El descenso ecológico del río Esva en el Valle de Paredes, Valdés, Asturias ya ha cumplido 27 ediciones con la defensa del medioambiente por bandera y el amor por las tradiciones del entorno por pasión. La dinámica asociación de Vecinos del Valle capitaneada por Marisa García como Presidenta y José Manuel Alba, secretario y apoyo fundamental, llevan lustros realizando una labor altruista encomiable y convirtiendo su querido rodal en un laboratorio donde se analiza todo el acontecer natural y se cuida al milímetro cada paso y actuación encaminados a mirar con lupa la orografía verde de estos parajes mágicos.
Antes de la salida de la prueba fluvial tuvo lugar el pregón festivo a cargo de la Presidenta de los Escritores de Asturias la valdesana María Esther García quién recordó al Padre Galo y se refugió en sus recuerdos animosos en su concejo de nacencia.
Campeones añsolutos del descenso
Participaron en este descenso ecológico cerca de 300 deportistas con sus piraguas y artefactos flotantes en varias categorías que disfrutaron de las aguas limpias de este cauce envidiable donde los salmones y las nutrias son los verdaderos reyes de este reducto fluvial que nace en las brañas de Tineo y desemboca en Canero, Valdés conformando la bella playa de Cueva.
Campeones infantiles
En esta edición fueron protagonistas de esta fiesta acuática, el grupo Seprona de la Guardia Civil del destacamento de Luarca y la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar de Salinas, Castrillón por sus desvelos en el apoyo a este descenso ecológico.
Represnetantes del Seprona
Los participantes mientras controlaban sus piraguas iban recogiendo toda la inmundicia y basura que encontraban en ambas orillas dejando el cauce en auténtico pase de revista. También se hizo eco de la lucha del asociacionismo local contra los eólicos en la zona, una reivindicación que no ceja contra esos desmanes en unos enclaves de vida y obra.
Parcipantes en el descenso ecológico
Una fiesta en definitiva muy popular en Asturias en este tiempo estival y que reunió a muchos deportistas y romeros que tras la llegada a meta se celebró una comida de hermandad en el Prau de San Pedro donde no faltaron la sidra, el bonito en escabeche, las fabas con jabalí y el arroz con leche.
El cocinero de esta cita fue el cofrade de la Buena Mesa de la Mar y de la Pegarata, Alejandro Gargallo quien demostró su sapiencia y maestría para ofertar un condumio de altura organoléptica; decir asimismo que el postre tradicional, un arroz con leche exquisito fue obra de la cocinera local Anita la mujer del artesano de la madera Tito y personajes muy comprometidos con la causa natural del Valle de Paredes.
El festejo estuvo muy animado y volvió a ser una referencia social y exigente en las reivindicaciones de un pueblo que busca que la tierra sea como siempre fue.Un lugar habitable y cargado de razón natural. Los artífices de este nuevo éxito Marisa y José Manuel, junto a sus vecinos, se mostraban exultantes y seguirán en la brecha con sus demandas ante los poderes públicos.
(De izda. a dcha.) José Manuel Alba, Alberto Ceramista, colaborador del Descenso y Carlos Cuesta autor del reportaje
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