​Burdeos, la ciudad del vino, del río Garona, del patrimonio histórico y de la modernidad

     Como ya hablamos en nuestro reciente artículo sobre La Cité du Vin de Burdeos  el vino es uno de los pilares para entender esta ciudad. Pero, también lo son el río Garona, que ha marcado los hitos históricos de prosperidad de esta urbe a través del comercio fluvial e internacional, y la gran riqueza y homogeneidad histórico-artística del centro de Burdeos con su estilo neoclásico, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, en 2007 (el espacio urbano más extenso-1810 hectáreas- distinguido con este título en el mundo).

     Si esto ya es suficiente para considerar a Burdeos como un destino turístico de primer orden, también lo es el hecho de que se trate de una ciudad viva, culta, dinámica, cambiante, cuyo mejor exponente de esto último son los recientes atractivos turísticos de la orilla derecha del río (la rive droite), hasta hace pocos años sin apenas construcciones, campestre, con viñas y fábricas.

• Burdeos y el Vino

    Si La Cité du Vin es, actualmente, un destino fundamental para comprender el alma vinícola de Burdeos, también lo son las visitas enoturísticas por los Castillos (Châteaux), alrededor de Burdeos en zonas tan famosas de viñedos como el Médoc, Sauternes, Saint-Emilion o Graves. Entorno a Burdeos, existen unas 20 propiedades vitícolas, a las que se puede llegar en transporte en común. Además, la oficina de Turismo de Burdeos, organiza visitas guiadas a muchos Castillos.

Vistas La Cité du vin, Puente de Chaban-Delmas y los barrios nuevos

     Un ejemplo es el precioso Château Pape Clément, situado en Pessac, al que se accede en coche o en bus desde el centro de Burdeos, en media hora.

Château Pape Clément en Pessac

     Su propietario es Bernard Magrez, conocido como el “compositor de vinos raros”. Este empresario vinícola posee 4 “Grands Crus classés” en Burdeos y 42 viñedos por el mundo. Magrez, también llamado, “El hombre de los 40 Châteaux”, ha construido su imperio vinícola desde mediados del siglo pasado, con el voluntarista lema de “Jamais renoncer” (nunca renunciar). Mecenas también de La Cité du Vin, sus castillos tienen un encanto especial. El Château Pape Clément, por ejemplo, posee un bellísimo jardín florido con árboles imponentes, así como un viñedo perfectamente conservado. 

Jardines del Château Pape Clément

      Se pueden concertar visitas guiadas con cata de sus vinos incluida, alojarse en el Castillo, realizar masterclass o eventos, además de comprar botellas en la boutique. Su viñedo está clasificado como “Grand Cru classé” de los Graves, desde 1959, siendo de gran calidad.

Viñedos del Château Pape Clément

• Burdeos y el río Garona

      Una forma muy agradable de descubrir otra faceta de Burdeos es desde el río Garona. Este ha marcado la Historia de la ciudad. Caracterizado por tener unas mareas muy fuertes, la combinación de éstas, de arena y de arcillas le dan un color marrón muy particular. Pero, atención, nunca hay que decirle esto a un bordelés. Mejor calificar sus aguas como “café con leche” o con reflejos dorados. Pese a esto, es uno de los ríos más limpios de Europa y donde se pescan peces tan deliciosos como la lamprea (cocinada a la bordelesa, es uno de los platos estrella de su gastronomía), las anguilas, las “piballes” (angulas), las gambas, los salmones o el esturión (90% de todo el caviar de Francia se hace aquí. Eso sí, en criaderos porque es una especie protegida).

       La mejor opción es embarcarnos en algunos de los pequeños cruceros que recorren el río. Compañías como  www.yachtdebordeaux.com o https://www.croisieresburdigala.fr/ funcionan muy bien. En los barcos de Burdigala, existe un itinerario de 1h30 durante el que nos ofrecerán una copa de vino y “cannelés”, pastelitos típicos bordeleses.

