Si leemos los periódicos, oímos la TV, en su mayoría todo el calor, e incluso el frío, se debe al cambio climático. Lo sucedido esta primavera con un marzo caluroso y un mayo menos de lo que se esperaba, lo que produjo a la destrucción de cosechas debido al cambio climático. No es científico pero el saber popular tras muchos siglos nos explica muchas cosas: “si marzo mayea mayo marcea”. Lo que ha sucedido este año ha sucedido muchas veces a lo largo de la historia.
Lo triste es que niegan lo aparecido en diarios y revistas, que se pueden ver aún hoy: “En la España de 1957 ya se registró una temperatura máxima de 50 grados, lo que demuestra que todos los veranos son calurosos y hay alarmismo injustificado”. La respuesta contundente es que España tuvo 47,4 °C, récord que se alcanzó en 2021, mientras que en agosto de 1957 la temperatura más elevada del país no superó los 44 °C. Sin demostración, y casualidad, citan 1957, que niegan anteriormente.
Recurren a datos de otros países y dan sus cifras ‘el 10 de julio de 1913 en el Valle de la Muerte de California, los termómetros llegaron a alcanzar los 56,7 grados. A esta cifra se le suman los 53,9 grados que obtuvieron en Kuwait o Israel el 6 julio de 2023’. ¿El cambio se produce sólo en España o Europa?
En nuestro país tuvimos temperaturas altas y bajas que no se menciona, altas las tuvimos en 1948, en 1975, 2003 por citar únicamente temperaturas lejanas, cercanas citan a 2013, cuando posteriormente tuvimos temperaturas altas y bajas, no olvidemos a ‘Filomena’ y dos años antes una tormenta similar. Invito a que se repase la década de 1990-2000.
Lo que podemos observar es que el clima evolucionó a lo largo de toda la historia, ahora el hombre tiene más influencia, eso no puede hacernos olvidar que el 90 % lo tienen el Sol (sus llamaradas las hemos notado este año), e incluso la propia tierra con su variación del núcleo, volcanes, terremotos, oscilaciones de los vientos…
Lo curioso es que este sistema de poner procedimientos a la actuación del ser humano llega a ciertas actuaciones que pueden dar que pensar, cómo ejemplo un Twitter (X): “alojarme en una habitación sin limpiar cada día apelando a mi compromiso con el medioambiente. Me cobran 350€ por noche y me hacen sentir culpable. ¿Sucio sinónimo de sostenible? Cada vez más perpleja”. ¿Ecológico?
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