinaria.
La Ballette, 1 estrella Michelin
El marco, además, es espectacular ya que los grandes ventanales del restaurante permiten captar toda la luz del Mediterráneo y admirar las vistas de Collioure, desde lo alto de la ciudad.
La Ballette y sus vistas a Collioure
Hôtel Le Bon Port: Situado al lado de la recoleta playa de La Ballette, el hotel se encuentra en un alto con unas preciosas vistas de la Bahía de Collioure. Este alojamiento, de tres estrellas, es confortable, acogedor y con precios moderados, incluso en temporada alta. Las habitaciones son sencillas, cómodas y agradables. Hay dos modalidades de alojamiento: habitaciones y apartamentos.
Este flamante hotel acaba de inaugurarse este año 2024. Se encuentra en la parte alta de Collioure, en un agradable barrio residencial con vistas a la montaña. La casa ha sido completamente rehabilitada. Tiene unas habitaciones confortables y tranquilas, decoradas por artistas locales con temas de Collioure. La Maison Nova ofrece un magnífico spa con sauna, hammam, masajes, productos cosméticos de gran calidad…Pintada en un coqueto tono rosado, este hotel- que se gusta de llamar “Casa singular”- es sostenible, tranquilo, bonito y tiene una preciosa piscina exterior. Buena opción si no se quiere estar tan cerca de la agitación turística en verano.
Delicioso hotel con historia en el paseo marítimo de Banyuls-sur-Mer. Se trata de una antigua villa de 1888, mandada construir por el industrial Pierre Bardou que quiso edificar una casa para cada uno de sus hijos, siendo esta asignada a su hija Camille. Construida en un estilo burgués de la Belle-Epoque, modernista y clásico, posteriormente, se utilizó como escuela de enseñanza de labores domésticas, como casa particular y como un lugar de vacaciones para trabajadores de un sindicato parisino. Después de una gran reforma que, sin embargo, ha conservado el estilo coqueto y elegante de antaño en su fachada, habitaciones y zonas comunes, Villa Camille ha abierto sus puertas este año como hotel. Tiene un estupendo spa así como un bonito restaurante donde se come muy bien.
Villa Camille en Banyls sur Mer
Las anchoas forman parte de la Historia de Collioure. Hoy, se mantienen dos empresas legendarias-Roque (desde 1870) y Desclaux (desde 1903). Ambas trabajan con un método único y ancestral, fileteando a mano las anchoas. Las “rosquilles” (bizcochos esponjosos) es un dulce clásico de la zona. En la pastelería Olivier Bajard, cuyo dueño ha sido nombrado uno de los “mejores obreros de Francia como pastelero”, encontramos las “rousquilletres d´Olivier”, una versión sofisticada de este dulce. Y, por supuesto, se impone comprar vinos secos de Collioure o los dulces de Banyuls.
Para la casa, podemos llevarnos una buena mantelería de tejidos catalanes de la empresa “Les toiles du soleil”. Estas telas recias, de gran calidad, y rayas multicolores son originales, alegres y muy bonitas.
Se puede llegar, desde España, en tren o en coche. Desde Madrid, el trayecto en AVE hasta Perpignan dura unas 4 horas. Después se puede conectar con Collioure en tren regional o alquilar un coche para visitar los alrededores.
https://www.tourisme-collioure.com/
https://www.turismo-pirineosorientales.es/collioure
Autora: Carmen Pineda
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