Cannelés de Burdeos

       Durante el recorrido fluvial, podremos ver la evolución en la arquitectura y la configuración de la ciudad a través de la Historia, descubriendo la diferencia entre barrios. Barrios nuevos y dinámicos como el de Bassins à Flot- Bacalan, al norte- en dirección al estuario (por cierto, el más grande de Europa occidental)- donde el río adquiere la forma de un semi círculo denominado “Puerto de la Luna”. Aquí es donde se encuentran La Cité du Vin y Les Bassins de Lumières (un bunker, antigua base submarina de los nazis, lugar de exposiciones inmersivas, donde actualmente se puede ver la muestra “Dalí y Gaudí”). Otros barrios como Chartrons han renovado, también, sus muelles, convirtiéndolos en zonas de ocio, de restauración y de cultura. En el pasado, fueron pantanos, que, con el tiempo, se sanearon y, hoy, se han renovado totalmente.

Puerto de la Luna, Burdeos

      Los cruceros suelen partir del muelle que se encuentra a nivel del Ponton d´Honneur, en el Quai Richelieu. Aquí, encontramos parte del centro histórico de estilo dieciochesco neoclásico como la hermosa Puerta Cailhau (antigua entrada de la ciudad), la Plaza de la Bolsa, punto estratégico de Burdeos, o la Plaza de Quinconces.

Plaza de Quinconces

       En el siglo XVIII, Burdeos llegó a ser el primer puerto de Francia y el segundo del mundo después de Londres gracias a su gran comercio con las colonias, con países como Haití o República Dominicana, de donde importaban productos tan importantes como el azúcar, desarrollando, también, el comercio de los esclavos. Conviene acudir al interesante Museo de Aquitania en Burdeos para ver algunas de las cadenas que se conservan y que se usaron con estos fines.

      Durante nuestro viaje en barco, descubriremos, además, algunos de los puentes de la ciudad más emblemáticos como el de Aquitania, ya fuera de la ciudad, que recuerda al Golden Gate de San Francisco, el puente levadizo Chaban-Delmas (por donde pasan los grandes cruceros que llegan a Burdeos) o el de Piedra (el más antiguo de Burdeos, mandado construir en el XIX por Napoleón). Burdeos ha tenido, históricamente, pocos puentes que unieran las dos orillas. Hoy se construyen nuevos en un afán de unir las dos partes.

Puente de piedra Burdeuos

• La orilla izquierda (“rive gauche”): el Burdeos histórico-patrimonial

     Al visitar Burdeos se impone un paseo por los bellísimos barrios neoclásicos del centro que nos desvelarán muchas sorpresas, en una ciudad vibrante, llena de terrazas, restaurantes, calles y plazas peatonales y monumentos.

     De lo primero que nos va a llamar la atención es la Plaza de la Bolsa (antigua Plaza Real), frente a los muelles, con sus majestuosas fachadas neoclásicas y su fuente central de las Tres Gracias, que miran, cada una, en un ejercicio simbólico artístico, a los tres pilares de Burdeos: el interior de las tierras con las viñas, el océano al final del río y la propia ciudad. 

La Plaza de la Bolsa es uno de los iconos de Burdeos

     La Plaza de la Bolsa fue obra del planeamiento del intendente Tourny, una figura clave en la construcción y renovación hacia el neoclasicismo de la ciudad, durante su edad de oro, en el XVIII. Delante de esta plaza, se encuentra uno de los atractivos recientes más turísticos y populares de Burdeos: el “miroir d´eau”. En este espejo de agua, obra de Michel Corajoud, se reflejan los bellos edificios de la plaza, frente al muelle, produciendo oníricos reflejos de brumas.

