Hace seis meses, los jóvenes Manon Bouchonneau, Patrick Brandao y Bixente Erguy aterrizaron en Madrid desde su País Vasco-Francés natal para abrir Marcelle, un pequeño bistró de raíces vascas auténtico, de calidad y simpático.
Con un pasado a sus espaldas dedicado a la alta hostelería tanto en Francia como en otros países, Patrick, estuvo trabajando como “sous-chef” (segundo de a bordo en cocina) en el prestigioso restaurante “L´Impertinent” (1 estrella Michelin) de Biarritz. Además, junto a Manon, sumiller de formación y la encargada de los vinos en Marcelle, donde también elabora licores artesanos, Patrick abre un restaurante en Irouleguy, localidad vasca famosa por sus vinos y quesos. Manon y Vicentee también trabajarán en L´Impértinent”. Con el tiempo, se fragua una amistad y relación que les une, hasta hoy, en este nuevo reto que acaban de iniciar en Madrid.
Patrick, Manon y Vicente
Marcelle, que toma el nombre de la abuela de Manon, está concebido a la imagen y semejanza de los pequeños “bistró” franceses, desenfados, sencillos, animados y con buena gastronomía. Ubicado en el “marchoso” Barrio de las Letras de Madrid, el local es, en cierto modo, una recapitulación tanto de la cocina vascofrancesa, así como un retorno a los orígenes iberos como es el caso de Patrick, hijo de portugueses, emigrados a Francia.
Como bien dice Patrick: “hacemos una cocina vasca con un toque moderno y creativo con la idea principal de encontrar buenos productos de proximidad”. En Marcelle, hay una voluntad de presentar buen producto como la carne (por ejemplo, carnes de razas salvajes que están salvadas y protegidas hoy en día), verduras de Madrid…No se quiere hacer una cocina de florituras ni de fusiones asiáticas, sino platos donde se ponga de relieve prioritariamente el producto.
La propuesta de Marcelle tiene componentes franceses como la tarte tatin de tomate, vascos como las kokotxas de bacalao, las gildas o los pimientos rellenos de bacalao. Pero, siempre, si analizamos los platos con este toque original de pequeños detalles como en el caso de las gildas, presentado como un ceviche. En indudable que las recetas de Marcelle tienen un afán gourmet que le dan mucho sabor y finura. Como dice Patrick: “Nosotros queremos poner en valor la cultura mediterránea y atlántica, defendiendo la gastronomía, pero también los artesanos autóctones de nuestra tierra y raíces”. Esta voluntad de autenticidad se refleja, así, tanto en los detalles de los platos y jarras (hechos por artesanos vascos) de estilo rustico-chic que se pueden ver en el restaurante como, y, sobre todo, en una cocina genuina y honesta, sin ínfulas, pero de calidad.
Pimientos rellenos de bacalao en Marcelle
La artesanía en Marcelle llega al pan casero de masa madre (muy bueno), a quesos artesanos, a helados y a bebidas como las elaboradas por Manon: desde su especial Limoncello hecho con limones de Portugal y ciruelas del País Vasco, pasando por el Pacharán casero al estilo vasco hasta el “Clemencello” ( mandarinas). Elaborar todos estos productos in situ da ese toque genuino a un local, donde los guiños a las raíces vascas van desde la “taloa” (panecillo típico del País Vasco) con tocino de Joselito hasta los postres como el Goxua (un tipo de leche quemada) pasando por los platos ya citados anteriormente como los pimientos, por ejemplo. Todo de calidad y bien cocinado.
Pan artesano y aceites de oliva virgen extra
La carta, corta y bien pensada, está concebida con raciones (normalmente para 2 personas, aunque se puede adaptar a una) a precios comedidos. Existe, también un menú degustación a 56 euros/ persona en el que se integran varios de los platos del apartado de raciones. La carta se modifica regularmente.
Marcelle taloa con jamón
Interesante bodega con opción de vinos por copa, en la que predominan los pequeños productores vinícolas (tintos, blancos y un naranja) tanto españoles como vasco-franceses.
Ambiente agradable, simpático y desenfadado en este pequeño local, en el que se aprecia el ladrillo visto, las botellas de vino en estanterías y las mesas sencillas, pero bien puestas, con sus toques de artesanía rústica. La pequeña cocina a la vista, detrás de la barra- donde también se puede comer- conforman al ambiente distentido de Marcelle, donde, por supuesto, es de destacar la amable y discreta hospitalidad de Manon, Patrick y Vicente.
Marcelle comedor
Direcciones: c/ de Fúcar, 2 (Barrio de las Letras)- Madrid
Precio medio: 44 euros por persona
Horarios: de martes a sábado: por las noches a partir de las 19h30; mediodía: viernes y sábado a partir de las 13h30.
Reservas: 676 91 87 51
Autora: Carmen Pineda
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