​Los comienzos del turismo alemán en España

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      Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, España era para la población alemana un destino muy lejano y exótico para pasar las vacaciones.  Antes de la Guerra Civil era frecuente encontrar alemanes en España, alrededor de 10.000 al año, en especial en las islas Canarias que era destino de los programas nazisKraft durch Freude” (KdF) y también punto de destino de varios cruceros. 


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Cruceros en la Alemania nazi


     La KdF fue organización política nazi que existió entre 1933 y 1945 dedicada a la tarea de estructurar, vigilar y uniformar el tiempo libre de la población alemana. Fue la agencia de viajes más importante de la Alemania nazi y pronto se convirtió en la más grande del mundo en los años 1930. 


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Concierto sobre la cubierta de los cruceros, organizados por la KdF


     Al principio de los años 50 muy pocos alemanes salían de su tierra de vacaciones, solo un 25 por ciento de la población manifestaba haber pasado las vacaciones en el extranjero, para el resto,  las vacaciones donde mejor se está es en casa, que sale más económico. A partir del año 1962 ya fue aumentando el interés por irse al extranjero, principalmente a los países vecinos de habla alemana, Suiza y Austria. El año 1968 es el punto de inflexión estadístico cuando se contabilizan ya más vacaciones en el exterior que en el interior por parte de la población alemana.


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  • Tomar el sol en España



     El sueño teutónico de tomar el sol en el sur de Europa, al inicio estaba reservado para Italia, país al cual se inicia desde mediados de los años 50 un peregrinaje masivo,  registrándose en 1956, alrededor de 4,5 millones de alemanes. Ese año las encuestas reflejaban que un 32 por ciento prefería Italia como destino de vacaciones y solo un 6 por ciento España.


     Los comienzos del turismo organizado en España fueron complicados. Hay que recordar trabas burocráticas, sobre todo había que pedir con tres meses de antelación el visado para visitar la España franquista y había que conseguir un permiso especial de importación de divisas. Para el visado tenía que constar una invitación personal redactada en lengua española y el aval de dos personas. Ya en el año 1959 España elimina la obligatoriedad del visado


      Por supuesto la moral nacional católica tampoco cedía de momento ante las masas de turistas. Por ejemplo, si en los años 50 una mujer alemana quería caminar los pocos kilómetros hacia el pueblo más cercano e iba en pantalón corto tenía que ponerse una falda que le cubría las rodillas que le proporcionaba una ayudante del alcalde en las afueras del pueblo. Una comisión episcopal para la ortodoxia así lo prescribió. En aquella época, la Iglesia y el Estado aparecían como una unidad autoritaria. Muchas guías turísticas daban a los turistas extranjeros la recomendación de evitar discusiones sobre religión y política en España.


     Esta situación era también el reflejo de la administración franquista de los años 50 que no podía seguir el ritmo de la creciente ola del turismo a España. En 1955 se registraron 2,52 millones de visitas y en el 1959 4,19 millones de visitas. Las plazas hoteleras aumentaron desde 1960 a 1963 de 87233 a 150856 habitaciones, en especial a causa de las inversiones extranjeras.



  • Restricción de divisas



     Las restricciones de las divisas alemanas afectaban a España al no ser miembro de la OECD y Alemania al mismo tiempo aún estaba bajo control aliado, no solo político, sino también económico. Para sortear este contratiempo, muchas agencias de viajes, ofertaban como destinos Francia y Portugal, miembros de la OECD, incluyendo a España como paradas de tránsito a Portugal, o viajes ocasionales de larga duración desde Francia, como excursiones anexas. Para paliar esta laguna gris, el propio gobierno alemán puso a disposición de España en 1952 un fondo de un millón de marcos para garantizar viajes no comerciales con España, aumentando en el año 1953 el límite de divisas en 6 millones, levantando luego en noviembre 53 cualquier restricción de llevar divisas a España. Ya la cámara de comercio de Alemania en España estima que en 1955 llegaron 140 mil turistas alemanes y en 1956 145 mil. Con la creciente “motorización “de la sociedad alemana, aparecen en el mercado germano las primeras guías turísticas para viajar por la península ibérica en coche, incluso había guías según la marca del coche:Spanienreise mit Mut und Porscheo “Mit Kamera und VW nach Spanien. Esto se refleja que en el año 1960 se registraron ya 328.000 alemanes por las tierras españolas. Los viajeros de automóviles alemanes estaban seguros de que había buenas carreteras en España, conductores disciplinados y una siempre presente Guardia Civil.



  • Mallorca



     La isla de Mallorca, hoy en día casi una prolongación de la Alemania continental, era en 1955 un destino de lujo solo frecuentado por 15.000 alemanes, frente a los 34.000 franceses o 33.000 ingleses. Hasta mitad de los años 60 las Baleares era el como el Caribe: lejanas, exóticas y caras. Los primeros vuelos chárter desde Alemania a Mallorca y a Tenerife se iniciaron en el año 1956. Al principio, estos destinos de 17 días de duración estaban enfocados solo para la clase alta (médicos, farmacéuticos, empresarios etc). 


    La Segunda Guerra Mundial propició importantes avances en la tecnología aeronáutica, el Plan Marshall trajo dinero a Europa y los alemanes consideraban beneficioso para su salud pasar sus vacaciones al sol.


      La democratización turística de mediados de los años 60 se debe a la venta por catálogo de Neckermann y Quelle.


      La revista Merian le dedicó por primera vez en marzo de 1960 su contenido a las islas Baleares, hablando que es el destino de una nueva potencia mundial, el turismo.


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  • Visitas en bus



      A principios de los años 50 existía desde Alemania la posibilidad de visitar España en autobús bajo el amparo de los denominados viajes de estudio. Pero estos también estaban bajo la lupa de las aduanas españolas. Muchos viajantes eran detenidos en los hoteles al no justificar la declaración de entrada de divisas en la frontera, siendo embargadas todas las que llevaba encima. Esto provocaba al mismo tiempo que los hoteles se negaban en admitir a estos huéspedes ante el peligro de impago de su estancia, causando muchas veces el regreso anticipado de algún que otro turista. Aquí los consulados alemanes tenían mucho que hacer.


     Con el tiempo empezó el abuso del uso de las legaciones consulares por parte de los turistas teutones. En el informe anual de la embajada en Madrid del año 1957 se refleja el nivel de exigencia exagerado e inapropiado de algunos ciudadanos. Los consulados no eran agencias de viaje, ni oficinas de reclamación, ni tampoco se puede despertar a los cónsules a altas horas de la mañana por no estar conforme con la calidad de las habitaciones de los hoteles o por incumplimiento de la agencias de viajes.      Informacion Turística móvil años 60 (1)

     A partir de los años 60, especialmente bajo el ministro de Turismo, Manuel Fraga Iribarne, España decidió promover el turismo de masas, que fue fundamental para el éxito de los touroperadores y aerolíneas chárter extranjeras


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Autor: Luis Gulín Iglesias








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