​Cervantes y Zahara de los Atunes

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      En el ya lejano 2016 en el que se celebró el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes yo me encontraba en Zahara de los Atunes, una pequeña localidad en la costa gaditana, y desde entonces tenía en la cabeza la idea de comentar la relación (¿literaria o real?) que nuestro más universal escritor tuvo con Zahara.


Zahara de los Atunes

Zahara de los Atunes


      En una de sus Novelas ejemplares, «La Ilustre Fregona», se recogen las andanzas de dos nobles y libérrimos protagonistas, Carriazo y Avendaño, que procedentes de Burgos llegaron con espíritu picaresco a las almadrabas de Zahara de los Atunes. En esta obra el autor hace referencia a Zahara, que por aquellos tiempos era una pesquería de población flotante dedicada a la pesca del atún en la primavera. Se acredita, por tanto, el conocimiento que Cervantes tenía de la localidad (posiblemente debido a su actividad de recaudador de impuestos con base en Sevilla), ya que a través de sus personajes y su narración describió con mucho detalle el ambiente pícaro y aventurero que allí se daba.


Cervantes

      Baste recordar algunos pasajes:

«(Carriazo) pasó por todos los grados de pícaro hasta que se graduó maestro en las almadrabas de Zahara, donde es el filibusterrae de la picaresca.»


«…no os llaméis pícaros si no habéis cursado dos cursos en la academia de la pesca de los atunes...»


«…no poder dormir sueño seguro sin el temor de que en un instante los trasladan de Zahara a la Berbería… ha sucedido que centinelas y atajadores, pícaros, mayorales, barcos y redes, con toda la turbamulta que allí se ocupa, han anochecido en España y amanecido en Tetuán…»


     De aquella época se conservan restos de la muralla del antiguo Castillo-palacio de la Chanca, que servía de soporte y custodia de la citada actividad pesquera, y que ha sido testigo de numerosos acontecimientos historicos. También se conserva bien visible lo que fue el torreón-vivienda que los Duques de Medina-Sidonia, dueños de esta almadraba, habitaban durante el periodo de pesca.


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Castillo-palacio de la Chanca, Zahara de los Atunes


      De lo que Zahara era en aquel tiempo hasta hoy se puede observar una muy importante transformación que, al compás de la historia, la llevó a convertirse en población estable a lo largo del siglo XIX, aunque la construcción de la primera carretera, que la sacaba de cierto aislamiento, no llegó hasta 1925. No hace mucho la localidad fue declarada Entidad Local Autónoma al albor de su explosión como destino turístico y gastronómico.


Zahara de los Atunes, Playa

Zahara de los Atunes, Playa


      ¿Pero qué es la almadraba, que refería Cervantes? La almadraba es un espectáculo en el mar, un arte de pesca que se repite cada año, desde hace ya más de tres mil, frente a las costas de Zahara de los Atunes y Barbate entre abril y junio. Se trata de un complejo entramado de redes situado a pocas millas de la costa cuya función es la captura de atunes que pasan por el Estrecho de Gibraltar a desovar hacia el Mediterráneo. Esta técnica para la captura del atún también se emplea en Italia, Marruecos, Portugal y, ya en España en la Comunidad Valenciana, Murcia y Ceuta, además de la ya citada costa de Cádiz.


Almadraba

Alamadraba de Zahara de los Atunes, foto cedida por Gadira


      En concreto la almadraba de Zahara se puede ver desde punta Camarinal, y tiene una influencia determinante en el turismo y en la gastronomía de la zona, pues a pesar de que el atún rojo se exporta mayoritariamente a Japón, a precios desorbitados, no ha dejado de ser el producto típico de la zona, preparado de multitud de maneras (encebollado, en escabeche, en tartar etc.). Más difícil será encontrar unanimidad a la hora de elegir el vino que marida con el atún rojo. Mientras algunos profesionales mantienen que los mejores son los vinos tintos, afrutados, suaves, con poco hierro, como pueden ser los pinot noir o los chardonnays, otros mantienen que los vinos de Jerez o Manzanilla de Sanlucar proporcionan un maridaje perfecto. Claro, ¡la tierra tira, y de qué modo! 


Zahara de los Atunes, Puesta de sol

Zahara de los Atunes, Puesta de sol


      Pero siguiendo con la relación entre Cervantes y Zahara, suponemos que algo habrá influido la mirada literaria del escritor en la evolución turística del pueblo, pues ya en su época se decía que a Zahara “se iba a por atún y a ver al duque”, refiriéndose al duque de Medina Sidonia, que recibió el encargo del rey de organizar las almadrabas. Y también toca ahora hacerse eco de algunos rumores (no verificados) que informaban de que el escritor llegó a estar preso en el castillo de la Chanca, aunque parece que el castillo, entre sus variadas funciones, no tenía el uso de prisión.


     De lo que sí queda evidencia es de una decidida intención de la actual población por preservar el recuerdo del escritor; de hecho, al pasear por Zahara de los Atunes, nos encontramos con una calle y con el Colegio Público que llevan el nombre del propio Cervantes, y otras calles nombradas como «Rinconete y Cortadillo»«La Ilustre Fregona».


      Hoy en día (¿fortuna o infortunio?) ya no queda ni rastro de los métodos para conseguir la graduación en picaresca, como proponía Cervantes en sus Novelas Ejemplares. Zahara ofrece literatura, sur, mar de plata, gastronomía y un importante entramado turístico, lugares que en su día fueron el filibusterrae de la picaresca y en los que hoy te despiertas donde te duermes, sin que nadie te traslade en un instante a la Berbería.


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Autor: José Miguel Espinar








Costas
Costas

Calles tipicass de Zahara
Calles tipicass de Zahara

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