La Plaza de la Bolsa con el “miroir d´eau”

     Caminando por los muelles, a pocos minutos, se encuentra la inmensa Plaza Quinconces, donde admiramos el espectacular monumento a los Girondinos, además de dos estatuas de Montaigne y Montesquieu, figuras, nacidas en esta ciudad, claves en el patrimonio cultural de Burdeos. Se habla de las 3 M de la ciudad: Montesquieu, padre fundador de las democracias modernas con su obra “El espíritu de las leyes”; Montaigne, filósofo, creador de la corriente del Humanismo y Mauriac, escritor, Premio Nobel de Literatura que reflejó la sociedad burguesa de Burdeos con ácida crítica. Esta Plaza fue en la época medieval el Castillo de Trompette, demolido posteriormente, bajo el reinado de Luis XV, en el siglo XVIII, momento en el que Burdeos se convierte en una ciudad de la Ilustración, de las Luces con su arquitectura neoclásica y abierta, de grandes explanadas y mucho más higiénica gracias a las construcciones en piedra, en lugar de en madera. Si París ha sido considerada la “ville lumière” (la ciudad Luz), Burdeos era, entonces, apodada “la ville des lumières” (la ciudad de las Luces).

     Ejemplo máximo de este esplendor dieciochesco es el barrio rico de Burdeos, el llamado “triángulo”, el más elegante, que se extiende por el Cours de l´Intendance, la plaza des Grands Hommes, la Plaza Gambetta, la Puerta Dijeuaux o la rue Sainte-Catherine (la calle peatonal comercial más larga e importante de Burdeos)…La transformación estética fue, también, obra del intendente Aubin de Tourny (representante del Poder Real) que convirtió a Burdeos en la ciudad más rica de Francia después de París, como una especie de palacio a cielo abierto. Hoy, todavía, lo podemos notar en la elegancia de las fachadas de piedra dorada (con sus bellas máscaras pétreas, símbolos de la burguesía).

La plaza des Grands Hommes

     De la Plaza Gambetta, pasando por la empinada y coqueta rue des Remparts, llegamos a otro núcleo fundamental de la ciudad: la Plaza Pey Berland. Aquí, se encuentran monumentos claves de Burdeos, inscritos en la UNESCO, como la Catedral Saint-André (separada del campanario a causa de la inestabilidad de los suelos acuosos de la ciudad) y el Palacio Rohan, actualmente sede del Ayuntamiento.

Catedral Saint-André, Burdeos 

     En Burdeos, hay numerosas plazas de gran valor histórico que vale la pena descubrir, donde, además, podremos encontrar encantadores restaurantes. Por ejemplo, la elegante Plaza del Parlamento (también del período Tourny), detrás de la Plaza de la Bolsa o la Plaza de Saint-Pierre, donde se encontraba, originariamente, el antiguo puerto interior de Burdeos. Aquí, está  una maravillosa iglesia medieval, en la que destaca su excelso pórtico esculpido con una figura de Santiago Apostol ya que, no olvidemos, Burdeos se encuentra en el Camino de Santiago.

      Aunque hay mucho que ver en esta ciudad, destacaremos dos cosas más. Por un lado, el imponente y bellísimo Gran Teatro de Burdeos, construido por el arquitecto Victor Louis, en el siglo XVIII, con su impresionante columnata de 12 columnas (algo extraordinario ya que los teatros de la época solían tener solo 8), un elegante vestíbulo neoclásico y una escalera simétrica iluminada por una cúpula de cristal. Este edificio se convirtió en modelo para posteriores construcciones de salas de teatros francesas y fue el prototipo para la Opera Garnier de París. Hoy, es el teatro de la ópera de Burdeos.

El Gran Teatro de Burdeos

     Por otra parte, es obligada la visita a la Iglesia barroca de Notre-Dame por su belleza y por estar ligada a una de las figuras españolas más importantes de la pintura. Hablamos de Goya, quien se exilió en Burdeos, al final de su vida, viviendo allí cuatro años antes de fallecer. En esta iglesia, se celebró la misa de su entierro y en la contigua plaza del Chapelet, podemos admirar una estatua en bronce del genio. En Burdeos, Goya realizó los dibujos de la serie “Toros de Burdeos” y la pintura “La Lechera de Burdeos”. Se dice que todavía está en Burdeos su cráneo, en alguna casa, escondido ya que, aunque está enterrado en Madrid, su cabeza desapareció.

• La orilla derecha (“rive droite”), nuevo destino turístico

      Si la Historia, el arte, el patrimonio más importante se encuentran en la orilla izquierda, eso no significa que la derecha no tenga su interés. Lo que antes era una zona de campos, viñas, donde únicamente existían fábricas y algunas casas, es hoy una zona revitalizada, no solo por una política de nuevas construcciones, de creación de merenderos (“guingettes”) y restaurantes al borde del río, de diseño de espacios verdes (como la implantación del Jardín Botánico de Burdeos), sino por proyectos socio-culturales importantes que se han convertido, incluso, en un destino turístico.

La margen derecha de Burdeos

     Hablamos de Darwin Ecosistema (www.darwin.camp), un lugar alternativo, de espíritu social, creado en un antiguo cuartel (la caserne Niel), en 2012, que fue renovado para albergar asociaciones, empresas, coworking, visitantes, jóvenes, personas desfavorecidas…

Ecosistema Darwin@Bordeaux Tourisme

      Muchos turistas franceses y extranjeros que desean visitar lugares más de vida que del pasado, para sentir el pulso de la ciudad, optan por acercarse hasta Darwin, que recibe, nada menos, que un millón de visitantes cada año, donde van a comer, beber, comprar o descubrir esta propuesta de vida alternativa, solidaria, ecológica y social. En Burdeos, es el segundo o tercer lugar más visitado después de “Le miroir d´eau” (espejo de agua) y de La Cité du Vin.

      En Darwin, se puede hacer deporte (hay un skate-park, un terreno de roller-derby), street-art, se organizan fiestas, conferencias, espectáculos como el Festival Climax (orientado a temas sociales y de medio ambiente) a precios reducidos…Las tiendas y mercadillos tienen productos ecológicos y ecosostenibles de kilómetro 0, así como su restaurante bio (uno de los más grandes de Francia).

    Darwin tiene el interés de ser un lugar vivo y dinámico, donde la vida asociativa y solidaria es una prioridad, que refleja la nueva energía de un Burdeos moderno, vanguardista y diferente.

¿Dónde alojarse?

• Hotel Ibis Bordeaux Centre Bastide (en la Rive Droite)

      Este hotel es una buena opción para un viaje a Burdeos. Cómodo, funcional, tranquilo y económico, se encuentra en la orilla derecha, bien comunicado con líneas de buses y tranvías. Tiene parking. El desayuno es de calidad. Se encuentra cerca del puente de Pierre, para pasar a la orilla izquierda, siendo un buen lugar desde el que visitar Darwin o La Cité du Vin.

¿Dónde comer?

• Blind

     Blind es un restaurante, situado a dos pasos de la Catedral de Burdeos, de rica comida fusión peruana-francesa. Su particularidad es que se ofertan vinos del mundo mediante una cata a ciegas. El cliente dice sus gustos en relación con el tipo de vino que desea y se le trae una copa con esas características.  Su propietario, el sumiller peruano Martín Santander, ha creado un restaurante acogedor, pequeñito y amable con una buena comida y un divertido acercamiento al vino.

• French House
  

      Esta “brasserie” desenfadada, en el centro de Burdeos, cerca del Gran Teatro, acaba de abrir sus puertas hace pocos meses. Se pueden comer hamburguesas, ensaladas, pastas…, en un ambiente chic elegante y divertido.  Comida de calidad. Tiene un horario continuo a lo largo del día.

• La Belle Saison
  

      Este restaurante se encuentra en la orilla derecha, al borde del río Garona, en un lugar silvestre y verde. Bellas vistas, ambiente relajante para una comida de producto de kilómetro 0, bien tratada, sana y sabrosa.

¿Qué comprar en Burdeos de gastronomía?

      Además de, por supuesto, un vino de Burdeos, conviene comprar Cannelés: unos pastelitos caramelizados, esponjosos en su interior, con aroma de ron, vainilla e incluso chocolate (éste último lo hacen en la Maison Baillardran). Se crearon en el siglo XVI y tienen un origen religioso. Las marcas Baillardran y la Toque Cuivrée rivalizan con numerosas tiendas por el centro de la ciudad, donde se pueden comprar estas golosas especialidades de Burdeos.

Para más información:

https://www.bordeaux-tourisme.com/

https://www.visiter-bordeaux.com/fr

Autora: Carmen Pineda